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Las fortunas que manejó el empresario argentino Diego Marynberg en todo el mundo y que encendieron alarmas en los Estados Unidos por sospechas de blanqueo


Mariel Fitz Patrick
Sandra Crucianelli
Infobae

El financista y empresario argentino-israelí Diego Marynberg, dedicado a manejar inversiones y fondos provenientes de grandes fortunas en distintos países del mundo, también quedó bajo la lupa del organismo antilavado de Estados Unidos. Así quedó expuesto en FinCEn Files, la investigación liderada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) sobre el funcionamiento del sistema financiero global, de la que participa Infobae.

Bajo la cabeza de su emporio Adar Capital Partners Ltd, creado en Islas Caimán, Marynberg supo desarrollar un abanico de negocios y una cartera de activos millonarios en Estados Unidos, Latinoamérica y Europa. Su habilidad como asesor financiero le valió que lo conocieran el “Maradonna” del dinero. “Es una persona brillante”, coinciden quienes lo conocieron en Argentina en el mundo bursátil. Ex yerno del fundador del Banco Patricios -estuvo casado con Elena Szpolski-, su expansión se dio cuando comenzó a manejar inversiones y bonos en el exterior, y supo desarrollar una exitosa carrera como trader internacional.

En paralelo al crecimiento de su fortuna, desarrolló también una tarea de filantropía, especialmente en Israel donde vive actualmente y donde estudió Economía en la Universidad Bar Ilán de la ciudad de Ramat Gan, y de la que actualmente es miembro. Su nombre en su pasaporte israelí es Zev Marynberg. Judío practicante ortodoxo, bautizó con el nombre Adar por el sexto mes del calendario hebreo a la cabeza de su holding y a varias de sus empresas y fondos vinculados. Entre 2011 y 2014, donó al menos 13,5 millones de euros a través de la panameña Fundación Adar a cinco organizaciones de la ultraderecha israelí implicadas en la colonización de territorios en Cisjordania, según una investigación del diario Hareetz.

Pero sus negocios con el régimen chavista lo habrían puesto el año pasado en la mira de las autoridades norteamericanas, tal como publicó Infobae en mayo del 2019 y reveló por primera vez su rostro. Esta versión es desmentida tajantemente desde Adar Capital, y la atribuyen a una “campaña de extorsión” a través de “noticias falsas” en los medios para perjudicarlos. Así se lo explicó el gerente local de la firma en Ginebra, Bryan Schapira, al colega suizo Sylvain Besson cuando fue en nombre de ICIJ en marzo pasado hasta la sede de la firma en Ginebra. Con tecnología inteligente y oficinas prácticamente vacías, impacta la impresionante vista que se tiene desde ellas del bellísimo Lago Léman. La versión también fue negada enfáticamente por su abogado, Marcelo Etchebarne, consultado para esta investigación.

Sin embargo, del análisis de más 2.100 reportes de operaciones sospechosas enviados por los bancos de Estados Unidos a la Unidad de Inteligencia Financiera de ese país (FinCEN en inglés), surge que Marynberg ya había estado entre 2012 y 2015 bajo la lupa del organismo antilavado de ese país. Llamados SAR en inglés, por la sigla de suspicious activity report, fueron filtrados a BuzzFeed News y compartidos con ICIJ y 400 periodistas socios de 88 medios de más de un centenar de países, entre ellos, Infobae.

En estos documentos altamente confidenciales aparecen dos firmas del grupo empresario fundado por Marynberg por sus transacciones con empresas pantalla, en jurisdicciones consideradas de “alto riesgo” para el lavado de dinero, sin un propósito identificado y sin un origen claro de los fondos. Una fue Adar Latam High Income Fund Ltd, un fondo de inversión de alto rendimiento registrado en las Islas Caimán en 2011 y disuelto en 2017. La otra, la sociedad de bolsa Mercantil Valores, que funcionó desde Montevideo con clientes venezolanos y argentinos, hasta que fue dada de baja por el Banco Central de Uruguay en 2016 por no cumplir la normativa para prevenir el blanqueo de activos, entre otras irregularidades detectadas en su operatoria.

Inversiones con firmas pantalla

Las operaciones de Adar Latam High Income Fund Ltd quedaron bajo la lupa por sus transacciones con tres empresas offshore incluidas entre las reportadas por la Unidad de Inteligencia Financiera norteamericana (FinCEN en inglés), por considerar que podrían haber actuado como sociedades pantalla. Los movimientos de dinero cuestionados, tuvieron lugar en 2014 y 2015.

Una de esas operaciones fue una transferencia de la firma Jasel International Solutions, por USD 365.000, en abril de 2014. Los fondos fueron enviados a la cuenta de Adar Latam Fund en el Deutsche Bank de Nueva York, desde el Banco Internacional Sudamericano de Curazao. Esta entidad fue una de las que procesó pagos de sobornos a funcionarios en Ecuador por parte de Odebrecht, aunque el banco de este territorio autónomo de los Países Bajos siempre negó tener relación alguna con la constructora brasileña.

Jasel figura con un domicilio en Belice, que es el mismo de otra docena de empresas y coincide con el del estudio proveedor de servicios corporativos en ese pequeño país centroamericano, una ex colonia británica que funciona como uno de los principales centros financieros offshore debido a sus ventajas fiscales para no residentes. Al buscar a qué se dedica, aparece registrada en Curazao, desde septiembre de 2014 y hasta diciembre de 2017, como una empresa cuya actividad es supuestamente la compra venta de oro y otros metales y piedras preciosas.

La alerta de la sede neoyorquina del Banco de New York Mellon se activó, precisamente, por la sospecha de que Jasel fuera una firma “de papel” - o sea que solo existe en las actas y sin infraestructura ni empleados- operando en jurisdicciones consideradas de “alto riesgo” para la prevención del lavado de dinero como Belice, Caimán y Curazao. Jasel International Solutions no respondió la consulta para esta investigación

“Las sociedades pantalla (shell companies en inglés) pueden ser creadas y utilizadas por individuos y negocios con fines legítimos. Sin embargo, son una preocupación por el lavado de dinero y los delitos financieros dado que son fáciles de formar, y estructuradas de una manera diseñada para encubrir los detalles transaccionales de las entidades. El uso de empresas pantallas ofrece una oportunidad para entidades extranjeras o nacionales de mover dinero mediante transferencias electrónicas ya sea directa o mediante un banco corresponsal, sin que se conozca la verdadera identidad de los dueños o la finalidad del giro”, puede leerse en el SAR analizado por Infobae donde se reporta la transacción entre Jasel y el fondo de inversión de Adar Capital.

Las instituciones financieras en Estados Unidos están obligadas a reportar a la FinCEN si “saben, sospechan o tienen una razón de sospechar” que una transacción que pasa por ese país tiene un origen delictivo o no tiene un propósito de negocios claro. Estos reportes no son denuncias formales ni implican per se un delito, pero otorgan al sistema financiero su línea de defensa más fuerte contra operaciones de lavado de dinero.

Apenas tres días después de la transferencia de Jasel a Adar Latam Fund, otras cuatro operaciones activaron las alarmas del New York Mellon por no tener un motivo identificado. En los doce días siguientes, este fondo de inversión de alto riego –en esta oportunidad con domicilio informado en las Islas Vírgenes Británicas- recibió cuatro giros en su cuenta en el Deutsche Bank de Amsterdam, por un total de USD 1,3 millones. El dinero nuevamente provenía de una cuenta en el Banco Internacional Sudamericano de Curazao pero, esta vez, a nombre de Zaibco Advisors Ltd, una firma registrada en 2012 en el territorio británico de Anguila, que se mantuvo “activa” hasta 2018. Su agente intermediario, el HBM Group de Curazao, no respondió la consulta enviada por ICIJ para conocer a qué se dedicaba y el motivo de los fondos que recibió de Adar Latam Fund.

Pese a lo que indican los documentos, a través de su abogado Etchebarne, Marynberg aseguró que Adar Latam High Income Fund “no hizo ningún negocio” con Zaibco Advisors ni con Jasel International Solutions. “Como administrador de fondos de terceros podríamos haber recibido un depósito o hacer una transferencia a pedido de un cliente y por cuenta y orden de ese cliente a la empresa que Ud. menciona, pero no por cuenta propia nuestra, motivo por el cual no tenemos registro de la misma al día de hoy”, fue la respuesta del creador de Adar Capital, que hizo llegar el profesional del estudio multinacional de abogados DLA Piper Global al ser consultado por Infobae.

“Adicionalmente, todas las operaciones realizadas por nuestra empresa pasan por el previo filtro de World-Check de conformidad con nuestros protocolos de compliance y anti-corrupción. Si hubiera un registro negativo en World-Check con una contraparte, no se haría ninguna operación por cuenta propia o de terceros a dicha persona o empresa. Este es el mismo mecanismo utilizado por la mayoría de los agentes financieros internacionales”, agregó. Hizo referencia a esta base de datos de personas políticamente expuestas, así como particulares y organizaciones con mayor riesgo financiero o de reputación.

En la transferencia que recibió Adar Latam de Zaibco Advisors, como detalle del pago figuraba “FFC ACC 2517 of Farehaven Finance Limited”. La abreviatura “FFC” significa que el dinero se envió a través de un banco intermediario a la cuenta del beneficiario final, en este caso a una empresa de la que apenas hay una mención en una gaceta de las Islas Vírgenes Británicas de 2018, por una notificación de que debía nombrar un agente registrador o sería dada de baja del registro de esta jurisdicción offshore.

Al respecto, Marynberg admitió que Adar tiene “registros de descuentos de facturas” con Farehaven Finance. Pero precisó que fue Morgan Stanley, uno de los bancos de inversión más importantes del mundo, quien hizo la introducción con dicha empresa para hacer dichas operaciones. “No había ninguna alerta en World Check en ese momento para operar con dicha empresa. Tampoco Morgan Stanley, con quienes operaban, hizo ningún comentario negativo, todo lo contrario”, insistió su abogado en respuesta a la consulta de Infobae.

Sin identificación del cliente final

Varios de los motivos de este SAR elaborado por el Banco New York Mellon fueron similares a los del anterior. Pero en el reporte elevado a la FinCEN, la entidad bancaria sumó como argumento para emitir la alerta que el origen de los fondos -por montos elevados- y el propósito de las transacciones no estaban identificados. El reporte también destacó la existencia de lo que se conoce como “nesting”, el uso de cuentas en bancos más chicos en otras jurisdicciones, que actúan como “corresponsales” (o intermediarios) de una entidad en Estados Unidos, lo que dificulta verificar la identidad del cliente.

La investigación de ICIJ encontró que los bancos que aparecen en FinCEN Files procesaban regularmente transacciones con compañías registradas en paraísos fiscales, sin conocer al dueño final de la cuenta. En la mitad de los reportes, los bancos no habían completado el proceso de identificar a las partes intervinientes en una operación, y no tenían información sobre una o más entidades detrás de las transacciones.

El tercer SAR donde aparece Adar Latam Fund en FinCEN Files es de junio del 2015, un año más tarde. Esta vez, fue el Standard Chartered Bank of New York el que alertó de una operación previa, de la que no da mayores detalles, entre el fondo de Marynberg y la firma A&L Services Limited. Según se desprende de correos y documentos de la investigación de ICIJ conocida como Paradise Papers, esta empresa está vinculada con el empresario austriaco venezolano Martín Lustgarten Acherman, cuya participación en actividades de lavado de dinero fue revelada por el sitio Armando Info de Venezuela, a partir de Panama Papers, y para esta investigación de FinCEN Files, por el Nuevo Herald y el Miami Herald, socios de esta alianza periodística.

En relación con esta transacción, Etchebarne volvió a negar enfáticamente que haya existido algún negocio entre Adar Latam y A&L Services o cualquiera de las empresas controladas por el grupo de Lustgarten, y reiteró que tampoco “veían registros negativos en World-Check al día de hoy” sobre esa firma. “Si hubiera habido una operación por cuenta y orden de terceros con dicha firma, el proceder nuestro se habría ajustado a los protocolos de compliance de la industria y no se nos podría achacar ninguna conducta inapropiada”, fue la respuesta que hizo llegar en nombre de Marynberg.

Sin embargo, para la fecha en la que se emitió el SAR que destaca la operación de A&L Services con el fondo de Marynberg, ya Lustgarten había sido detenido por la Justicia de Estados Unidos, y sus empresas vinculadas con la estructura que le permitió movilizar más de USD 100 millones de dudosa procedencia.

De hecho, en otro reporte de operación sospechosa emitido por el mismo banco de Nueva York un mes después, en julio del 2015, se cuenta lo sucedido y se destaca que las actividades de Lustgarten se remontan a marzo de 2008. Pero no fue sino hasta 2015 cuando la Justicia norteamericana alegó que, junto con Salomon Bendayan, “establecieron una red de sociedades en Hong Kong, Panamá, Florida y otros lugares para recibir fondos de fuentes ilegales”, como por ejemplo del narcotráfico colombiano.

“A mí lo que sale en Google me tiene generalmente sin cuidado. Lustgarten recibe una transferencia supuestamente de Adar. Pero, ¿estaba en World Check en la fecha en que se realizó la transferencia? Adar hizo lo que está en sus protocolos, tiene un departamento de compliance”, dijo el letrado sin ocultar su fastidio en el diálogo por Zoom luego de responder los correos enviados.

A finales de 2015, Lustgarten, quien llegó a estar recluido en una prisión federal de Estados Unidos, quedó libre de culpa por el que se considera fue un mal manejo del caso por parte de los fiscales federales de Boston. Aunque ahora está ayudando a las autoridades estadounidenses a armar casos contra sus antiguos clientes, su abogado declinó responder las preguntas que le envió ICIJ para esta investigación, entre ellas la de esta operación con el fondo de inversión de Marynberg.

En el documento confidencial de la FinCEN, no se menciona el monto de la transferencia que le hizo A&L Services. Pero sí se hace referencia a una sospecha publicada en distintos medios de prensa de que Marynberg había estado “acusado de conspirar con el (entonces) ministro de Economía de Argentina, Axel Kicillof, para cometer crímenes financieros”. Sin embargo, el reporte advierte que “esas acusaciones no parecen estar relacionadas con las sospechas de actividades sospechosas” reportadas en el SAR.

En 2014, la Justicia en Argentina había abierto una investigación sobre una operación de venta de bonos del Banco Central de este país a la entidad suiza UBS Investment Bank. Esos bonos por USD 200 millones -según la denuncia- habrían sido recomprados por fondos de inversión representados por Latam Securities LLC, propiedad de Marynberg. Pero el juez federal Rodolfo Canicoba Corral archivó la causa porque el Banco Central informó que “nunca realizó compra de venta de títulos ni concretó operación con Latam Securities”, según estableció en su resolución.

Licencia revocada en Uruguay

En los reportes de operaciones sospechosas no solo aparece el fondo de inversión de alto riesgo de Marynberg, Adar Latam. También figura en los documentos confidenciales de FinCEn Files la sociedad de bolsa uruguaya Mercantil Valores. Esta firma presidida por el empresario argentino-israelí fue dada de baja por el Banco Central de ese país (BCU) en 2016, tras “severas observaciones” en materia de prevención de lavado de activos. Fue una de las tres empresas de corretaje de valores a las que el BCU le revocó la licencia para operar en los últimos diez años, según informó la institución a través de su Departamento de Comunicación Institucional, al ser consultada para esta investigación.

“Del análisis de transacciones surge que todos los clientes de la entidad operan en sus cuentas por montos altamente significativos, sin que se cuente en la mayoría de los casos con información suficiente que permita determinar y comprobar el origen de los fondos manejados en las mismas”, así como “tampoco documentación acerca de la situación económico financiera que permita justificar el volumen de los fondos manejados”, puede leerse en la resolución de la entidad bancaria del mayo de 2016 a la que accedió Infobae. También advirtió que “no existía información suficiente respecto de la actividad de la sociedad o del beneficiario final” de varias de las cuentas.

En 2014, la Justicia en Argentina había abierto una investigación sobre una operación de venta de bonos del Banco Central de este país a la entidad suiza UBS Investment Bank. Esos bonos por USD 200 millones -según la denuncia- habrían sido recomprados por fondos de inversión representados por Latam Securities LLC, propiedad de Marynberg. Pero el juez federal Rodolfo Canicoba Corral archivó la causa porque el Banco Central informó que “nunca realizó compra de venta de títulos ni concretó operación con Latam Securities”, según estableció en su resolución.

Licencia revocada en Uruguay

En los reportes de operaciones sospechosas no solo aparece el fondo de inversión de alto riesgo de Marynberg, Adar Latam. También figura en los documentos confidenciales de FinCEn Files la sociedad de bolsa uruguaya Mercantil Valores. Esta firma presidida por el empresario argentino-israelí fue dada de baja por el Banco Central de ese país (BCU) en 2016, tras “severas observaciones” en materia de prevención de lavado de activos. Fue una de las tres empresas de corretaje de valores a las que el BCU le revocó la licencia para operar en los últimos diez años, según informó la institución a través de su Departamento de Comunicación Institucional, al ser consultada para esta investigación.

“Del análisis de transacciones surge que todos los clientes de la entidad operan en sus cuentas por montos altamente significativos, sin que se cuente en la mayoría de los casos con información suficiente que permita determinar y comprobar el origen de los fondos manejados en las mismas”, así como “tampoco documentación acerca de la situación económico financiera que permita justificar el volumen de los fondos manejados”, puede leerse en la resolución de la entidad bancaria del mayo de 2016 a la que accedió Infobae. También advirtió que “no existía información suficiente respecto de la actividad de la sociedad o del beneficiario final” de varias de las cuentas.

En su descargo, Mercantil Valores “reconoció que en las actuaciones se constataron debilidades e incumplimientos parciales, respecto a lo cual asumió el compromiso de corregirlos”, según figura en el documento del BCU. Sin embargo, Etchebarne aseguró ante Infobae que desde la autoridad bancaria uruguaya no le dieron a la firma “fundamentos ajustados a derecho que justifiquen dicho cierre” ya que “no estaba sustentada en dictámenes legales”. La decisión -según afirmó- se basó en notas adversas en los medios “operadas por el Fondo Elliott” que no eran ciertas. “Al regulador uruguayo no le importó defender a un operador externo. Ante la mera publicación de información falsa por medios de prensa, procedió al cierre”, aseveró el abogado del estudio DLA Piper Global.

ICIJ consultó nuevamente al BCU respecto de estas afirmaciones del abogado de Marynberg, y la Dirección de Comunicación de la autoridad bancaria uruguaya respondió: “No es correcta la afirmación realizada. La Asesoría Jurídica dio el visto bueno al proyecto de resolución que proponía la cancelación de actividades y el retiro de la autorización para funcionar”. Y agregó: “La evaluación de nuestro organismo fue que las falencias detectadas en materia del sistema integral de prevención de lavado de activos y de financiamiento del terrorismo (y especialmente de identificación de beneficiarios finales) eran de tal entidad que ameritaban la sanción adoptada”. De hecho, pese a que Marynberg apeló la decisión de la revocatoria de sus actividades, fue confirmada por la máxima autoridad bancaria de Uruguay en agosto de 2018.

Intermediación sospechosa

Ya en 2015, un año antes que Mercantil Valores no fuera autorizada a seguir funcionando en ese país, el Standard Chartered Bank de New York emitió asimismo un reporte de operación sospechosa por una transferencia que esta firma de Marynberg recibió de A&L Services Limited, que ya había sido contraparte en otro giro de su fondo Adar Latam, también reportado.

No fue la única transacción que despertó alarmas entre esa sociedad de bolsa uruguaya y Lustgarten. Mercantil Valores también fue destinataria de otra transferencia por USD 3 millones provenientes de otra empresa de Lustgarten: Andan Ltd. En su perfil de LinkedIn, el empresario austríaco venezolano se presenta como director general de esta consultora registrada en el Reino Unido, que continúa “activa”, según el registro societario de ese país consultado por Infobae.

“No conocemos ni tenemos relación alguna con el Sr. Martin Lustgarten”, dijo Marynberg, ante la pregunta de cuál era su relación con este empresario.

Conexión con un testaferro de Báez

Pero las alerta sobre las transacciones de Mercantil Valores habían comenzado aún antes. En diciembre de 2013 y febrero de 2014, el Banco Espirito Santo de Miami emitió otros dos SAR en los que se detalla que esta financiera uruguaya recibió USD 10 millones enviados por Sarleaf, sin un propósito identificado. Esta firma de la familia Ceballos de Venezuela fue reportada ante la FinCEN por los movimientos sospechosos en sus cuentas.

Sarleaf, una empresa creada en Londres para “proteger a los Ceballos de una exposición pública” tuvo como principal cliente al gobierno venezolano, que la favoreció con contratos de obra pública. El “accionista nominal” de Sarleaf fue el abogado argentino residente en Suiza Marcelo Ramos, que quedó vinculado a la “ruta del dinero k” por el ser el titular de Helvetic, la empresa vehículo suiza que usó el empresario kirchnerista Lázaro Báez para quedarse con la financiera “La Rosadita” en 2011. Liderada por Alejandro Ceballos Jiménez, un magnate de la construcción con lazos estrechos con el gobierno chavista, la familia Ceballos es dueña de empresas sospechadas de maniobras de corrupción con funcionarios de ese país.

Infobae le preguntó al abogado de Marynberg sobre el objeto de esa transacción entre Sarleaf y Mercantil Valores en Uruguay. “Eso es solicitar que violemos el secreto financiero, lo cual sería un delito. No estamos habilitados a dar nombres de clientes, como corresponde a cualquier banco o agente de valores”, respondió Etchebarne en nombre de su representado.

También fueron consultados Alejandro Ceballos y Ramos por esa transacción catalogada como sospechosa por el banco, pero ambos declinaron dar precisiones. El magnate venezolano, por la imposibilidad para acceder a sus documentos debido al confinamiento en Caracas por el Covid-19. El abogado de Ramos en Suiza, John Dell’Oro, respondió a Infobae que, “dado que (su cliente) brindó servicios fiduciarios, considera que la información específica está cubierta por el secreto profesional. Nunca brindó servicios financieros, por lo que no participó directamente en ninguna transacción de pago y no sabe nada al respecto”.

Sospechas en Curazao

Cuando el Banco Central de Curazao revocó la licencia al Banco del Orinoco (BDO) en esa isla neerlandesa del Caribe el año pasado, salió a relucir nuevamente el nombre de Marynberg, su fondo de inversión Adar Latam y Mercantil Valores. Sus nombres figuraron, esta vez, entre las “violaciones más severas” que el Banco Central de Curazao pudo detectar a regulaciones contra el lavado de dinero, por parte del BDO, propiedad del banquero venezolano Víctor Vargas.

En el documento fechado el 2 de septiembre de 2019, el Banco Central de Curazao detalla movimientos en las cuentas en el BDO que tuvieron Mercantil Valores y Adar Latam Fund. Por ejemplo, el 22 de noviembre de 2013, el fondo de inversión de alto riesgo de Marynberg transfirió casi USD 44 millones a Mercantil Valores y, cuatro días después, esta firma transfirió un total de USD 2,4 millones a otras cuentas en el Banco de Orinoco. Esto a pesar de que una ex oficial de cumplimiento del BDO citada en el documento reconociera al Banco Central de Curazao que no se hicieron las diligencias debidas con respecto al cliente (CDD, por sus siglas en inglés) de Mercantil Valores, una actividad que sí se habría llevado a cabo con Adar, según se lee más adelante en el mismo documento. “(El) BDO, en ausencia de la documentación CDD de respaldo requerida a este respecto, no podría haber determinado de manera razonable y objetiva el origen de los fondos en la cuenta de (Mercantil) Valores”, advirtió el Banco Central de Curazao en la revocatoria de licencia del BDO.

Pero Etchebarne negó que alguna de estas dos empresas de Marynberg hayan tenido cuentas en el BDO en Curazao. “Obviamente el Banco del Orinoco no tenía la menor información de due diligence de Mercantil Valores porque nunca le dimos información elemental para abrir una cuenta bancaria. En consecuencia todas las acusaciones de dicho informe sobre cuentas que no eran nuestras, operaciones que no hicimos, es sencillamente ridículo”, aseguró el abogado del financista argentino-israelí.

En el documento, sin embargo, se afirma que Mercantil Valores sí tuvo una cuenta en el BDO, e incluso, se especifica que tenía un saldo de USD 472.350 para febrero de 2019. Etchebarne consideró “absurda” esta información, pues -recordó- la sociedad de bolsa fue liquidada en Uruguay en 2016. “Una empresa que dejó de existir no puede tener una cuenta bancaria con saldos, no puede tener patrimonio”, insistió.

El equipo de ICIJ envió un cuestionario a las autoridades del Banco Central de Curazao para aclarar este y otros asuntos del informe, pero solo una confirmación de que el BDO había sido declarado en bancarrota el 4 de octubre de 2019 y que a partir de ese momento dejaron de supervisarlo. En la respuesta, el director financiero de la entidad, José Jardim, señaló que no podía revelar información concerniente a instituciones que hayan estado bajo su supervisión. En tanto, el fiscal de Curazao Roger Bos -consultado también para esta investigación- respondió que no podía dar información de pesquisas en curso, ni podía confirmae si una organización estaba bajo investigación en este territorio autónomo neerlandés.

“Asumiendo que dicho banco (BDO) en su contabilidad registró saldos a favor o en contra de Mercantil o Adar, podrá obedecer a su operatoria de estafa, a la existencia de saldos a pagar o cobrar con relación a dichas operaciones de compra venta de bonos o repos, como cuentas internas del banco, u a otros motivos, pero no a cuentas efectivamente abiertas en dicho banco por nosotros”, sostuvo Marymberg.

Las mencionadas operaciones, de compra venta o repos de bonos con el BDO, siempre según su explicación, se habrían realizado únicamente hasta 2015, “en condiciones razonables de mercado, en competencia con otras entidades financieras de primer nivel y comprobables”. Según Etchebarne, “históricamente, Diego Marynberg ha sido un muy buen trader. En 20 años tiene track record acreditado, muy bueno”.

Sin embargo, esta performance en el manejo de bonos no impidió que, también en esta isla caribeña muy próxima a la costa venezolana, sus empresas fueran reportadas ante la Unidad de Inteligencia Financiera de Curazao (FIU, por sus siglas en inglés). El 30 de enero de 2015, por ejemplo, la oficial de cumplimiento del Banco del Orinoco reportó una transferencia de USD 8,7 millones que Adar Latam Fund le hizo a ICP Consulting Ltd, subsidiaria de Cartera de Inversiones Venezolanas CA, propiedad del banquero venezolano Víctor Vargas y accionista mayoritaria del propio BDO de Curazao.

Esa no fue la única transferencia que el fondo de inversión de Adar Capital realizó a una entidad vinculada con Vargas, a quien un sector de la oposición venezolana pretende investigar por estafa y lavado de dinero en la Asamblea Nacional. El informe del Banco Central de Curazao destacó transferencias por USD 3,7 millones que Adar Latam Fund hizo a Cartera de Inversiones Venezolanas y al BOI Bank Corporation de Antigua, otra de las compañías de este banquero venezolano. Pero estos movimientos no fueron reportados a la FIU, como tampoco otros giros que involucraban al fondo de Marynberg y que, a juicio del Banco Central de Curazao, debieron ser informados al organismo antilavado.

“Todos los pagos y recepciones de fondos que se realizaron por intermedio del Banco del Orinoco fueron contraprestación de operaciones con bonos a valores de mercado y son auditables. Los pagos que se hubieran realizado fueron por cuenta y orden del mismo Banco o su grupo económico. Los bonos vendidos podrían ser de cartera propia del banco o de sus clientes, algo no relevante para nosotros en la medida que la contraparte no figurara en World Check con una alerta”, acotó Etchebarne con respecto a estas transacciones.

“Tanto Mercantil Valores como Adar Latam High Income Fund fueron grandes operadores de bonos en América Latina durante dicho período, con una performance muy destacada por sus rendimientos y track record auditado, lo cual es esencial para la credibilidad de un fondo de inversión”, agregó el profesional que defiende los intereses de Marynberg y Adar Capital desde principios del año pasado, cuando comenzó la presunta “campaña de extorsión” alegada.

Al justificar la operatoria de las empresas de Marynberg con el hoy quebrado Banco de Orinoco, el abogado del inversionista argentino señaló: “Era una de las contrapartes más activas en la venta de bonos venezolanos en esa época, hasta el 2015 cuando dejamos de operar con ellos. Era uno de los cinco grupos financieros venezolanos más grandes probablemente en esa fecha. Ello garantizaba la existencia de liquidez con una contraparte que era considerada de prestigio y con eficiencia en la ejecución de esas operaciones, en esa fecha. Luego de 2015, se verificó que ese banco cometió un fraude bancario de enorme magnitud estafando a sus clientes y engañando a los reguladores”.

Venezuela: “El gran error”

“Nuestro acercamiento se basó en la idea de que el gobierno venezolano sería pragmático cuando la situación lo exigiera, pero nos equivocamos. Tampoco anticipamos la caída en los precios del petróleo”, puede leerse en un brochure de 15 páginas que distribuyen en las oficinas de Adar Capital Partner en Suiza, y donde se exponen historias de éxito en Grecia, Argentina, Alemania, Ucrania entre otros países.

La corta historia oficial de cuatro párrafos de Adar Capital sobre suexperiencia en Venezuela –titulada “Nuestro gran error”, se remonta a junio de 2014, cuando Argentina entró en default. Entonces, la empresa que, para el momento, tenía una posición importante en bonos argentinos, decidió cambiar a los bonos soberanos venezolanos “que tenían mayor rendimiento y pagando cupones”, según el folleto. “Al final, perdimos más tiempo que dinero, y estuvimos expuestos a demasiada volatilidad. Decidimos reducir nuestra posición y ser más conservadores en futuras inversiones”, reconocen.

Etchebarne aclaró luego ante la consulta de Infobae que no Adar Capital no invirtió en posiciones propietarias en Venezuela desde 2017, tras haberlas tenido desde principios de la década de los 90, “siempre a valores de mercado y siempre a través del mercado secundario con la intermediación de entidades financieras de primer nivel”.

Hay once años de diferencia entre aquel brochure, fechado en 2017, y la entrevista que el otrora entusiasta Marynberg concediera a Bloomberg, en 2006. En aquel entonces, con 36 años, se jactaba de tener el 90% del capital del fondo con el que operaba entonces, Geo Equity Opportunities I Ltd, invertido en compañías venezolanas, mientras otros se alejaban por prever una eventual inestabilidad. “El riesgo político de hecho existe, pero el descuento que está cobrando el mercado por eso simplemente es demasiado alto (…) Al final del día, Venezuela es el país más rico de América Latina”, decía Marynberg, entonces, desde Buenos Aires, a la agencia Bloomberg. Por aquellos años, se mostraba optimista. “Con los precios del petróleo a este nivel (USD 71,60 por barril) es imposible que las cosas puedan ir mal para Venezuela".

Varios años más tarde, Marynberg habría encontrado precisamente una nueva oportunidad de hacer negocios con Venezuela. Amparándose en un acápite de la ley del Banco Central de Venezuela, y con la anuencia del entonces Tesorero Carlos Malpica Flores, por dos años, entre 2014 y 2015, su fondo habría obtenido dólares subsidiados, con los que luego habría comprado bonos de la deuda de Reino Unido –considerados como “seguros” por los entendidos–, que posteriormente eran revendidos al 90% de su valor en el mercado secundario para abastecer a empresarios venezolanos sedientos de dólares. Fuentes con conocimiento de la operación estiman que, entre 2014 y 2015, esas operaciones podrían haber sumado alrededor de USD 1.500 millones.

Marynberg, sin embargo, negó esta información: “Adar Capital no recurrió a ningún mecanismo de los que ustedes mencionan (…) No conocemos ni hemos tenido conexiones con el Banco Central de Venezuela, no tenemos ni hemos tenido relación alguna con la persona que mencionan (Malpica Flores), ni con ningún otro funcionario del gobierno de Venezuela”. Y volvió a atribuir esta versión a una supuesta campaña de extorsión. “Desde hace dos años hemos sido víctimas de un intento de extorsión vía e-mails y llamadas encriptadas donde se nos amenazaba con brindar información falsa a la prensa mundial y a los juzgados en los Estados Unidos si no aceptábamos hacer un pago exorbitante de dinero”, aseguró a través de su abogado.

En Suiza, sin embargo, se estarían investigando las mencionadas operaciones como posible lavado de dinero. De hecho, a Marynberg le cerraron cuentas bancarias en ese país en el Banco Vontobel.

“En mayo de 2019, el Banco Vontobel rompió el secreto bancario divulgando a la prensa suiza detalles de nuestra cuenta bancaria. Les hemos anticipado que tomaremos medidas legales y esta ha sido su reacción ante nuestros reclamos. Vontobel deberá responder ante su regulador por haber violado sus obligaciones bancarias”, argumentó Etchebarne en representación de su cliente, siempre refiriéndose a presunta información falsa vertida en la prensa que, asegura, fue la que llevó a Vontobel y otros bancos a cuestionar sus operaciones.

Más allá de esas alertas de las entidades bancarias, Marynberg se ufana - a través de su abogado- de no tener investigaciones abiertas actualmente en la Justicia estadounidense ni de ningún otro país. ICIJ consultó al Departamento de Justicia de Estados Unidos sobre si había sido o era en el presente objeto de una investigación, pero el organismo declinó responder.

Con la colaboración de Andreína Itriago (Armando Info) desde Venezuela, Guillermo Draper (Búsqueda) desde Uruguay y Sylvain Besson (Tamedia AG) desde Suiza.

El equipo argentino de ICIJ que trabajó en FinCEN Files está compuesto por Mariel Fitz Patrick y Sandra Crucianelli (Infobae), Hugo Alconada Mon, Maia Jastreblansky, Iván Ruiz y Ricardo Brom (La Nación) y Emilia Delfino (Perfil).

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