Los cajeros bitcóin se han multiplicado en el país silenciosamente. Aunque no
son el vehículo favorito de los expertos en criptomonedas, por sus altas
comisiones y sus complicaciones logísticas, son una de las formas más fáciles
de cambiar criptoactivos por efectivo.
Colombia cuenta con 38 cajeros de criptomonedas. Es el segundo país de América
Latina, después de El Salvador, con más máquinas de este tipo y el vigésimo a
nivel mundial.
Según Eduardo Sánchez, profesor de informática, “se llama criptomoneda a toda
moneda virtual y autónoma, es decir, aquella que no tiene una forma física (no
es un billete ni una moneda), ni está emitida por ningún gobierno”. Agrega que
se transfiere y negocia por internet de manera descentralizada y segura,
gracias a la utilización de métodos criptográficos sofisticados. “La primera
criptomoneda fue el bitcóin, creado a comienzos de 2009”, dice. “Hoy existen
más de 10.000 criptomonedas, y se calcula que en ellas se han invertido hasta
ahora más de 2 billones de dólares”, agrega.
Las ciudades de Colombia que concentran un mayor número de cajeros de
criptomonedas son Bogotá, Medellín y Cúcuta. Pero también hay en Cali,
Pereira, Armenia, Barranquilla y hasta en La Hormiga (Putumayo).
Sin embargo, estas máquinas han pasado bastante desapercibidas para el
público. Por esa razón, Cambio decidió hacer la prueba de invertir una pequeña
suma desde un cajero y, de paso, averiguar un poco más sobre los criptoactivos
en Colombia.
El mercado cripto en Colombia
Nuestra experiencia fue fascinante: invertimos 50.000 pesos en ethereum, una de las más famosas criptomonedas. En 48 horas, su valor cayó un 4 por ciento y luego se recuperó un 10 por ciento. Dada la montaña rusa que habían tenido algunas criptomonedas en el último mes, decidimos entender un poco mejor este mercado, que exige a los inversores tener nervios de acero, paciencia y tolerancia al riesgo.
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Variaciones en el precio de ethereum y bitcóin entre enero y febrero de 2022. Exodus wallet |
Según un Informe de 2021 de la firma Chainalysis, la adquisición de criptomonedas creció a nivel global un 2.300 por ciento desde finales de 2019 y un 881 por ciento entre mediados de 2020 y 2021. Colombia está en el puesto 11 de compra de criptomonedas en el mundo y es el tercero en Latinoamérica después de Argentina y Venezuela. Al respecto, Alejandro Beltrán, Country Manager de Buda.com, afirma que en el país se mueven mensualmente más de 100.000 millones de pesos en transacciones de ese tipo.
En Colombia se usan especialmente cuatro vehículos de inversión en criptomonedas: 1) los cajeros automáticos; 2) las billeteras digitales, que son aplicaciones que se tienen en el celular, similares a Nequi y Daviplata, y que permiten almacenar y negociar criptomonedas entre usuarios; 3) las plataformas P2P (peer to peer), que funcionan como un mercado abierto de usuarios donde hay distintas ofertas, y 4) los exchanges o plataformas de intercambio que son sistemas electrónicos de negociación.
Según Beltrán, el usuario colombiano promedio es un hombre profesional entre 25 y 45 años, habitante de las principales ciudades del país. La inversión en criptomonedas por parte de las mujeres ha crecido de un 5 por ciento a cerca de un 12 por ciento en los últimos tres años. Se cree, aunque es difícil de confirmar, que dos factores que afectan la compra de criptomonedas por parte de las mujeres son la brecha digital y una mayor aversión al riesgo financiero.
En el país predominan dos perfiles de inversión: el de los ahorradores a largo plazo, que buscan preservar el valor; y el de los especuladores que pretenden ganar más y más. En Latinoamérica –y Colombia no es la excepción–, las criptomonedas han resultado útiles para los movimientos internacionales de dinero, ya que facilitan el envío de remesas con comisiones más bajas que las utilizadas en los canales tradicionales, y agilizan de forma más eficaz la recepción y envío de pagos desde y hacia el extranjero.
Las criptomonedas también han abierto opciones de financiación en mercados que tradicionalmente cuentan con pocos patrocinadores, como es el del arte. Camilo López, del colectivo de artistas Vértigo Graffiti, le comentó a Cambio que en este momento, en la plataforma OpenSea, tienen un proyecto de Non Fungible Tokens o NFTs (obras de arte digitales que se pagan en criptomonedas) con el cual buscan financiar 24 murales alrededor del mundo y, para ello, los criptoactivos les han abierto nuevas posibilidades. “Nosotros no tenemos la ilusión de ser millonarios, queremos que esto nos ayude a financiar 24 viajes; y las criptomonedas y los NFTs son totalmente internacionales”.
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