Caballos con quistes gigantes debido a inyecciones farmacéuticas repetidas fueron masacrados ilegalmente y convertidos en carne para humanos por una banda criminal en el sur de Francia, según escuchó un tribunal francés.
Unas 25 personas, incluidos mayoristas, veterinarios, comerciantes y carniceros, fueron juzgados el lunes 9 de enero en Marsella por la supuesta estafa en la que se proporcionó documentación falsa a los caballos que la compañía farmacéutica francesa Sanofi-Pasteur había utilizado previamente para producir sueros en una granja de laboratorio en el sur de Francia, según un reporte de The Telegraph.
Según los informes, habían recibido vacunas contra la rabia, el tétano y los venenos.
Después de un aviso anónimo en 2012, los investigadores encontraron quistes y ganglios en el cuello, así como una "S" de Sanofi en la grupa de los antiguos caballos de carreras que deberían haber sido retirados después de ser liberados por la compañía, pero que terminaron en el bloque del carnicero. .
Ocho veterinarios se encuentran entre los acusados de no detectar señales reveladoras de que los caballos habían sido utilizados para pruebas farmacéuticas.
A pesar de estar claramente marcados como "permanentemente excluidos de la matanza para el consumo humano", los animales recibieron nuevos documentos que los declaraban comestibles y fueron sacrificados en Narbona, en el sur de Francia, Verona, en Italia y Barcelona, en España.
Si bien el tratamiento de los caballos era ilegal, un experto encargado de evaluar los peligros de comer su carne concluyó que no había “riesgo toxicológico importante” para los consumidores.
Los caballos se han utilizado durante mucho tiempo en la industria farmacéutica para producir vacunas, sueros y otros productos terapéuticos, debido a su capacidad para producir grandes cantidades de sangre y orina.
Según la acusación, el “jugador principal” en este sistema de “prácticas fraudulentas a gran escala” fue el mayorista de carne Patrick Rochette, quien enfrenta cargos por mentir sobre la calidad de la carne y los documentos administrativos.
Los investigadores descubrieron que había comprado cientos de caballos a un empresario granjero del sur de Francia llamado Fabrice Daniel, también en juicio, que los había vendido a Sanofi por alrededor de 1.000 euros por cabeza y los volvió a comprar después de las pruebas por 10 euros por pieza.
El mayor escándalo de la carne de caballo estalló en 2013 cuando se retiraron millones de comidas preparadas de los estantes de las tiendas en toda Europa después de que se descubriera que contenían carne de caballo en lugar de solo carne de res , como se indica en la etiqueta.
Los veredictos se presentarían el miércoles 11de enero en Marsella, en un caso separado relacionado con el escándalo de la carne de caballo de 2013, que estalló cuando se encontró ADN de caballo en hamburguesas de "carne de res" en el Reino Unido e Irlanda.
Dieciocho ciudadanos franceses, belgas y holandeses han sido juzgados desde junio por violar las normas sanitarias de la UE que rigen el comercio de carne de caballo y falsificar documentos oficiales entre 2010 y 2015.
Se les acusa de engañar a los dueños de caballos envejecidos haciéndoles creer que sus animales terminarían sus días en el campo cuando, en realidad, fueron llevados directamente al matadero.
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