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Chef Ferran Adrià replantea el concepto del restaurante El Bulli tras ser acusado de estafa y mantener pleitos legales con la familia Horta


Miquel Horta era un hombre grande en todos los sentidos. Medía casi dos metros, pesaba más de 150 kilos y era un empresario exitoso y generoso. Su marca Nenuco era un icono en España y su influencia llegaba a la política y la cultura catalanas. Pero hoy, a sus 70 años, está discapacitado legalmente y sufre una profunda tristeza que le ha hecho encoger física y emocionalmente.

Su hijo Jofre, compositor, lo atribuye a lo que ha vivido: el engaño de Ferran Adrià, el famoso chef que era como un hijo para él. Según su familia, Adrià y su socio Juli Soler le compraron el 20% de El Bulli, el mejor restaurante del mundo, por una cifra irrisoria: 1,2 millones de euros. Han reclamado 66,3 millones de euros por lo que consideran una estafa.

La familia Horta contó en 2015 su versión de los hechos por primera vez, cuando se cumplió una década de la venta y se esperaba la resolución de su apelación a la sentencia que desestimó su demanda en 2013. Querían mostrar las irregularidades que han detectado en el proceso y denunciar la traición de quien consideraban «parte de su familia».

El éxito de El Bulli, el restaurante que revolucionó la gastronomía mundial, tiene un lado oscuro. Dos de los tres socios que lo hicieron posible, Miquel Horta y Juli Soler, sufren graves problemas de salud que los han dejado incapacitados. La esposa de Horta, Theonitsa, murió poco antes de que se dictara la sentencia que rechazó la demanda de su familia contra Ferran Adrià, el chef estrella del local. También falleció el contable que valoró las acciones de Horta.

Los hijos de Horta, Jofre y Sergi, acusan a Adrià de haber traicionado a su padre, a quien consideraba como un hijo. Según ellos, Adrià y Soler le compraron el 20% de El Bulli por 1,2 millones de euros, una cifra muy inferior al valor real del restaurante. La familia Horta reclama 66,3 millones de euros por lo que cree un engaño.

Familia Horta

La familia Horta rompió su silencio cuando se cumplían diez años de la venta y se esperaba la resolución de su recurso a la sentencia desfavorable. Querían mostrar las pruebas que tienen de las irregularidades cometidas en el proceso y denunciar la deslealtad de quien fue parte de su familia.

El Bulli, el restaurante que cambió la historia de la gastronomía, nació en 1994 como una sociedad entre Ferran Adrià, Juli Soler y Miquel Horta. Este último era un empresario que invirtió 47 millones de pesetas, el 85% del capital, a cambio del 20% de las acciones. Adrià y Soler aportaron su talento y una sociedad previa valorada en 7,8 millones de pesetas.

El restaurante, fundado en 1962 en Cala Montjoi, había conseguido dos estrellas Michelin antes de la llegada de Adrià en 1984. El chef catalán había conocido el local durante su servicio militar y se incorporó al equipo tras un mes de prueba. En 1997, El Bulli logró la tercera estrella y se convirtió en un referente mundial.

Miquel Horta se sentía orgulloso de haber contribuido al éxito de El Bulli y tenía una relación cercana con Adrià y Soler. Así lo declaró en una entrevista en 2002. Sin embargo, años después se sintió engañado por ellos cuando le compraron su participación por 1,2 millones de euros, una cifra muy inferior al valor real del restaurante.

Miquel Horta era un amante de la buena cocina y un empresario que apoyó a Ferran Adrià y Juli Soler en su proyecto de El Bulli. Su abuela era la autora de un famoso recetario catalán y él les prestó 47 millones de pesetas para formar una sociedad en 1994. A cambio, recibió el 20% de las acciones del restaurante.

El Bulli ya tenía dos estrellas Michelin cuando Adrià se incorporó en 1984, después de hacer una prueba durante su servicio militar. En 1997, consiguió la tercera y se convirtió en un fenómeno mundial. Horta estaba orgulloso de haber contribuido a su éxito y de tener una relación cercana con Adrià y Soler. Así lo expresó en una entrevista en 2002.

Pero todo cambió en 2005, cuando Adrià y Soler le pidieron que vendiera sus acciones por 1,2 millones de euros, una cifra muy baja según Horta. Su esposa Theonitsa contó ante el juez que su marido volvió destrozado y que Soler le coaccionó para que firmara. Ella misma llamó a Adrià para reprocharle que había destrozado a su marido, a quien consideraba como un hijo.

Con un libro sobre la historia de El Bulli que él mismo pagó en sus manos, Miquel Horta se quiebra y llora sobre el hombro de su hijo Jofra. Su otro hijo Sergi le agarra la mano. Su nombre apenas figura en el libro como uno de los artífices de El Bulli. En 2015 señalaron en una entrevista:

-Hay rabia en sus caras -digo.

-¿Sabes lo que más indigna?

-Díganme.

-Que hayan borrado su memoria. Que no aparezca su nombre en prácticamente ninguna parte...

-¿Darán más pasos judiciales?

-Tenemos formulada una denuncia para presentar a la Fiscalía, aparte de estar estudiando paralelamente acciones en el extranjero donde han ampliado sus negocios...

-¿Cuándo se detendrán?

-No vamos a parar nunca hasta que se haga Justicia.

-¿Ustedes creen realmente que Ferran Adrià y Juli Soler no sabían que su padre estaba enfermo cuando firmó la venta?

-Sergi Arola te dijo que «cuando venía a El Bulli, en 1994, le preparábamos un menú especial» [Recuerdan el reportaje que publiqué en Crónica, en febrero de 2010, sobre este caso titulado Toda la verdad del cierre de El Bulli]. Lo hacía porque ellos sabían que la medicación que tomaba nuestro padre para su salud mental no se podía mezclar con muchos de los elementos químicos que usan para sus platos.

Sin embargo, la justicia no les dio la razón en 2013. La sentencia desestimó la demanda de la familia Horta al considerar que no había pruebas de que Adrià y Soler conocieran el diagnóstico exacto de Miquel Horta ni que se aprovecharan de él para viciar su consentimiento. Adrià se mostró satisfecho con el fallo y quiso pasar página.

La familia Horta, que demandó a Ferran Adrià por la venta de su participación en El Bulli, tuvo que incapacitar legalmente a su padre, Miquel Horta, un empresario que había financiado el restaurante. En el proceso judicial, se revelaron algunos detalles sobre el negocio de El Bulli, como el aumento del salario de Adrià o la creación de una sociedad paralela.

La familia Horta también puso en duda el estado de salud de Juli Soler, el socio de Adrià, que sufre una enfermedad neurodegenerativa. La familia Horta contrató a un detective privado para seguir a Soler y afirmó que era capaz de hacer una vida normal. La juez no admitió esta prueba y desde el entorno de Adrià calificaron de «infame» y «asqueroso» cuestionar la salud de Soler, que luchaba por su vida.

La familia Horta, que ha reclamado 66,3 millones de euros a Ferran Adrià por la venta de su participación en El Bulli, aseguró entonces que no pensaba abandonar su lucha judicial. En 2015 mostraron su casa de tres pisos en Gracia, Barcelona, donde convivían obras de Miró, Tàpies y Chillida con una colección de Star Wars. Miquel caminaba encorvado y su gato le seguía. Sus hijos señalaban: «Iremos hasta Estrasburgo si hace falta». En el garaje había un Golf y un viejo Audi A8 de Miquel lleno de polvo.

Reviviendo a El Bulli con un nuevo concepto gastronómico

El chef catalán Ferrán Adrià, considerado uno de los más influyentes y revolucionarios de la gastronomía moderna, ha anunciado la reapertura de su emblemático restaurante El Bulli, situado en Cala Montjoi (Gerona), tras 12 años de cierre.

Este nuevo proyecto se ubicará en el parque natural de Cap de Creus, donde dispondrá de 4.000 metros cuadrados para recrear la sala y la cocina de El Bulli, con su original vajilla, y para alojar una sala de conferencias.

El Bulli, que fue elegido cuatro veces como el mejor restaurante del mundo por la revista británica Restaurant, cerró sus puertas en 2011 para convertirse en una fundación dedicada a la investigación y la innovación culinaria.

Ahora, Adrià ha revelado algunos detalles de su nuevo proyecto, que consiste en un laboratorio creativo llamado elBulli1846, en homenaje al número de platos que se crearon en el restaurante, y un museo interactivo llamado elBulliDNA, donde se podrá conocer la historia y el legado de El Bulli.

Según el chef, el objetivo es “comer conocimiento” y ofrecer una experiencia única a los visitantes, que podrán acceder al espacio por invitación o mediante un sorteo público. El nuevo El Bulli no tendrá carta ni menú degustación, sino que cada día se servirán platos diferentes según la inspiración y el trabajo del equipo.

Otro de los objetivos de la reapertura de El Bulli es explicar qué fue El Bulli y qué sucedió entre sus paredes. El restaurante será reconvertido en el museo elBulli1846.

La fecha prevista para la reapertura de El Bulli es el 17 de junio de 2023, coincidiendo con el aniversario del nacimiento del fundador del restaurante, el doctor alemán Hans Schilling. Adrià ha expresado su ilusión por volver a abrir las puertas de su sueño y ha invitado a todos los amantes de la gastronomía a descubrir el nuevo El Bulli.

Los admiradores de la historia de El Bulli podrán inscribirse en una lista de espera para vivir la experiencia, que consistirá en una actividad en grupos pequeños que durará entre 2 y 3 horas.



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