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Excéntrico empresario colombiano Carlos Mattos moviliza a sus abogados para entorpecer su extradición de España a Colombia y el proceso que se le sigue en su país


Por Daniel Coronell | Opinión

La W Radio

Como lo informó La W, la Audiencia Nacional de España aprobó nuevamente la extradición del empresario conocido tanto por sus excentricidades (mansiones, jets privados, inodoros dorados) como por sus presuntos delitos.

Aunque los defensores de Mattos en España hablan de ejercer nuevos recursos jurídicos y de llevar nuevamente el caso al Tribunal Constitucional, la verdad es que ya se activó la cuenta regresiva para su extradición. Fuentes cercanas al proceso me aseguraron en las últimas horas que Carlos Mattos podría ser reimportado a Colombia antes del 18 de noviembre.

Eso ya sería suficiente noticia, pero hay una más grande: Mattos le está pidiendo a la Fiscalía de Colombia una terminación anticipada del proceso. Lo cual significaría que está dispuesto a aceptar los cargos y a negociar su condena colaborando con la justicia.

En poder de El Reporte Coronell está una carta que el abogado Iván Cancino, su apoderado, le hizo llegar hace unos días al fiscal del caso:


Allí Cancino dice -a nombre de su cliente- que desea iniciar un proceso de terminación anticipada de los dos procesos abiertos contra Mattos por soborno de funcionarios judiciales.

Con este tema, a Carlos Mattos le pasa un poco lo del pastorcito mentiroso. No es la primera vez que ofrece colaborar con la justicia.

Hace dos años, mandó a decir que iba a delatar a importantes cómplices suyos. Por esa razón, dos fiscales y un funcionario de Policía Judicial volaron a Madrid, pero tuvieron que regresar a Colombia sin resultados. Mattos simplemente no apareció, los dejó plantados por cuatro días esperando razón suya en el consulado.

Además, se sabe que el principio de oportunidad es básicamente para que los miembros subalternos de los grupos criminales delaten a sus jefes y, de acuerdo con la investigación de la Fiscalía, aparentemente no hay nadie por encima de Mattos en su organización.

Hay testimonios y pruebas incontestables que indican que Carlos Mattos sobornó a varios funcionarios judiciales.

De acuerdo con la acusación de la Fiscalía, Mattos compró al juez Reinaldo Huertas meses antes de poner la demanda con la que quería obligar a la multinacional coreana Hyundai a pagarle una multimillonaria indemnización. Luego, a través de terceros, sobornó a técnicos que manejaban el reparto electrónico para que el expediente entrara al despacho del juez comprado y por último presentó una demanda con petición de medidas cautelares que le permitirían detener en el puerto los vehículos que Hyundai tenía listos para importar.

Así las cosas, la multinacional coreana tenía que escoger entre pagarle a Mattos una inmensa cifra o perder más porque los carros parados después de cierta fecha pasarían a ser de un modelo del año anterior, reliquias cero kilómetros, y se desvalorizarían automáticamente por una suma mayor.

Mattos logró de esta manera torcerle el brazo a Hyundai, que le pagó alrededor de 25 millones de dólares uno sobre otro.

Lo celebró en grande. Entre otras cosas con una foto en la que aparece con sus abogados, lo que él llamo su “dream team” que le había permitido esta victoria.

En la memorable imagen se pueden ver de izquierda a derecha: a Abelardo de la Espriella, Iván Cancino, al propio Carlos Mattos hoy próximo a ser extraditado y Alex Vernot, cuya audiencia de juicio será el próximo lunes. ¡Qué cosa! Dos de los cuatro fotografiados están procesados criminalmente.

No fue este el único abogado que tuvo Mattos. Otra parte del pleito era contra de la compañía ecuatoriana que lo había remplazado en la representación de Hyundai. La estrategia era la misma: pedir unas medidas cautelares para que la contraparte tuviera que negociar con el hacha en el cuello.

El abogado para ese propósito fue Néstor Humberto Martínez de DLA Piper Martínez Neira.

A Néstor Humberto este escándalo lo cogió ya siendo fiscal general de la nación. Siempre tan hábil, afirmó prontamente que él no podía ser abogado contra Hyundai porque la firma internacional a la que está afiliado representa globalmente a la multinacional.

Lo que no dijo es que el demandado no era Hyundai sino los terceros que obtuvieron la representación comercial de la marca en Colombia después de que los coreanos se la quitaron a Mattos.

También en ese pleito, una jueza corrupta recibió plata. Ella misma, la jueza Ligia del Carmen Pérez, lo reconoció en audiencia.

“Sí acepto en cuanto a lo que recibí y lo declaré en la audiencia de interrogatorio. Fueron cuatro entregas y cien millones de pesos, no más”.

Cien millones de pesos no más…

Cuando le pregunté a Néstor Humberto Martínez, para esa época fiscal general, si había recibido comisión por los 45 millones de dólares que costaban esas medidas cautelares, el fiscal Martínez me respondió: “La información requerida vulnera el fuero privado y profesional del abogado Néstor Humberto Martínez”.

Habrá que ver si esta vez realmente Carlos Mattos quiere contar lo que sabe.



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