Alek Boyd
infodio.com | Traducción
Marzo 8, 2019
Hugo Chávez solía gobernar a través de las pantallas de televisión. Nunca alguien a favor de la ortodoxia, el dominio de las transmisiones por televisión del golpista era legendario. Llegó al poder gracias a su discurso " por ahora " en 1992, en el que llamó a las fuerzas armadas rebeldes a rendirse, y una vez en el poder, se apoderó de las ondas de radio como nadie lo había hecho antes o desde entonces. Nicolás Maduro no tiene ese don, sus discursos públicos son hechos muy desagradables. Y luego Venezuela ha producido otra primicia en Juan Guaidó: gobierno por hashtag.
#VamosBien. Significa que todo va bien, estamos en el camino correcto, lo estamos haciendo bien. Podría ser descendiente del " estamos mal pero vamos bien " de Teodoro Petkoff , y Guaidó quiere protegernos de la realidad (" estamos mal "). En cualquier caso, se desconoce el origen. Lo ineludible, al menos para este observador, es la falta de sustancia de Guaidó. El gobierno por hashtag es el epítome de otro dicho vernáculo: " como vaya viniendo, vamos viendo ", que significa inventarlo sobre la marcha.
Las promesas vacías, el nepotismo, la indiferencia desenfrenada por la justicia y la ejecución amateur caracterizan la presidencia cuidadosa de Guaidó. Guaidó está rodeado por la peor escoria política y empresarial que ha producido Venezuela. Abraza a Luisa Ortega Díaz, nombra a personas con ineludibles conflictos de intereses, es liderado por la figura política más tóxica, juega rápido y suelto con el estado de derecho, mientras propaga al ejecutivo de #VamosBien.
El futuro de #Venezuela en un par de fotos: @jguaido abrazando a @lortegadiaz en presencia del batequebrao @calderonberti Asco de gente...
Las fotografías con líderes extranjeros también son inútiles, dentro de las fronteras de Venezuela. La prioridad número uno de Guaidó es " cese de la usurpación ", lo que significa que se espera que Nicolás Maduro entregue su posición y poder. ¿Cómo sucederá exactamente eso: por tweets de John Bolton o imágenes publicadas por el Comandante Rubio? ¿Por #alloptionsonthetable hashtag? Si el primer paso en el plan de Guaidó es que Maduro se vaya, la parte de irse, ¿cómo va a suceder eso?
Gaidó no tiene ningún problema con los absolutamente corruptos. Sonriendo junto a Pedro Torres Picón ...
El régimen de Nicolás Maduro no es un gobierno ortodoxo, sino un híbrido, compuesto por militares totalmente corruptos involucrados en el narcotráfico, marcos institucionales totalmente corruptos, grupos terroristas, crimen organizado y no organizado, guerrillas, cabecillas y otros actores apolíticos incumplidores. Hemos visto cómo Guaidó básicamente está regalando publicaciones a amigos y familiares. Pero, ¿dónde están las personas designadas que se ocuparán, por ejemplo, del ELN, ahora lo suficientemente envalentonado como para volver a participar en asesinatos terroristas en Bogotá?
¿Qué hay de actores externos pero igualmente importantes, como Cuba? ¿Quién es el designado de asuntos rusos? ¿Quién está hablando con el chino y con Erdogan? La verdad es que no hay plan sino un deseo común de que, de alguna manera, Maduro se irá, renunciará al poder y, al hacerlo, convencerá a todos de que depongan las armas, abandonen los esquemas que generan miles de millones y se vayan con él. Es una locura tener tal expectativa, y hasta que Guaidó no brinde ejemplos claros de cómo se manejará el lío chavista, yo diría que no hay una sola posibilidad de que una transición tenga éxito.
Imagínense, por ejemplo, lo que deben pensar Francisco Morillo y los comerciantes de energía suizos demandados por PDVSA al ver al perito que contrataron siendo designado por Guaidó como Procurador (Asesor Jurídico General): "¡pues, muchas gracias Henry Ramos Allup!". Morillo juega en el mismo juego que los boligarcas más poderosos -desde Raúl Gorrín a Alejandro Betancourt, los hermanos Oberto, Coco y Michu Capriles y DD- están activamente comprometidos estos días: engrasar la plataforma de Guaidó para que la amnistía esté garantizada.
Son los primeros días, está bien, pero el Obama de Naiguatá está lejos, muy lejos de conseguirlo. No somos los fieles a la fiesta, no nos dejamos llevar por las miradas y la cálida sonrisa. Nuestro papel no es celebrar ciegamente cada medida, devolución, tweet, sesión de fotos o hashtag de Guaidó, sino señalar las inconsistencias, las fallas, la corrupción, el nepotismo y la falta de visión. No tenemos tiempo para triunfalismos idiotas e infundados. Si una Venezuela verdaderamente democrática va a emerger del tiempo chavista de tierra arrasada, una oposición mucho más madura, intelectualmente profunda y capaz debe hacerse cargo. Guaidó y sus compañeros no. Se necesita hacer mucho más .
Lea aquí
0 Comentarios