Por Diana López Zuleta y Marisol Orozco
lanuevaprensa.com.co
La orden es perentoria. Como en las viejas épocas de finales de los 90 o principios de 2000, cuando los paramilitares se tomaron a sangre y fuego la Costa Norte colombiana, nuevos grupos armados instalados en esa zona imponen con amenazas al candidato Jorge Rodrigo Tovar Vélez, hijo del exjefe paramilitar Rodrigo Tovar Pupo, alias ‘Jorge 40'.
Tovar Vélez, de 32 años, aspira a una de las dieciséis curules de paz —que nacieron como parte del acuerdo entre el Gobierno y las FARC—, diseñadas especialmente para que las víctimas más afectadas por el conflicto armado puedan tener representación en el Congreso. Estas curules —al menos por ahora— son transitorias, se proyectaron solamente para dos periodos electorales; es decir, no están contempladas para perdurar en el tiempo, sino para abordar la transición de la guerra a la paz. Tovar, apodado ‘Yoyo’, pretende quedarse con la circunscripción # 12, que incluye zonas rurales de La Guajira, Cesar y Magdalena.
Precisamente donde su cédula aparece inscrita, en Azúcar Buena, corregimiento del Cesar, han impedido la entrada de varios candidatos. Le sucedió a Juan Hinojosa González:
—Contacté a varios líderes para saber cómo estaba el orden público, porque quería visitar unas veredas apartadas cerca de La Mesa, pero me advirtieron que había alrededor de 30 hombres armados de fusil. Me cohibí de ir. Lo que sí es que todo está destinado para que todo el mundo vote por él [Jorge Tovar].
Hinojosa es víctima de Jorge 40: en la época más sangrienta del paramilitarismo, asesinaron a 11 de sus familiares y atentaron contra su padre. Los que quedaron vivos tuvieron que desplazarse y los despojaron de sus tierras.
—En La Mesa, la orden es que hay que apoyar al hijo del patrón —la advertencia, de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), se la hicieron a uno de los líderes sociales amenazados que pidió el anonimato debido a la situación del país: en lo que va corrido del año, de acuerdo con Indepaz, han asesinado 34 líderes y defensores.
—¿Hay miedo?
—¿Miedo? Miedo es poco. Se siente la misma zozobra de aquel tiempo —confiesa el líder—. La institucionalidad está permeada por esos grupos. Ni el Ejército ni la Policía hacen nada.
A la candidata Patricia Obregón le prohibieron entrar a Conejo, corregimiento de Fonseca, La Guajira. “Aquí ya tenemos candidata”, le dijeron. Se refieren a Nairobis Jiménez, fórmula de lista de Jorge Tovar.
Claudia Vásquez, otra de las aspirantes a esta curul, ha denunciado amenazas en varias de las regiones que ha visitado. La última denuncia la hizo cuando se enteró de que, en Aracataca, donde pretendía hacer una reunión, había seis hombres armados merodeando el sitio de encuentro con la comunidad. A Palmor, Magdalena, tampoco pudo ir. Contactó a varios líderes, pero después de la visita que, precisamente, hizo Jorge Tovar a ese territorio, grupos armados comenzaron a patrullar la zona. Ella se queja de la imposibilidad de acceso a Doña María, Fundación y Guachaca (Magdalena), la Serranía del Perijá, entre otros.
—Básicamente, no hay garantías para que elijan otro proyecto diferente al del hijo de Jorge 40 —denuncia Claudia.
Hace poco, la Defensoría del Pueblo emitió una alerta temprana sobre el alto riesgo de que varios municipios del Cesar puedan ser afectados por el accionar de grupos armados, como el grupo guerrillero ELN (Ejército de Liberación Nacional) y el grupo paramilitar AGC.
Otra candidata (pide reserva de su nombre) contó que en varios corregimientos de Valledupar los paramilitares le prohibieron hacer campaña. En Casacará, corregimiento de Codazzi, le advirtieron que no podía pegar afiches. Ella —dice— sabe que va a perder en las elecciones. Hace pocos días la llamó un paramilitar que no se quiso identificar para citarla a una reunión en un caserío, pero ella le respondió que no iría. En una segunda llamada, el hombre le exigió donar material de intendencia, armas y uniformes, pero ella otra vez se negó. Ahora, esta candidata tiene miedo de lo que pueda pasarle.
—Me han dicho que, si no votamos por ‘Yoyo’, la vaina se va a poner fea —contó un poblador del Cesar.
|
Desde el 28 de febrero, un grupo de candidatos, víctimas del conflicto armado, se encadenaron como protesta a las afueras de la Registraduría de Valledupar. |
Y como medida de protesta ante lo que se avecina en las próximas elecciones, que tendrán lugar el próximo 13 de marzo, el candidato Luis Fernando Lara y varias víctimas —también candidatas— se han atado con cadenas desde hace varios días a las afueras de la Registraduría de Valledupar. En una carta enviada a la Corte Constitucional, Lara pidió que se aplazaran las elecciones del próximo 13 de marzo por falta de garantías para participar en política y “la participación de candidaturas que ofenden la dignidad de las víctimas por tener vínculos de sangre en primer grado con los victimarios”. En otra carta firmada por nueve candidatos —esta vez dirigida a la Registraduría y al Consejo Nacional Electoral— advirtieron amenazas y reclamaron por el incumplimiento de la financiación a sus campañas.
Quién es Jorge 40
La gran mayoría de los candidatos de esta circunscripción son víctimas de Jorge 40, exjefe del Bloque Norte de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). En Cesar, Magdalena y La Guajira —que conforman la circunscripción a la que aspira su hijo— la mayor parte de los vejámenes de la guerra fueron ordenados por él. De acuerdo con cifras de la Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía, bajo su mando se cometieron 333 masacres y más de 20 mil hechos delictivos que afectaron a 25 mil personas. La Fiscalía lo investiga por 1486 delitos, entre ellos, desaparición forzada, tortura, homicidios, secuestros y desplazamientos forzados.
Tras purgar una condena de 12 años por narcotráfico en Estados Unidos, Jorge 40 fue deportado a Colombia para cumplir con sus cuentas pendientes: 35 órdenes de captura y 38 medidas de aseguramiento en la justicia ordinaria, mientras que en la Dirección de Justicia Transicional registra otras 65 órdenes de captura y 109 detenciones preventivas. Aunque se desmovilizó en el proceso de Justicia y Paz en las negociaciones secretas con el entonces gobierno de Álvaro Uribe, fue expulsado por no aportar verdad ni reparar a sus víctimas.
El paramilitarismo se alió con el Estado y sus fuerzas armadas para, supuestamente, combatir a las guerrillas, pero la mayoría de víctimas fueron civiles que nada tuvieron que ver con el conflicto armado. Con esa alianza lograron el dominio territorial hasta capturar el poder político y apropiarse del Estado. Jorge 40 no ha delatado a los políticos que coadyuvaron a esta consolidación. Aún se niega a declarar.
Derroche de publicidad
La campaña de Jorge Tovar se ha caracterizado por una amplia presencia pública. Ha repartido volantes, gorras, camisetas, bombas y yoyos de juguete. Recorre veredas y municipios en caravanas de camionetas Toyota de vidrios polarizados y cubiertas de afiches. En varias de sus reuniones públicas ha llevado papayeras y conjuntos vallenatos. Escoltas armados y un numeroso equipo de campaña, uniformado con sus emblemas publicitarios, lo acompaña en todas las zonas que visita. La campaña pareciera, no la de un político principiante, sino la de un veterano senador o, peor aún, la de un antiguo parapolítico. Su movilización, al fin y al cabo, representa lo que ostentaba su padre: poder.
|
Imágenes tomadas de las redes sociales de Jorge Tovar y su equipo de campaña. |
A pocos días de las elecciones, el Consejo Nacional Electoral no ha desembolsado, a la mayoría de los candidatos, el anticipo de la financiación, cuyo valor corresponde al 50% del tope de la campaña, es decir, 12 millones 500 mil pesos. El acto legislativo que decretó las circunscripciones establece que la financiación debe ser estatal y, en caso de donaciones de particulares, deberán ser directamente consignadas a un fondo de la autoridad electoral para ser repartidas en partes equitativas a todos los candidatos inscritos. Por eso resulta cuestionable que la campaña de ‘Yoyo’ Tovar tenga un despliegue desproporcionado en términos de presupuesto.
Mientras que la mayoría de candidatos no tiene cómo movilizarse (a veces deben hacerlo en mototaxi), Tovar estaría —con los beneficios y recursos que tiene a su disposición—, no solo excediendo lo que dice la norma, sino generando un desbalance significativo en el que se atenta contra el principio de igualdad y el espíritu de la ley que dio vida a las curules de paz. Los corregimientos y veredas para los que aspira legislar no tienen garantizados ni agua ni servicios básicos. Son pueblos absolutamente arruinados.
Iglesia a cambio de votos
La comunidad de Pondorito, La Guajira, estaba, por estos días, construyendo una capilla. Varios pobladores relataron lo que Tovar dijo cuando visitó el corregimiento.
“¿Para qué capilla? Ustedes se merecen es una iglesia. Yo se la regalo”, prometió. “Yo les deposito la plata en la cuenta de la presidenta de la Junta de Acción Comunal. Eso sí, con una condición: que todos voten por mí. Si no me salen los votos completos, vengo al día siguiente a retirar el dinero”.
En Pondorito votan alrededor de 600 personas. Además de sus propios habitantes, allí van a votar personas de las veredas El Playón, Los Tunales y Bocas del Monte.
A Jaider Luis Ortega, líder social de San Juan del Cesar, el ofrecimiento lo indignó, entonces se paró frente a la cancha del pueblo y, ampliando el alcance de su voz con un megáfono, pronunció un discurso recriminatorio en contra de la propuesta de Tovar.
—Les dije que con esto estaban revictimizándonos aún más; era comprar la dignidad de nuestros pueblos.
En Los Tunales, jurisdicción de Fonseca (La Guajira), donde una parte está sin electricidad, ‘Yoyo’ Tovar prometió que, si votaban por él, al día siguiente instalaba un transformador eléctrico. Entre el público se manifestó un muchacho:
“Nosotros votamos por usted, pero si de una vez nos pone el transformador. Después de las elecciones no nos sirve”.
La candidata Patricia Obregón asegura que, siendo candidato, Jorge Tovar ha acompañado a funcionarios del Ministerio del Interior y de la Unidad de Víctimas en la entrega de cartas cheques para las víctimas.
—Por muchos años se había solicitado visita de la Unidad de Víctimas y ahora aparecen motivando la candidatura de Jorge Tovar. Entonces, la gente empieza a creer que al votar por Jorge la indemnización va a llegar más rápido. Esto nos pone en desventaja —protestó Patricia.
En varios corregimientos, el equipo de Jorge Tovar ha recogido datos de la gente para calcular el número de votos. En medio de su campaña, Claudia Vásquez fue, puerta a puerta, a visitar Las Palmitas, en el Cesar. Una señora le contó que, antes de que ella llegara, un muchacho “muy querido”, apodado ‘Yoyo’, había estado en su casa. Dijo que estaba recolectando firmas para, supuestamente, “ayudar a las víctimas”.
—Señora, ¿y usted sabe que él es el hijo de Jorge 40? —le preguntó Claudia a la señora.
—¡Cómo va a ser! ¡Cómo es posible! Si su papá me mató a dos hermanos. Si me hubieran dicho quién era no le hubiera dado mi firma —respondió arrepentida.
Hace unos días, Claudia buscó a ‘Yoyo’ Tovar en Bonda, Magdalena. De forma muy cordial, ella se le acercó para pedirle que participara en un debate con los demás candidatos. Tovar afirmó que no tenía espacio en su agenda y, visiblemente molesto, como se puede ver en el video, comenzó a darle lecciones de educación y civismo a Claudia.
—Tenemos que demostrar que somos candidatos de paz, decentes, personas con educación (…) —dijo ‘Yoyo’.
Fuentes de alta credibilidad pero que por seguridad prefieren no revelar su nombre, contaron a La Nueva Prensa que Tovar le ha ofrecido a concejales y líderes sociales de cinco millones de pesos en adelante para que le consigan votos. De hecho, el constreñimiento ha sido tan fuerte que, a algunos candidatos, esos mismos líderes y concejales les han retirado el apoyo para dárselo a Tovar. Ha sucedido en La Guajira, donde, dependiendo del pueblo, un voto puede costar hasta un millón de pesos. Uno de esos concejales se quejó porque la gente ha pedido, en vez de dinero en efectivo, bultos de cemento y láminas de zinc.
“La gente ahora quiere poner el voto más caro y la plata no alcanza, y después se quejan de que los políticos no hacen obras” dijo, sin avergonzarse, uno de estos concejales.
En La Paz, Cesar, la situación no es diferente. Uno de sus trabajadores afirmó que la administración municipal ordenó que los votos, para quienes tuvieran su cédula inscrita en los corregimientos, debían ser para Jorge Tovar. El alcalde Martín Zuleta, lo negó enfáticamente:
“Falso yo no puedo hacer política estoy en un cargo público (sic)”, respondió en un mensaje de Whatsapp.
¿Yoyo cumple con los requisitos?
Las reglas de juego para participar en las Circunscripciones Transitorias Especiales de Paz figuran en el Acto Legislativo 02 de 2021. Allí quedaron definidos los requisitos especiales para la participación, varios de ellos no los cumple Jorge Tovar. Para empezar, las 16 circunscripciones fueron concebidas para territorios específicos donde el conflicto armado se vivió con mayor intensidad. En La Guajira, Cesar y Magdalena se priorizaron varios de estos municipios.
Municipios priorizados de La Guajira, Cesar y Magdalena. |
Tovar nació en Valledupar, pero en el casco urbano. Allí creció y, pasados los años, se fue del país. Cuando regresó vivió en Valledupar, pero la mayor parte del último tiempo ha vivido en Bogotá, donde trabajó con el gobierno del presidente Iván Duque desde 2019 hasta 2021. Esto es clave, teniendo en cuenta que el Acto Legislativo, la jurisprudencia constitucional en la materia y toda la discusión que se dio alrededor de la construcción de la ley, especifica que las circunscripciones son exclusivas para los territorios rurales y excluyen las cabeceras municipales con el propósito de brindar espacios de representación a las víctimas que históricamente han sufrido más vulneraciones y no han tenido acceso a la democracia, ni en participación ni en representación política.
Si bien Jorge Tovar cumple con el criterio de ser víctima, reconocida en el Registro Único de Víctimas (RUV), este es solo uno de los requisitos que debe reunir. En su caso, el no haber nacido, vivido ni permanecido consecutivamente en una de las zonas rurales lo deja por fuera del espectro del grupo focalizado de víctimas sujeto a esta circunscripción.
Tovar fue avalado por la Asociación Paz es Vida, cuya sede está ubicada en el barrio Candelaria Sur, en la cabecera municipal de Valledupar. No obstante, el Acto Legislativo señala que las organizaciones sociales deben demostrar “su experiencia en el territorio de la circunscripción, mediante personería jurídica al menos cinco años antes de la elección”. De acuerdo con los registros de Cámara de Comercio de esta asociación, se evidencia que fue constituida en 2007, a nombre de una persona natural. Pasaron diez años sin que su matrícula fuera renovada. El 31 de marzo de 2017 se renovó por primera vez, fecha que coincide con el momento en que se comenzó en forma la implementación del mecanismo fast track —o vía rápida— para aprobar el Acuerdo de Paz en el Congreso, donde se debatió el proyecto de las 16 circunscripciones especiales. El proyecto que daba ley a las curules de paz se cayó en el último debate de ese año.
Certificado de Existencia y Representación Legal de la Asociación Paz es Vida PA-VIDA. uente: Cámara de Comercio de Valledupar. |
Registros de las renovaciones de la matrícula mercantil. Fuente: Cámara de Comercio de Valledupar. |
La Asociación Paz es Vida volvió a renovar su matrícula en septiembre de 2018 y coincidió con la aprobación en primer debate del proyecto de las circunscripciones especiales que se había vuelto a presentar al Congreso para su aprobación, pero en noviembre de ese mismo año se hundió. Quedó enterrado del todo hasta que, en 2020, la Corte Constitucional comenzó la revisión de una tutela interpuesta por el senador Roy Barreras para revivir el proyecto y, coincidiendo con esos tiempos de muerte y resurrección del las circunscripciones especiales, la Asociación que avaló a ‘Yoyo’ Tovar no renovó matrícula en 2019, pero en 2020, luego del comunicado de la CIDH que instaba al Estado colombiano a agilizar la implementación de lo negociado en el Acuerdo de La Habana, resaltando las curules de paz, se apuró a renovar la matrícula de sus dos últimos años (2019, 2020).
En 2021, y con premura, renovó la matrícula, pese a su costumbre —durante varios años consecutivos— de no renovarla o retrasarla, justo después de que la Corte Constitucional revivió y ordenó la creación de las circunscripciones especiales transitorias de paz, dejándola al día y lista para inscribir a sus candidatos y demostrar, al menos en el papel, que cumplía con el requisito de temporalidad.
No existen registros, ni históricos ni periodísticos, que den cuenta de que esta Asociación hubiera realizado trabajos o algún tipo de acción con al menos una de las comunidades de la circunscripción. Al contrario, los documentos de la Cámara de Comercio registran una organización que ha existido únicamente en el papel; si bien tuvo su constitución en 2007, en lo material no ha tenido presencia, y su ajuste, renovación y activación coincide con la necesidad de que Jorge Tovar Vélez tuviera una organización que lo postulara como candidato a la curul de paz.
Lea completo aquí
0 Comentarios