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Los negocios en Venezuela que pusieron al empresario Atahualpa Fernández en la mira de la justicia estadounidense


Atahualpa Fernández es un empresario, dueño del Complejo Industrial Tiuna en Venezuela. Desde el año 2012 era conocido por ser uno de los denominados “boligarcas” del país petrolero, según algunos reportes en la Internet.

Según un reporte de expresa.me, Atahualpa Fernández Arbulu se aventuró a establecer la primera gran empresa mixta para atender las necesidades del sector militar de Venezuela, el Complejo industrial Tiuna, respaldado por funcionarios como el ministro de defensa venezolano, Vladimir Padrino, recibiendo la asignación de contratos por varios millones de dólares para la elaboración de uniformes, aunque desde hace un tiempo, se registran acusaciones que vinculan al empresario, supuestamente, con una presunta trama de blanqueo de dinero de actividades ilegales, como tráfico de psicotrópicos.


El empresario ha recibido contratos para la elaboración de morrales escolares bolivarianos, contratos que algunos suponen pudieron haberse realizado con precios inflados.

Morrales escolares elaborados en las fábricas de Atahualpa Fernández


Una de sus empresas cuenta con tres plantas de confección textil, un área de planificación y control de producción, un almacén de telas, las plantas de bordados y de gorras y talegas, el área de acabado y despacho y una aparte dedicada al embotellamiento de agua potable con altos estándares de calidad.

El Complejo Industrial Tiuna opera al 100% de su capacidad con 1.400 trabajadores y estiman su producción anual en unas 11 millones de piezas, distribuidas entre instituciones del sector de la Fuerza Armada de Venezuela (FANB).

“Su principal compañía en Venezuela, el Grupo Atahualpa, recibió dólares preferenciales de la extinta Comisión de Administración de Divisas, Cadivi: entre 2004 y 2011, el organismo le aprobó $557.159 en dos solicitudes para importaciones. Aunque Cadivi desapareció, el grupo empresarial no dejó de ser ‘beneficiado’ por dólares preferenciales a una tasa de 6,30 bolívares. La empresa de textiles y material publicitario fue incluida por el Centro Nacional de Comercio Exterior, Cencoex, en la lista de empresas con bienes prioritarios, junto con alimentos y medicinas: hasta septiembre de 2014, le aprobaron 7 millones 26 mil 896 dólares dentro de la categoría ‘librería y útiles escolares’.

Un hijo del empresario es conocido por ser piloto de Formula 3, en el costoso mundo del automovilismo. El joven figura en algunas fotografías con el ex –piloto venezolano de Fórmula 1, Pastor Maldonado.

Ha llamado la atención la participación del piloto “español” de la escudería Campos Racing, Sebastián Fernández, hijo de Atahualpa Fernández Arbulu, en el Campeonato Internacional de la Fórmula 3. Con el número 25 y la bandera española en su morro (la puntita de la nariz), quien en su cuenta de Instagram se define como hispano-venezolano, es el hijo de Atahualpa Fernández, el hombre del Ferrari chavista.

El empresario desembolsó con un socio unos 5 millones de euros, apoyando la Fórmula 3 española para que su hijo entrara en competencia. Sin embargo, de ahí para abajo, muchísimas son las informaciones de los negocios a “dedo” que Atahualpa logró concretar en la vorágine de corrupción de Venezuela.

Según reportes en la internet, en tribunales españoles reposa una denuncia contra el empresario, por delitos contra la dignidad de menores de edad, que gracias a la compra de conciencia ha permanecido en silencio. Asimismo se asegura que en los Estados Unidos Fernández Arbulu está bajo investigación por presuntos nexos con el narcotráfico, motivo que pudiera conllevar su inclusión en la lista estadounidense de venezolanos sancionados o inclusive que contra el empresario sea dictada una orden de arresto.

Julio Montoya, parlamentario de la oposición venezolana, informó al diario ABC de España en 2016 que denunciaría ante el Congreso de Diputados en Madrid, el financiamiento ilegal que suponía, había prestado el Gobierno chavista al partido Podemos.



Montoya entregó a la Fiscalía General de Venezuela en Caracas pruebas para que abriera una investigación sobre la supuesta financiación a la organización política española. El asambleísta sostuvo que el Gobierno venezolano financia a la tolda de izquierda a través del empresario peruano-español Atahualpa Fernández Arbulu y su socio Luis Eduardo Álvarez.

Desde marzo de 2016 el ministro de defensa de Venezuela designó al Coronel Eliezer José Meléndez Asmadt, como responsable del manejo de los Fondos de Funcionamiento. Meléndez se convertiría en pieza importante en el engranaje de negocios de Atahualpa Fernández, tanto como Luis Eduardo Álvarez y Jorge Wehbeh, dedicado éste al manejo de las finanzas, con quienes Fernández ha sacado adelante sus empresas.

Atahualpa Fernández (iz.), Vladimir Padrino (de.)

Hugo chavez (iz.) Eliezer Meléndez (de.)


Eliezer Meléndez, según la web Poderopedia, fue Comandante de la Brigada de Guardia de Honor Presidencial de Venezuela, desde abril de 2016. El general Eliezer José Meléndez Asmadt se desempeñó en la dirección de la Región Estratégica de Defensa Integral (Redi) Central, en agosto de 2013, según la Gaceta Oficial Nro. 40.227. Hombre de confianza de Hugo Chávez, fue una pieza central durante los acontecimientos de abril de 2002, de un golpe de Estado que depuso temporalmente al entonces presidente, para Chávez volviera al poder. Para esa fecha, según el reportaje “Ni los cuatro fantásticos se dan abasto para proteger a Nicolás Maduro”, publicado por la web investigativa Armando.info el 30 de abril de 2017, Meléndez ocupaba el cargo de capitán de la Compañía de Regimiento de la Guardia de Honor Presidencial.

El 13 de mayo de 2016, según la Gaceta Oficial Nro. 40. 903, Meléndez fue nombrado como responsable del manejo de los fondos de funcionamiento del despacho del Ministerio de la Defensa. El general es uno de los Cuatro fantásticos, calificativo con el que se les conoce a los cuatro principales Guardias de Honor Presidencial, encargados de la seguridad del presidente Maduro.

La tarde del 4 de agosto de 2018, mientras Meléndez se desempeñaba como comandante de la Brigada de Guardia de Honor Presidencial, ocurrió un hecho que vulneró el anillo de seguridad de Maduro: en la avenida Bolívar de Caracas, durante un acto militar televisado, en conmemoración al 81° aniversario de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), encabezado por Maduro y el gabinete presidencial, en el que ocurrieron dos explosiones.

Mientras el presidente hablaba de las medidas económicas, el micrófono dejó de funcionar y, seguidamente, las imágenes que eran transmitidas por cadena nacional, mostraron el rostro asustado de la “primera combatiente” (primera dama), Cilia Flores, y luego enfocaron la formación del Ejército, que rompió filas y cesó la transmisión. Horas más tarde, medios oficiales informaron que dos drones con C4 explotaron cerca del palco presidencial. Maduro, a través de una segunda cadena nacional, en horas de la noche, calificó el hecho como un atentado contra su vida y responsabilizó al otrora presidente colombiano, Juan Manuel Santos, como responsable intelectual.



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