La honestidad no es algo que distinga precisamente a dueños de casinos y
centros de apuestas en Venezuela, de quienes comúnmente se leen y oyen
historias de deudas y fraudes.
Hace unos meses se conocía un audio de un gerente de casinos llamado
Robinson Cordero, donde este negaba tener deudas, pero sí acusaba a su socio
Ángel Tovar de estar endeudado con muchas personas.
Muy a pesar de lo dicho por Cordero, de quien sería la voz en la grabación,
ahora se ha sabido que este sí dejó cantidad de deudas con sus empleados en un
local de apuestas ubicado en un ala del Centro Comercial Coconut Center, en la
ciudad de Lechería, región Oriente de Venezuela.
La pandemia de COVID-19 obligó el año pasado a Cordero y a su socio a cerrar el centro de juegos, dejando a muchos empleados entendiendo, desempleados y en la calle, a los que nunca les pagaron su liquidación. Los trabajadores no han tenido forma de cobrarle a Cordero y a su socio, después que Cordero se mudara al parecer al estado Zulia, al Occidente de Venezuela, para atender los padecimientos de salud de un familiar.
Todo esto por lo visto es muy distinto a ese sentido de responsabilidad,
honradez y honestidad, con los que se oye hablar en el audio al dueño de
casinos.
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