Enrique Toledo | Opinión
Después de 21 años en revolución, el sistema de salud de Venezuela luce en el piso, con poco personal médico, mal pagado, sin insumos para las distintas áreas y especialidades y ahora se le suma el inmenso deterioro de las instalaciones, ya sea por falta de mantenimiento o inversiones en las estructuras o bien porque los trabajos ejecutados son de mala calidad, para que las ganancias de los contratistas y de quienes los contratan sean lo más abultadas posible.
Recientemente en el área de consulta de traumatología del Hospital Luis Razetti, en la región de Anzoátegui, en plena consulta, se desplomó el techo, resultando lesionados el Dr. José Parra y un paciente y su acompañante, gracias a Dios sin consecuencias que lamentar.
Muy digna de admirar la entrega de los profesionales de la salud y su amor por los pacientes que todavía en esas condiciones, continúan pasando las consultas, aun a riesgo de sus vidas y de los mismos pacientes, que lamentablemente no tienen los recursos para asistir a consultas privadas.
Ya las autoridades están al tanto de la situación, aunque han manifestado que por los momentos no hay recursos y que habrá que esperar al próximo año para atender está emergencia.
Todavía así el personal de salud sigue atendiendo las emergencias a pesar de las circunstancias.
¡Pobre Venezuela! Las gráficas hablan por sí solas.
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