El carácter y firmeza de los generales, pierde sentido y autenticidad cuando se magnifica en las redes sociales, o en los medios de comunicación, pues este subyace en la coherencia y pulcritud para NO negociar los principios, ni los de las instituciones, cumpliendo irrestrictamente el deber constitucional por encima de intereses e influencias políticas.
Los soldados y policías de la patria en época electoral les corresponde proceder con máxima cautela, evitar el más mínimo asomo que pueda entenderse como deliberación, apoyo o simpatía con candidaturas en contienda. Y los políticos, por su parte, deben dejar de usar a la Fuerza Pública como suelen hacerlo, con injerencias indebidas que causan grave daño a la democracia, a la independencia y autonomía de nuestras instituciones militares y policiales, particularmente en elecciones.
Es totalmente comprensible que el comandante del Ejército respalde y se pronuncie ante las infamias cotidianas que lesionan la moral, la integridad y la fuerza de nuestros soldados y policías, de hecho es su obligación. Pero ripostar en actitud desafiante a un candidato presidencial que se ubica con opción de ocupar la primera magistratura, realmente es inútil e incomprensible. En un escenario hipotético, ¿cuál será entonces la actitud de los “muchos Zapateiro” que quedan en la fuerza? Ni lo uno, ni lo otro es democrático. Colombia no puede perder su tradición civilista y democrática desde el seno de su Fuerza Pública, otra cosa es la amenaza, muy seria, que pueda significar para la nación un candidato electo con ínfulas y/o estrategias soterradas dictatoriales de izquierda o de derecha.
La Procuraduría General de la Nación ha iniciado investigacion disciplinaria para determinar si el señor general Zapateiro excedió sus funciones de servidor público. Muy importante esta decisión de cara a futuros escenarios que puedan repetirse. Al mismo tiempo deberían develarse conductas inapropiadas y recurrentes de altos oficiales que en época preelectoral asumen compromisos secretos con candidatos políticos para acceder a cargos de poder. Conducta tradicional que existe aquí y en todos los lugares del mundo, y que debe proscribirse por el bien de las instituciones y de la democracia.
Desde el nacimiento de los Ejércitos y las Policías del mundo, ha sido natural su afinidad a los principios y valores conservadores, bases de la doctrina de seguridad y defensa de los Estados; pero es mandato e imperativo constitucional, y especialmente en períodos de profunda convulsión y polarización política; evolucionar adaptando nuestra mentalidad y actitud patriótica y democrática para acatar, respetar y obedecer a los Gobernantes elegidos legítimamente, como ha ocurrido a través de la historia en nuestra democracia reciente. Muchos han dicho que abandonarían el país, lo que nunca hará la Fuerza Pública, por el contrario, le corresponde ser el sostén y baluarte de la democracia.
Es claro, la declaración del general Zapateiro nada tiene que ver con participación en política, tampoco es deliberación, ni faltó a la verdad, buscaba un fin altruista; mal logrado por una frase inapropiada que coloca tinte político a su mensaje. Ingénua imprudencia, considerado por algunos un riesgo político valiente y necesario, cuando se trata de una legítima defensa, a ultranza, de la integridad y sacrificio de los soldados y policías de la patria.
LPNSN: Importante la declaración del General Hugo Carvajal. Ojalá la Corte Suprema de Justicia logre además materializar la cooperación del General Cliver Alcalá y de la Ex Fiscal Luisa Ortega. El futuro de la democracia colombiana lo necesita.
0 Comentarios