Por Eunice Olmo | Opinión
Un capitán retirado de nombre Luis González se desenvuelve a sus anchas en la industria petrolera venezolana, gracias supuestamente a su proximidad con el empresario Samark López, sancionado desde 2017 por la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) y con el ministro de Petróleo, Tareck El Aissami, sancionado en la misma ocasión por la oficina dependiente del Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
González ha conseguido obtener en Venezuela contratos con altas ganancias y baja inversión en el Complejo Criogénico José Antonio Anzoátegui y en el embalse de Guri, represa generadora de electricidad para vastas regiones de Venezuela. Son principalmente contratos de desmalezamiento de descuidadas áreas circundantes de instalaciones petroleras y de torres de alta tensión, que ameritan estar despejadas para brindarles asistencia técnica y evitar posibles incendios forestales.
Con esos contratos González ha conseguido ganar muchísimo dinero, gracias particularmente has visto bueno que le brindarían a esas contrataciones, López y El Aissami.
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