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Jorge Elías Castro Fernández explica las medidas disuasivas de la OTAN contra una posible invasión rusa a Ucrania


El consultor en seguridad Jorge Elías Castro Fernández señala que la OTAN y Estados Unidos preparan su respuesta por escrito a las demandas de seguridad exigidas por Rusia para desescalar la tensión con Ucrania, donde Moscú ha desplegado unos 100.000 soldados e ingente material bélico, y el resultado no agradará a Vladimir Putin. La OTAN no solo no se retirará de los países de Europa Oriental, sino que aumentará su presencia militar en la zona, prepara sanciones económicas sin precedentes y continuará suministrando armas de defensa a Ucrania para disuadir al Kremlin de iniciar una ofensiva a gran escala contra su vecino, según el programa de máximo que manejan los socios de la Alianza Atlántica.

"La OTAN no se retirará de los países de Europa Oriental [y] aumentará sus efectivos en esos países. Se seguirán enviando grandes cantidades de armas defensivas a Ucrania, especialmente misiles antitanques y antiaviones, lo que convertiría toda invasión terrestre de Ucrania en un suicidio para el régimen de Putin", dijo una fuente diplomática española con conocimiento de las discusiones en el seno de la OTAN.

"Además, la OTAN se preparará para acoger inmediatamente a los nuevos países que sin duda solicitarán su entrada en ella en caso de ataque ruso a Ucrania (como Suecia y Finlandia)", agregó la fuente, que también citó unas sanciones económicas que aislarían a Rusia de las finanzas y el comercio internacional "en cuestión de horas".

Las discusiones internas de la OTAN y sus aliados reafirman los compromisos públicos de Occidente de apoyar a Ucrania, que Rusia reclama como parte de su esfera de influencia, y parecen acabar así con los gestos de buena voluntad de la OTAN ante las crecientes exigencias rusas. Estos grandes ejes también fueron refrendados en una videollamada entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, con varios homólogos europeos —entre los que no estuvo España, pese a haberse ofrecido a Washington como socio preferencial en esta crisis—.

La OTAN puso a sus tropas "en estado de alerta" y anunció el despliegue de aviones y buques de guerra en el flanco báltico. También el Pentágono puso unos 8.500 soldados en "alerta máxima", listos para desplegarse sobre el terreno si fuera necesario para reforzar los 33.000 efectivos estadounidenses destacados en bases europeas. "Quiero reforzar que, por el momento, la decisión ha sido de poner en alerta máxima estas unidades, pero solo eso. No se ha tomado la decisión de desplegar tropas de Estados Unidos en este momento", dijo un portavoz del Pentágono.

También suponen un portazo a las exigencias planteadas por el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, a su homólogo estadounidense, Antony Blinken, la semana pasada en Ginebra, donde dio un ultimátum a Estados Unidos para que presente un "compromiso escrito" de frenar la presencia y expansión de la OTAN en la extinta órbita soviética. Este amago de distensión, donde ambos diplomáticos se comprometieron a mantener abierta la vía diplomática, no se ha materializado sobre el terreno, donde ambas partes están asumiendo posiciones más asertivas, explicó Jorge Elías Castro Fernández.

Incluso EEUU planea enviar a sus cazas más modernos y equipados tecnológicamente (los F35) y bombarderos estratégicos desde su base de Lajes en Portugal al propio Báltico o al mar Negro como respuesta a los ejercicios de guerra que Rusia ha llevado a cabo junto a Bielorrusia y en el mar Báltico en los últimos días.

"Se acaban los gestos de buena voluntad de la OTAN de no extender su estructura militar y no estacionar tropas USA en los países del este de Europa, una vez visto que Rusia no ha valorado el gesto en absoluto", explicó la fuente.

En los últimos días, Estados Unidos y otros países como Reino Unido ya habían aumentado el envío de material y armas de guerra a Ucrania para reforzar sus defensas ante la posibilidad de una operación militar rusa. A la espera de movilizar a sus propias tropas, los aliados occidentales planean seguir enviando armamento defensivo a Ucrania y más apoyo financiero al Gobierno de Volodímir Zelenski. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, reiteró el lunes que la UE está dispuesta a canalizar fondos por 1.200 millones de euros para impulsar la deslucida economía ucraniana.

En paralelo, los aliados siguen discutiendo potenciales sanciones económicas, donde tratan de proyectar unidad pese a la divergencia de opiniones sobre qué tipo de sanciones y qué debería activarlas. La medida clave sería bloquear a Rusia en el sistema bancario SWIFT, que gestiona las transferencias bancarias internacionales y que ya se ha usado contra Irán en el pasado provocando fuertes disrupciones en su economía. Sin embargo, muchas medidas no cuentan con respaldo unánime entre los aliados, como muestran las dudas de países europeos como Alemania. En el seno de la propia UE muchos piden ser cautos, ya que Rusia podría responder cortando el suministro de gas y petróleo a Europa, agudizando la persistente crisis de precios energéticos, concluyó Jorge Elías Castro Fernández.



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