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Consuelo Estrella Rivero Hoyos, la boliviana contra quien siguen apareciendo acusaciones por estafar a diferentes hombres en Perú y Bolivia mediante la red social Tinder


Similar al caso de “El Estafador de Tinder”, Simon Leviev, Consuelo Estrella Rivero Hoyos, una mujer boliviana es acusada de estafar a varios hombres en Perú, haciéndose pasar por una importante empresaria y seduciéndolos.

Al parecer, la mujer siguió el guión del documental de Netflix e implementó la misma táctica de engaño que utilizó el famoso estafador israelí, de seducir a hombres adinerados que conocía a través de la aplicación de citas, ganarse su confianza y luego estafarlos

La mujer de 40 años fue selectiva con las víctimas. Ella buscaba hombres con importantes ingresos económicos, los invitaba a cenas en lugares caros y pagaba, luego cuando ya confiaban en ella, los seducía y entablaban una relación amorosa para finalmente estafarlos con la venta de lotes en Bolivia, según las autoridades peruanas.

Una de las víctimas, Julio Chirinos, administrador de empresas, experto en mercadeo y profesor, aseguró a la prensa local que cuando conoció a Rivero Hoyos pensó que ella sólo estaría interesada en asuntos profesionales. Sin embargo, ella “lo enamoró” a través de videollamadas de Zoom.

Consuelo Rivero Hoyos y Julio Chirinos

Luego de que la mujer lo tuviera a sus pies, logró convencerlo de comprar un lote y un departamento en Bolivia. Él, ciegamente enamorado de ella, nunca le pidió recibo ni contrato de compra, solo depositó la mensualidad “y ya”.

Chirinos pagó durante meses los gastos de una inversión de un lote de 500 metros cuadrados al norte de Santa Cruz, que supuestamente estaba avaluado en 150 mil dólares.

Entonces Julio descubrió que “el amor de su vida” estaba saliendo con otros hombres, con quienes supuestamente también compraba inmuebles, y así descubrió la estafa. Además, supo que había estado en la cárcel cumpliendo condena por defraudación en la compraventa de lotes y departamentos en Bolivia.

Consuelo se presentaba como una abogada de la Universidad Nacional de San Marcos y coordinadora del área legal del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en América Latina y el Caribe. Es así como logra contactar a su primera presunta víctima, a un administrador de empresas, experto en marketing y profesor de postgrado en una reconocida universidad en Lima.

“Pensé que era una persona que quería contactar conmigo para fines profesionales y es por Zoom que en menos de una semana esta persona me enamora (…) Me dijo que trabajaba en un organismo internacional.”, relató Julio Chirinos.

Según un reporte de Infobae, entonces Chirinos se había enamorado de la falsa abogada y comenzaron una relación. A pocas semanas, le convenció en comprar un terreno en Bolivia. “Al cabo de un par de semanas ya estuve compartiendo los gastos de la inversión de un lote de 500 metros cuadrados al norte de Santa Cruz valorizado en unos 150 mil dólares, cuotas de 800 dólares. La plata se la daba a Consuelo”, manifestó.

Sin embargo, esta no fue la única inversión que pidió Consuelo, ahora vendría un departamento con una cuota inicial de 12 mil dólares y posteriormente 1.500 mil dólares mensuales. Este inmueble sería pagado por ambos, pero Chirinos afirma que nunca le pidió los contratos de estas compras, porque conoció a la familia de su entonces pareja y no desconfió.

Otra de las cosas que descubrió el administrador de empresas fue que Consuelo no solo mantenía una relación con él, sino que habría tenido más parejas en ese mismo periodo. Asimismo, indicó que las salidas del departamento no fueron por temas laborales, sino para tener la oportunidad de salir con otros hombres. “Ella utilizaba Tinder para poder prospectar personas con altos ingresos económicos”, afirma Chirinos.

Consuelo utilizó la misma red social para contactar a Germán Caballero, un empresario dedicado a la agricultura. Todo comenzó por un match y luego una cena que fue pagada por la mujer. “Yo la conozco por Tinder. Ella capta a las personas -me imagino- por Tinder. Me invitó a la Huaca Pucllana a cenar. Ella me invitó, pagó todo, me sorprendió. Ella trabajaba en la PNUD de abogada. A mí me cayó muy bien, una persona madura que trabajaba, independiente”.

Luego de varias semanas, Consuelo le informa a Caballero que se encontraba embarazada mediante una ecografía que le envía. No obstante, el empresario procede a verificar si las imágenes coinciden con el tiempo de su relación.

“Gracias a Dios yo tengo un amigo que es ecógrafo y le digo cuántas semanas tiene esto y me dice entre 10 a 12 semanas. Entonces, la llamo y le digo: ‘oye nunca más me vuelvas a llamar, no quiero saber nada más de ti (…) esto no es mío’”, le informó a Consuelo.

Estas historias no serían las únicas que involucran a Consuelo, puesto que también contactaba a familiares o amigos cercanos de sus exparejas. En este caso, conoció a Isabel, quien denuncia a la mujer boliviana de deberle dinero tras ganarse su confianza, porque se casó con uno de sus mejores amigos.

“Inicialmente me dijo 15.000 soles y después me pidió más, en total ella me debe 42.000 soles (...). Ella sabe perfectamente porque es su negocio, sabe que por préstamo no hay cárcel. Ya prácticamente se desentendió de la deuda”, afirmó.

Además, comentó que nunca la han visto trabajando y que habría vivido del dinero que le entregaban sus conquistas. “Una vez que capta a las personas, su fin es casarse, es una delincuente, una estafadora”, añadió.

Consuelo habría cambiado de imagen para conquistar a sus víctimas, así lo confirma Claudia, otra persona estafada. “Ella pregunta dónde trabajas, cuánto ganas, ve qué te pones, hasta qué perfume de echas, ella estudia a las personas. Es un fantasma, un holograma, alguien que fingió ser lo que no es”, declara esta víctima.

Consuelo tiene antecedentes en Bolivia por estafa e incluso estuvo presa. En este sentido, habría viajado al Perú para continuar cometiendo estos delitos. Asimismo, se comprobó que nunca realizó un doctorado en la Universidad Mayor de San Marcos, como tampoco trabajó en PNUD como abogada.

La versión de Consuelo

Tras las acusaciones en su contra, Consuelo Rivero Estrella Rivero Hoyos salió a dar su versión. “No soy la estafadora de Tinder”, mencionó. En específico, la mujer explicó sus argumentos ante la denuncia que puso su expareja el coach Julio Chirinos. En ese sentido, alegó que el dinero entregado “fue un regalo” y no un fraude. Cabe precisar que, en 2012, la boliviana fue detenida en Santa Cruz acusada por estafa agravada, por lo que pasó una temporada en el penal de Palmasola en Bolivia.



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