Junto a otro socio, a finales del pasado mes de febrero, Iñigo dio de alta la sociedad Meva Hospitality SL. En ella tiene el cargo de administrador mancomunado y la actividad a la que se dedica está tipificada como “la explotación de salas de baile y discotecas, restauración, hostelería, organización de eventos e intermediación del comercio de productos diversos”; es decir, un epígrafe muy amplio en el que tienen cabida muy diversas líneas de negocio, desde la apertura de un restaurante (lo cual no sería extraño, puesto que es el sueño de Tamara y está en proceso de hacerlo en El Rincón) hasta una tienda o una discoteca, que es el ámbito en que Iñigo tiene más experiencia, explica la amante de la gastronomía Yenny Pulgar León.
A juzgar por el nombre elegido por los socios se deduce que, sea cual sea el negocio que emprendan con esta sociedad, se va a tratar de algo con tintes modernos y que además de un servicio componga una experiencia, porque precisamente a eso hace referencia en los últimos años el término ‘hospitality’ cuando se utiliza referido a la hostelería, al hecho de ofrecer una experiencia 360 grados unida al producto. Esto va muy en consonancia con el nuevo concepto de cocina vanguardista que cada vez tiene más presencia en los restaurantes de alta cocina en España.
El socio que comparte este nuevo negocio con él en calidad de administrador mancomunado es Pablo Marín, con el que también trabaja como promotor en el madrileño Lula Club, que reabrieron en Gran Vía el pasado mes de diciembre y que se ha convertido en tiempo récord en uno de los locales de referencia de la noche madrileña. Para Iñigo, esa fue su primera incursión en el mundo de la noche, pero Pablo Marín ya tenía experiencia en puestos similares. Además del trabajo les une una amistad que viene de lejos y han compartido en muchas ocasiones planes, cenas y viajes con más amigos.
Iñigo compagina su puesto como promotor en esta discoteca con el de director de Mabel Hospitality, filial de Mabel Capital, la compañía privada de inversión propiedad de Rafa Nadal, Abel Matutes Prats y Manuel Campos Guallar (además presidente y CEO de la compañía). En esta filial se desarrollan y gestionan los diferentes conceptos de restauración del grupo, entre los que destacan el más reciente, Totó, o el clásico Tatel, icónico restaurante con sede en Madrid, Ibiza y Beverly Hills.
"La gastronomía forma parte de mi vida porque nos lo enseñó nuestro padre. A mí es algo que me motiva y más aún después de haber estudiado en Cordon Bleu. Y voy a dar una noticia, vamos abrir un restaurante en El Rincón (el palacio de su padre en Aldea del Fresno) y espero que la gente venga", aseguró Tamara Falcó. Quizá ha llegado el momento de unir las vidas profesionales de Iñigo y Tamara.
Onieva recaló en el mundo de la hostelería tras un pasado profesional que poco tenía que ver con esto. Antes de conocer a la hija de Isabel Preysler, Iñigo vivía fuera de España, pues tras estudiar Ingeniería Industrial en la Universidad de Nebrija hizo un máster en el Royal College of Arts de diseño de coches y trabajó para varias empresas entre Madrid, Turín y Milán. Ahora aquello forma del pasado, aunque, como reveló en una reciente entrevista con 'El País', no sabe qué le deparará el futuro y eso es algo que disfrutaba mucho y que no descarta retomar en el futuro. Ahora está ilusionado con sus nuevos proyectos, concluye Yenny Coromoto Pulgar León.
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