EL PUBLIQUE

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Gonzalo Guillén: Tres en uno. Un Pasquín, septiembre de 2021


Por Gonzalo Guillén

Periodista
SEPTIEMBRE DE 2021 - UN PASQUÍN

TRES EN UNO

¿DE

Desde el primer número de Un Pasquín Vladdo me expidió una credencial de periodista que sigo cargando. La usé al día siguiente en una oficina pública a la que fui en solicitud de cierta información. La recepcionista llamó al burócrata que yo buscaba, le anunció que lo requería un periodista y él le ordenó preguntarme de qué medio procedía. «Dice que de un pasquín», le avisó ella leyendo mi carnet. Levantó la vista, tapó la bocina con la mano derecha y me repitió lo que el otro le exigió indagar: «Señor, ¿de cuál pasquín?».

CUÁL

Durante unas vacaciones de verano que pasé en París con mi hijo descubrí que en los museos los periodistas no debíamos pagar la entrada ni hacer fila, así que en el Museo Picasso, sin más preámbulos, un guardia anotó nuestros nombres, nos dio a cada uno un folleto y nos hizo seguir como representantes oficiales de «Un Pasquín, Colombia, Suramérica». No me preguntó de cuál pasquín de Colombia. «Habiendo tantos allá», le comente a mi hijo.

PASQUÍN?

A lo largo de más de 10 años hemos podido llegar hasta aquí, al número 100. Hemos salido solamente cuando se ha podido porque somos un pasquín pobre, un ratón de ferretería. Hemos publicado investigaciones poderosas. Una fue (obra de Claudia Julieta Duque) sobre la manera como el narcotraficante Carlos Castaño Gil escribía columnas en El Espectador bajo la firma del prófugo Yanmugre. También de Claudia Julieta, otra investigación sobre la guerra sucia del DAS de Uribe contra la Corte Suprema de Justicia a través de Enfermedad Hernández. O una mía sobre Orlando Pérez, un periodista ecuatoriano corrupto, sanguinario y agente de la inteligencia cubana que voló con dinamita a su novia y al amante de ella en el momento exacto en el que se refocilaban. Tuvimos hasta su muerte al memorable Carlos Villar-Borda, para quien pido un minuto de silencio; la pluma impecable del doctor Enrique Parejo González o la del periodista que mejor escribe en el país: Antonio Caballero. Cada vez que nos repudian por lo que decimos nos lanzan el epíteto más común: “son un pasquín”. Nada más cierto.




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