EL PUBLIQUE

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Descontento con el Gobierno de Cortizo causaría tensiones en estamentos de seguridad panameños


Por Pedro Gómez

La situación política y social en Panamá resulta preocupante no solo para quienes habitan en el país centroamericano, sino también para países vecinos e igualmente para países amigos.

La censura gubernamental sobre los medios de comunicación y la intención de contener las críticas en las redes sociales parece ser un intento por ocultar muchas realidades y controlar un posible estallido social o cualquier otra manifestación del descontento popular.

El presidente Laurentino Cortizo es hoy uno de los mandatarios de la era post dictadura, con los más bajos índices de aceptación popular, creciendo cada vez más el rechazo hacia su Gobierno.

Las manifestaciones de la oposición son escasas en Panamá y dentro de ese diminuto grupo de opositores a Cortizo están exmiembros de su Gobierno que se han sentido defraudados por el mandatario, al igual que la izquierda representada por dirigentes obreros del Sindicato Único Nacional de Trabajadores de la Industria de la Construcción y Similares (SUNTRACS).

En paralelo ha surgido una especie de Gobierno en la sombras conformado por diputados miembros del Partido Revolucionario Democrático (PRD), mientras algunos ciudadanos perciben a Cortizo tan solo como una figura decorativa.

La oposición del partido Cambio Democrático no se hace sentir en los espacios de debate y el expresidente Ricardo Martinelli, quien se creía pudiera encabezar el liderazgo opositor, ha terminado por asumir una postura menos beligerante, cuestión que algunos suponen se deba a la posibilidad de ser extraditado a Estados Unidos, donde tanto él como sus hijos se han visto salpicados por escándalos de presunto lavado de dinero relacionados con el caso Odebrecht. En todo caso, la postura de Martinelli no ha sido de ninguna forma desafiante hacia Cortizo, como lo fuera con el expresidente Juan Carlos Varela, esperando quizás un trato benevolente del hoy presidente.

Últimamente se ha estado comentando sobre informaciones que manejarían agencias de inteligencia extranjeras que monitorean la situación política en Panamá, tanto europeas como norteamericanas, que harían énfasis en el descontento existente en los estamentos de seguridad panameños, particularmente en la Policía Nacional y el Servicio Nacional de Fronteras (Senafront), algo que pudiera ser un caldo de cultivo para que se manifieste de manera peligrosa algún tipo de movimiento insurreccional o revuelta.


Pero el tema no queda solo allí, pues también se ha estado diciendo que a una orden para remover al Director General de la Policía Nacional de Panamá, Comisionado Jorge Miranda, no se le ha dado pleno cumplimiento por temor a posibles reacciones de conflicto a lo interno del órgano policial.



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