EL PUBLIQUE

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El predicador guatemalteco que vendía libros cristianos y resultó ser un narcotraficante


Asier Andrés
nomada.gt

En una noche de mayo de 2017, algunos de los principales líderes de las iglesias evangélicas guatemaltecas, se reunieron en la azotea de un moderno edificio de la zona 11 de la Ciudad de Guatemala.

La retransmisión en vivo que se hizo del evento mostró que allí estaban los presidentes de la Alianza Evangélica, César Vásquez,  y de la Asociación de Ministros Evangélicos, Otilio López. Había también pastores de otras grandes iglesias del país, como Guido Guerra, de Lluvias de Gracia o Alvaro Garavito del Movimiento Misionero Mundial; representantes de ONG evangélicas como World Vision, y estrellas de la música cristiana como Marvin Cuá o Julio Melgar. La celebración se transmitió en streaming por redes sociales.

Con la ciudad iluminada de fondo, los presentes cenaron juntos. Esa noche se hacía oficial la creación de Ministerios EnÉl, una nueva herramienta al servicio de la fe evangélica.

EnÉl se dedicaría a producir y difundir programas de radio y de TV. También organizaría actos de sanación y milagros y facilitaría la formación de pastores en línea.

Los creadores  del ministerio anunciaron que contaban con el aval del instituto bíblico Rhema, de Oklahoma, Estados Unidos, fundado por Kenneth E. Hagin, el reconocido predicador de la teología de la prosperidad. Según esta doctrina, es la voluntad de Dios que los fieles tengan riqueza material.

A la tarima subieron tres pastores: Jorge Francia, Miguel Guerra y Jai Jind. Los tres rondaban los 30 años. Vestían camiseta y jeans, se hacían “selfies”, transmitían una imagen de líderes evangélicos millenial.

Jai Jind, un ciudadano canadiense, insistió en la importancia para EnÉl de Mateo 16:17: “Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán”.

Como muchos de los presentes, defendían a una versión del cristianismo en el que Dios hace milagros y protege a la gente de demonios a través de los miembros de su iglesia.

Después proyectaron un video en el que uno de los pastores de EnÉl: Mario Estrada Rosa invitaba a donar al nuevo proyecto: “lo que tu siembres en el ministerio, se utilizará para expandir el reino de Dios en la tierra. Necesitamos rentar auditorios, pautar en televisión, financiar campañas de evangelización masivas”.

El pastor Jorge Francia tomó el micrófono y ofreció la palabra a otro hombre, algo mayor que él, pero aún joven y atlético: “Yo quiero darle tiempo al ‘Hermano Jorge’. Jorgito, pasa por acá”.

El “Hermano Jorge” fue parco, pero dejó claro que él era el artífice de EnÉl: “Hermanos, sean todos bienvenidos, especialmente el invitado especial: Jesús. He tenido tres orgullos muy especiales en mi vida: mis dos hijas, mi hermano (se refiere a Miguel Guerra, uno de los pastores presentes), y este ministerio que se está abriendo hoy. La visión fue puesta de parte del Señor en Ministerios EnÉl, para llevar su palabra a toda Guatemala y el mundo entero, a través discipulados y una universidad en línea de manera gratuita. Únicamente van a tener que adquirir los libros, que están allá en la entrada, avalados por Rhema, de Estados Unidos”.

Es probable que pocos supiesen cuál era la historia del “Hermano Jorge”. En una entrevista, Jorge Francia diría luego que solo supo que era un hombre que aseguraba estar pasando un mal momento porque enfrentaba un proceso legal, que deseaba alejarse del pecado y que había  atravesado un cambio genuino.

El “Hermano Jorge” se llama Jorge René García Noguera, alias JR, y en abril de 2019 aceptó ante una corte de Florida haber liderado una organización que traficó al menos 5 toneladas de cocaína a Estados Unidos.

Un narco distinto

El departamento de Zacapa está a unos 150 kilómetros de la Ciudad de Guatemala y su tasa de pobreza está entre las más bajas país. Casi todo su territorio se asienta sobre el valle del río Motagua, en el que han prosperado la ganadería y la producción de melones, sandías y otras frutas que abastecen a supermercados de Estados Unidos.

A pesar de no ser un lugar especialmente pobre o remoto, desde hace más de tres décadas, en Zacapa han crecido una generación tras otra de familias se han dedicado a traficar cocaína hacia el mismo país al que se exportan los melones.

Incluso, algunos empresarios combinan ambos negocios. El poderoso clan de los Lorenzana, utilizaba sus plantaciones de fruta como pistas de aterrizaje para las avionetas provenientes de Colombia, según testigos relataron a una corte estadounidense que juzgó a dos integrantes de esa familia.

La importancia de Zacapa para el narcotráfico reside en su ubicación. Las fronteras de El Salvador y Honduras están a un paso y la comunicación con ambos océanos es sencilla. La Ciudad de Guatemala está cerca y también las rutas que conducen al norte del país, donde existen numerosos pasos ilegales para cruzar a México.

El bien principal de los traficantes guatemaltecos son sus “líneas” o rutas. Desde Zacapa es posible controlar varias. Por eso, cuando en 2007 el cártel mexicano de Los Zetas penetró en Guatemala pusieron a Zacapa en la mira. En marzo de 2008 asesinaron a uno de los grandes capos locales, Juancho León, líder de una extensa familia dedicada al tráfico de drogas ilegales: los Leones.

JR y su generación emergieron como jefes del narcotráfico en este contexto, marcado por la irrupción de los Zetas, la muerte de Juancho León y la caza a los miembros del clan Lorenzana, que en ese momento eran en objetivo prioritario de las autoridades antidrogas estadounidenses.

Muchos de estos nuevos jefes habían sido integrantes de las organizaciones de los Leones y los Lorenzana. Casi todos eran jóvenes violentos que tuvieron una carrera corta; traficantes como Marvin Montiel, alias El Taquero o Jairo Orellana, alias El Pelón, conocidos por sus crímenes.

JR, sin embargo, siguió una estrategia distinta a la de la violencia abierta. Y quizás, gracias a ello, logró seguir traficando durante una década, hasta 2017 al menos, según él mismo lo confesó luego ante una corte en Estados Unidos. También consiguió acumular una gran fortuna.

JR había nacido en Teculután, Zacapa, en 1981, y perteneció al grupo de Juancho León, según coincidieron una fuente vinculada a los servicios de inteligencia de Guatemala y un empresario local que lo conoció y que pidió no ser identificado.

Según esta última fuente, JR se inició en el negocio de los Leones a través de su madre, Zara Noguera, quien estaba relacionada con un integrante del grupo. Los Leones se dedicaban a recibir y comprar cargamentos  de narcotraficantes colombianos en alianza con otros grupos locales como el de Mario Ponce y sus hermanos, en Izabal.

En su declaración ante una corte estadounidense en 2012, el traficante colombiano Orlando Fernández Barrero, relató cómo envió cargamentos de cocaína para Juancho León y sus aliados a través de barcos de transporte de cemento que partían de la costa venezolana y desembarcaban en la Mosquitia, Honduras.

Los primeros pasos de JR en el narcótrafico se remontan a 2005, cuando tenia 24 años, como establece un escrito que presentó la fiscalía de Estados Unidos durante el proceso en su contra. Su ascenso fue rápido.

Tras la muerte de León, en 2008, cobró relevancia uno de sus socios, Mario Ponce, pero este fue capturado y extraditado en 2011.  Sin ellos dos, JR tuvo vía libre para ser líder de una organización. Según la orden de extradición que una corte de Florida presentó contra JR, su estructura se dedicaba a transportar y comprar cocaína de Sudamérica. La recogían en alta mar frente a los costas de Costa Rica o de Guatemala. Después la movían por tierra hasta Zacapa y la vendían a compradores mexicanos en la frontera entre Guatemala y Chiapas, México.

Un testigo no identificado en la orden de extradición le dijo a las autoridades de Estados Unidos que trabajó con JR durante una década en la importación de unos 20 cargamentos de cocaína de entre 400 y mil kilos.

Como otros traficantes de Zacapa, JR  tenía una red de alianzas en departamentos vecinos.

En Izabal, sobre la costa Atlántica, se alió con Marlon Monroy, alias El Fantasma, un exmilitar que fue su “lugarteniente y segundo en su estructura”, según dijo a esta investigación una fuente de la fiscalía guatemalteca.

En Chiquimula,  en la triple frontera El Salvador-Honduras-Guatemala, se alió con Esduin Javier, alias Tres Quiebres, un popular alcalde de la región que ha sobrevivido a atentados y la continua sospecha de estar ligado al tráfico ilegal. Y en la frontera con México, su contacto era Elmer Abraham Ochoa, alias Plata, relató la misma fuente.

Empresario a nombre de otros 

No es sencillo determinar el peso que tuvo JR en el comercio de cocaína. En un momento en el que el narcotráfico está fraccionado y sus jefes están siendo extraditados continuamente a Estados Unidos, a las autoridades de Guatemala les resulta complicado trazar un mapa preciso del sector.

Gerson Alegría, Fiscal contra la Narcoactividad, explicó que, con frecuencia, la única forma de evaluar la importancia de un capo, es estudiando su patrimonio para deducir cuánto dinero pudo ganar.  Pero eso tampoco es sencillo, dado que los traficantes suelen utilizar una legión de testaferros y no tienen registrado a su nombre ni su propia casa, explicó el fiscal.

JR no es una excepción. En los registros públicos de empresas y propiedades su nombre casi no figura, pero a su alrededor, parientes y empleados tejieron una red de empresas con un patrimonio millonario. Esto sugiere que JR pudo haber sido uno de los grandes jefes criminales de Zacapa de los últimos años.

Su mamá (Zara Noguera), su tía (Nora Noguera), su tío (Edwin Ruben Calderón), esposo de Nora), su primera esposa (María Isabel Orellana), su hermana (Mishelle Guerra) y otros asociados, crearon empresas y compraron múltiples propiedades.

La creación de este grupo empresarial comenzó entre 2008 y 2009, con la fundación de dos empresas: Lechería Valle del Sol y Proingasa. La primera es una granja que produce leche; la segunda una exportadora de melones, sandías y mangos. En 2015, representantes de ambas empresas compraron las operaciones de exportación de fruta de una tercera sociedad: Cyafsa.

Cyafsa era propiedad de Nestor Estuardo Zamora Orellana, un conocido empresario, dirigente de la Cámara de Industria en Zacapa, con inversiones en plantaciones forestales y producción de muebles. Las empresas de JR habían realizado préstamos  o arrendamientos de terrenos a Zamora Orellana desde al menos 2009, según escrituras de notarios a los que habitualmente acudía JR.

En total, el patrimonio de la lechería y las dos fruteras, alcanza los 25 millones de dólares, según información del Registro Mercantil.

Los familiares y amigos de JR también quisieron invertir en grandes negocios, como la generación de electricidad. En 2011, Proingasa, la frutera en la que figuran sus parientes, invirtió 3.5 millones de dólares en la construcción de una central térmica en Puerto San José, en la Costa Pacífica, en alianza con una empresa llamada Comercializadora de Energía Esencial.

El negocio finalmente no se llevó a cabo, ya que CEE decidió vender el proyecto a otros inversores y devolvió el dinero a JR, como consta en las escrituras del notario que realizó el contrato.  Toda la operación se realizó a través de un fideicomiso en el Banco de los Trabajadores.

Esta entidad semipública ha estado involucrada en varios escándalos por, entre otras cosas, por la investigación judicial de una emisión de acciones de ese banco, para determinar si fue aprovechada por un empresario asociado a jerarcas del gobierno de Venezuela para lavar dinero de origen ilícito.

El grupo de Jorge René García, alias JR, también creó otros negocios más pequeños. En 2008, adquirieron dos establecimientos que venden repuestos para vehículos, uno en Huehuetenango y otro en Coatepeque, áreas clave para las rutas del narcotráfico. En 2010, fundaron un almacén para distribuir ropa en la Ciudad de Guatemala. La sociedad se fundó con un capital de 2 millones de dólares.

En 2013, adquirieron las acciones de una constructora llamada Las Américas Consultores. Esta compañía fue contratada por FCN Nación, el partido que gobernó el país durante el mandato de Jimmy Morales (2016-2020), para remodelar las oficinas de su grupo parlamentario en el Congreso.  Fue un pequeño contrato de 10 mil dólares adjudicado directamente, como consta en el portal Guatecompras.

Además, el grupo compró varias casas en residenciales de la Ciudad de Guatemala y grandes extensiones de tierra. Adquirieron unas 534 héctareas de tierra, según información del Registro de la Propiedad. La mayor parte de esta superficie se encuentra en áreas remotas de Izabal y Petén,cercanas a pasos clandestinos a México.

Como otros empresarios, JR también se acercó a la política y tuvo relación con un figura clave del poder en la última década: Gustavo Alejos.

Este empresario hizo una fortuna vendiendo medicamentos al Estado y financió varias campañas políticas. Alejos enfrenta múltiples casos de corrupción y está preso desde finales de 2015. Recientemente, el Departamento de Estado de Estados Unidos le designó como involucrado en “corrupción significativa”.

En noviembre de 2013, terrenos en Izabal y Petén adquiridos por el grupo empresarial de JR, junto con otras propiedades de su madre, Zara Noguera, fueron colocados en un fideicomiso del Banco G&T Continental, segundo banco privado más importante del país.

El propósito del fideicomiso era garantizar créditos concedidos por el banco a favor de Gustavo Alejos, como consta en el Registro de la Propiedad.

El mismo día que los familiares de JR crearon el fideicomiso a favor de Alejos, G&T Continental concedió al empresario un crédito de casi 3 millones de dólares, como consta en las escrituras de un notario habitual del banco. Las propiedades del narcotraficante garantizaron el pago.

En ese momento gobernaba Otto Pérez Molina (también preso por corrupción en el actualidad),  y tener acceso a Alejos significaba tocar la puerta de la cúpula del poder político. Para determinar qué buscó JR al favorecer a Alejos de esta manera, o si obtuvo favores a cambio, este medio envió un cuestionario al propio Alejos a la cárcel.

En la respuesta que hizo llegar, Alejos aseguró no tener vínculo  con “el señor Noguera”. Alejos explicó que en 2013, Nestor Estuardo Zamora Orellana (un empresario de Zacapa ya mencionado) le ofreció varias propiedades, entre ellas la finca Napelo, en Izabal (propiedad del tío de JR), y él aceptó comprarlas con un préstamo que le concedería G&T Continental.

“El banco solicitó más garantías y  acordamos con el señor Zamora que él se encargaría de conseguirlas y el  banco hizo el proceso de verificación. Debido a diferentes  complicaciones, ya no pude pagar ese préstamo y por lo tanto no adquirí  las propiedades. Entiendo que el banco las remató”, dijo Alejos.

Sin embargo, en el Registro de la Propiedad no hay rastro de que esta transacción se realizara. La finca Napelo no fue vendida legalmente ni rematada por la falta de pago de Alejos. De hecho, la propiedad sirvió para respaldar otros préstamos solicitados por el tío y la mamá de JR. Además, en el contrato del préstamo de 3 millones que le concedió G&T Continental a Alejos no se indica que su propósito fuera adquirir una finca si no para “capital de trabajo”.

JR también tuvo relación con otra figura importante del poder en Guatemala.

Proingasa, una de sus meloneras, figura entre los clientes de un banquero llamado Julio Aldana. Este personaje enigmático operaba la llamada cartera VIP de Banrural, el banco semipúblico más importante del país.

 Banrural ofrecía a sus clientes ricos, muchos de ellos políticos, atención personalizada en una oficina privada de la zona 10 de la Ciudad de Guatemala: la de Aldana.  Allí, los clientes podían realizar ingresos, abrir cuentas, recibir préstamos o comprar sociedades listas para ser utilizadas. Algunos de ellos, además, recibían asesoramiento en estrategias de lavado de dinero, según concluiría una investigación de la fiscalía.

Aldana, de hecho, está preso esperando que se abra juicio en su contra por presuntamente haber ayudado a lavar dinero al expresidente Pérez Molina y su vicepresidenta, Roxana Baldetti.

Las escrituras de uno de los notarios con los que Aldana trabajaba muestran que Proingasa firmó en 2010 un contrato de leasing de 120 mil dólares para comprar maquinaria en las oficinas del banquero.

Cuando la prensa empezó a hacer las primeras denuncias sobre la relación de Aldana con la exvicepresidenta Baldetti, el banquero dijo: “Yo he sido empresario de toda la vida, y he sido un empresario para servir al Señor. Y qué difícil que ahora que quiero servir al Señor, vengan estos señalamientos.Yo no he tenido nada que ver con ella ni he recibido ningún beneficio de ella”.

Aldana tiene al menos dos cosas en común con JR. También es originario de Zacapa. Y como JR, es un devoto cristiano que fundó su propia iglesia: Ministerios Dios es Fiel, con presencia en Guatemala y Estados Unidos.

El enigma del Pastor

El exministro de Gobernación de Guatemala, Francisco Rivas, explicó que el perfil de los principales narcotraficantes está cambiando. Tras la era de los grandes capos, ha emergido un nuevo tipo: los que parecen ciudadanos normales.

“En México o Colombia se han capturado narcos que parecían ejecutivos o empresarios, que vivían en residenciales de clase media o alta. Eso es lo que ahora estamos viendo en Guatemala”, dijo Rivas.

Hasta el momento, pocos capos han encarnado mejor este nuevo perfil que Jorge René García Noguera, alias JR.

Él surgió de un grupo tradicional, los Leones, que eran célebres en la aldea La Pepesca, de Río Hondo, Zacapa. Ellos donaban dinero para ferias patronales, equipos de fútbol o cualquier necesidad de la comunidad. En la feria de San Juan, los vecinos decían en broma que no se celebraba al evangelista si no a San Juancho León, como recordó el empresario de Teculután que pidió no ser identificado.

Los Leones eran también tradicionales en la forma de invertir su dinero. Acumularon fincas, mansiones y vehículos de todo tipo.

JR, en cambio, no es especialmente conocido en su pueblo, Teculután. Cuando fue juzgado en Estados Unidos en 2019 solo presentó una carta de referencia de alguien destacado de allí: un jefe de bomberos.

Tampoco se limitó a lavar su dinero poniendo a sus allegados a comprar bienes: invirtió su dinero en negocios reales y se relacionó con empresarios de la economía legal para generar más riqueza de la que ya tenía.

Las fruteras de su clan: Proingasa y Cyafsa estaban inscritas un régimen fiscal especial, que requiere de autorización del Ministerio de Economía para fomentar las exportaciones.

Pensó como lo haría un ejecutivo, y más allá de sus actividades clandestinas, demostró habilidad para desarrollar negocios legales.

Y como muchos guatemaltecos que han alcanzado éxito económico, se hizo evangélico. Su mamá y cara visible de varias empresas del grupo,  Zara Noguera, es evangélica y se presenta como pastora. Ella, además, estuvo casada con Miguel Estuardo Guerra, hermano de Guido Guerra, uno de los pastores principales de Lluvias de Gracia. Esta es una conocida iglesia de la Ciudad de Guatemala que está presente también en otras regiones del país, en Estados Unidos y en Nicaragua y tiene iglesias afiliadas en varios países como Venezuela.

Los hijos que Zara Noguera tuvo con Miguel Estuardo Guerra: Miguel y Mishelle Guerra, hermanastros de JR, son también evangélicos.

Cuando JR fue juzgado en Estados Unidos, varios miembros de Lluvias de Gracia, entre ellos el pastor Guido Guerra, remitieron cartas a la corte de Florida para asegurar que la familia era fiel de la iglesia y que el propio JR asistía regularmente al templo desde 2013.

Pero JR no era un evangélico más. Él se esforzó por serlo y por parecerlo. Entre 2016 y 2017 estudió para ser pastor, publicó tres libros cristianos que pueden encontrarse en Amazon y abrió perfiles en varias redes sociales para promocionarlos.

“Te invito a leer “El por qué de todo”, donde encontrarás resumida la revelación que he tenido como hijo de Dios”, escribió en Twitter en una ocasión.

En el libro, JR sostiene una visión del cristianismo caracterizada por la literalidad de la Biblia, y la existencia de un Dios que ama y perdona a sus creyentes pero es implacable con el resto.

También narra parte de su propia vida en tercera persona, refiriéndose a sí mismo como Jota.

En el libro, Jota tiene una revelación divina que le impulsa a abandonar a su amante y luchar por vivir de nuevo con su esposa e hijas.  Trata de lograrlo, pero su mujer no le perdona, lo que le sume en una depresión. Entonces, tiene una conversación con Dios en la que Dios le explica “el por qué de todo”, el propósito de la vida.

“Entonces Jota cayó postrado, acababan de revelarle el por qué de la existencia de todos los seres humanos: que fuimos creados para dar amor y recibir amor. En ese momento, a Jota no le importaban sus empresas, sus negocios, no le importaba el dinero o las cosas materiales que ya poseía”, escribió el narcotraficante.

Una de las ideas centrales del libro es que el matrimonio es sagrado y no se puede romper debido a que constituye, literalmente, un pacto de sangre ante Dios. Cuando el hombre penetra a la mujer virgen después de la boda, razona JR, su semen y la sangre del himen roto se unen y sellan una alianza equivalente a la que Jesús selló con Dios durante su martirio.

JR también sostiene que los homosexuales “merecen la muerte” y advierte de los peligros del sexo, que según explica, es un momento propicio para “la transferencia de demonios”.

En otro pasaje, Jota recuerda cómo una mañana vio en su tableta electrónica una prédica de un pastor que relataba la historia del rey David; cómo el monarca judío tuvo sexo con la esposa de uno de sus soldados y después se aseguró que el marido muriera en una batalla, pero a pesar de todo, fue perdonado por Dios.

“Justo en ese momento, Jota hizo una pausa pues recordó que varios profetas en días y meses recientes, le habían hablado en profecía, diciéndole que Dios lo miraba como a David, que Dios decía que él tenia un corazón como el de David, incluso algunos profetas lo llamaron el David de estos tiempos.  Uno de estos profetas, le había dicho a Jota que a Dios le agradaba su corazón y que así como David había atravesado tentaciones, problemas, guerras, persecuciones, él también había pasado por cosas similares y aún así iba a tener muchas otras pruebas más que enfrentar y confiar en Dios que él lo iba a sacar en victoria”, escribió Jorge René García Noguera, alias JR, en su libro.

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