Enrique Toledo | Opinión
Es sorprendente el tenor de los privilegios de algunos individuos surgidos al calor de la revolución chavista en Venezuela. Uno de esos es Zelim Avendaño, autodenominado “ingeniero”, pero sin título de educación superior.
Fue secretario general de gobierno del estado Anzoátegui y director general de la alcaldía de Barcelona bajo el mandato del exalcalde chavista Guillermo Martínez (2013 - 2017). Hoy se conoce que fue hospitalizado en la Clínica Santa Ana de Puerto La Cruz por padecer Covid-19. Avendaño pagaría allí, presuntamente, hasta 5.000 $ diarios por su hospitalización.
¿Pero de dónde puede sacar un exfuncionario como Avendaño para pagar eso? ¿Será esto una confirmación más de los hechos de corrupción de los que fue acusado cuando fue director municipal, vendiendo ejidos y cobrando comisiones millonarias en dólares en cuentas internacionales?
Lo cierto es que ojala que muchos otros venezolanos pudieran ser tratados en una clínica privada como lo es Avendaño, para poder sobrevivir al Covid-19, y no perecer en los centros hospitalarios dependientes del gobierno, donde apenas pueden socorrerlos y donde a veces ni eso pueden.
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