EL PUBLIQUE

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¿Dónde está la inteligencia de la Inteligencia del Ejército colombiano?

Por Javier Patiño C.
cambiocolombia.com

Serios cuestionamientos se han presentado a las labores de las Fuerzas Armadas por haber perdido capacidad de anticipación a los ataques diarios de los grupos al margen de la ley.

¿Qué está pasando?

Durante la última semana, el país ha sido testigo de varias acciones de grupos al margen de la ley. Una familia que regresaba a su finca en zona rural de Tame, en Arauca, fue sorprendida por las balas de disidentes de las Farc, que causaron la muerte de cuatro de sus integrantes –entre ellos, dos menores de edad– y heridas en cinco más.

El asesinato generó también el rechazo de los colombianos, al darse a conocer que los cuerpos de los fallecidos habían permanecido más de 20 horas a la espera de que la Fiscalía realizara el respectivo levantamiento de los cadáveres, hasta que los empleados de una funeraria decidieron sacarlos ellos mismos, en vista de que la Fiscalía no los había evacuado. 

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El país no se recuperaba del dolor de la muerte de estos inocentes cuando la noticia de un atentado en zona rural de Frontino, Antioquia, por parte de integrantes del Clan del Golfo, volvió a estremecer la sensibilidad de los colombianos: siete jóvenes soldados adscritos a la Séptima División del Ejército murieron y otros cinco uniformados resultaron heridos.

Según las autoridades, el ataque se había realizado en retaliación por las tareas de control que realizan los uniformados para capturar a los integrantes del Clan del Golfo, que tanto daño han hecho a los pobladores de esta región del país.

Las cifras muestran una dura realidad: 32 muertos y 127 heridos de las Fuerzas Militares, y –lo más preocupante– cerca de 200 muertos civiles, en los primeros cuatro meses del año. 

El país despierta cada día con una nueva muerte violenta en las zonas de conflicto, donde hay una amplia presencia de las Fuerzas Militares que se limitan a recoger a sus compañeros o a instalar puestos de control después de los ataques. ¿Qué ha pasado con la Inteligencia, que en otras oportunidades había demostrado una efectiva capacidad de anticipación a los ataques de la delincuencia organizada?

Para el analista militar Germán Rodríguez, lo que se está viviendo es una serie de acciones armadas para afectar a la fuerza pública, generar temor y mostrarse fuertes en la época electoral. “Estamos observando que estos grupos se transformaron, han cambiado sus tácticas, han identificado la debilidad dentro de las mismas Fuerzas Militares, lo que les ha permitido actuar sin ser detectados”.

Por su parte, el general retirado Juan Carlos Buitrago agrega que la dificultad para perseguirlos es que estos grupos viven en territorio venezolano, donde se están financiando del narcotráfico, y desde donde están atacando a la fuerza pública para debilitar su capacidad de reacción.

En opinión de Jairo Libreros, experto en seguridad y defensa nacional y profesor de la Universidad Externado, el país ha sido testigo de la falta de liderazgo de los comandantes de las Fuerzas Militares que permita el desarrollo de operaciones grandes que afecten a las estructuras armadas. A su modo de ver, no hay capacidad de anticipación y no se siente la presencia de las tropas en Arauca, Nariño, Norte de Santander y Cauca, departamentos donde no ha parado la violencia.

Fallas en inteligencia

El principal problema, para Buitrago, es que la Inteligencia presenta fallas en la anticipación porque los delincuentes han cambiado sus estrategia. “Están adaptando sus esquemas frente a la ofensiva permanente de la fuerza pública. Lo que está pasando es que están contratando a delincuentes que, a cambio de una suma irrisoria de dinero, se comprometen a ejecutar acciones violentas”, afirma.

Por su parte, Libreros señala que Inteligencia se ha visto afectada por no dar continuidad a los procesos internos de las fuerzas, se acabó la especialización y muchos han preferido dar un paso al costado o han terminado su tiempo de servicio. “No hay estabilidad del personal que por muchos años se había ido formado en las mejores agencias de inteligencia del mundo.

Hoy, lamentablemente, en los organismos de seguridad no se capitaliza ese entrenamiento, no se aprovecha, no se retiene a los especialistas, no hay incentivos, ni motivación para cuando deciden abandonar la fuerza”.

Este punto de vista es respaldado por Álvaro Rico, analista militar, al señalar que muchos de estos especialistas se están yendo para la empresa privada, al exterior o –en algunos casos– para otros organismos de seguridad del Estado, pero no existe una política, ni una estrategia, ni tampoco la voluntad para mantenerlos e incentivarlos.

Problemas internos

Otro factor que aumenta la crisis, al parecer de Buitrago, son los problemas internos dentro de los organismos de inteligencia. “Ha habido campañas de desprestigio y cuestionamientos sobre oficiales de inteligencia; algunos han salido a causa de estas disputas. En otros casos, se han presentado persecuciones por intereses de otros oficiales que quieran avanzar y acceder al poder sin importar el daño y el perjuicio que le causan a otros oficiales”.

De igual manera piensa Álvaro Rico. Según él, algunos oficiales son ubicados en cargos que no son de su especialidad, o son vistos como de segunda categoría, o son poco valorados dentro de las fuerzas, donde no han entendido que la inteligencia es una actividad excepcional, que demanda sacrificios superiores tanto para jefes, directores y demás personal.

Una nueva Inteligencia

Como una medida para mejorar la crisis actual, el profesor Jairo Libreros propone que la inteligencia salga de las capitales, se descentralice y se distribuya por Norte de Santander, La Guajira y Arauca, donde más se requiere contener las amenazas que vienen desde Venezuela. En esos lugares, debería darse un nuevo impulso a la inteligencia estratégica, operativa, táctica, electrónica y humana.

Por su parte, el general Buitrago sugiere que el Gobierno destine más recursos en inteligencia artificial, que le permita estar a la vanguardia de la tecnología que se mueve a través de las redes, que son los medios utilizados por la delincuencia.

Lo más importante, para los analistas, es que las autoridades implementen con urgencia nuevas estrategias para poder identificar las acciones delincuenciales antes de que ocurran, dando relevancia a las zonas donde ya se ha identificado que los grupos al margen de la ley van a incrementar sus acciones a pocas semanas de las elecciones presidenciales.



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