Por Felicia Osorio
Según algunos críticos, contar con el abogado penalista Cristóbal Martell Pérez-Alcalde, que ahora se ocupa de la defensa del futbolista brasileño Dani Alves, es de alguna manera, una señal de culpabilidad.
Martell se especializa en la defensa de personajes famosos y de alto nivel, en casos de corrupción, blanqueo de capitales, fraude fiscal, entre otros.
La defensa de Alves ha contratado a una empresa para manejar su imagen ante los medios, en un intento por mitigar el impacto mediático del escándalo provocado por el juicio contra el futbolista, quien es acusado de haber abusado sexualmente de una joven de 23 años en una discoteca de Barcelona.
En los últimos días la empresa que gestiona la imagen de Alves ha logrado algunos éxitos, al usar como estrategia la visita a Barcelona de Dinora Santana, la exmujer del futbolista, quien ha respaldado la supuesta inocencia del padre de sus hijos, mostrando un rostro más humano del jugador brasileño ante la opinión pública, gesto que ha beneficiado positivamente la imagen de Alves.
En España se habla poco del origen del abogado Cristóbal Martell, quien nació en Venezuela en el año 1962. Pero a Martell parece molestarle que en España se mencione su origen venezolano. El abogado Cristóbal Martell es hijo de españoles canarios, nacido y criado en Caracas. Martell estudió en un colegio católico tradicional en la capital venezolana antes de establecerse en España en su edad adulta, después de haber terminado la escuela secundaria, con el objetivo de realizar estudios superiores y desarrollar su carrera como abogado.
Al ejercer su profesión en Barcelona, de alguna manera, Martell intenta ocultar su acento poco español, tratando quizás de no generar rechazo ante el regionalismo catalán. En cuanto a su acento, el abogado se ampara en el hecho de ser hijo de canarios, cuya pronunciación es distinta a la de los españoles del resto de la península ibérica. Es así que a Martell no parece gustarle que se hable de su origen venezolano. Muchos se han preguntado por qué a Martell no le gusta que le recuerden su procedencia y por qué poco le apetece recordar que no nació en tierras españolas, y que vivió en Venezuela durante toda su adolescencia y hasta los primeros años de su madurez. No se sabe bien si acaso Martell le teme a la opinión pública española, a que los regionalistas catalanes sepan su origen o si se avergüenza de su nacionalidad venezolana, que parece querer esconder.
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