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La exigencia hecha a la justicia estadounidense por parte de Rafael Reiter Muñoz, el exjefe de seguridad de PDVSA que podría comprometer más a los empresarios Alex Saab y Álvaro Pulido Vargas


Rafael Reiter Muñoz es el exgerente de Prevención y Control de Pérdidas de Petróleos de Venezuela (PDVSA), la empresa estatal que fue saqueada por una red de corrupción multimillonaria. Reiter tiene en su poder documentos y testimonios que revelan cómo se armó el entramado de lavado de dinero y desvío de fondos que involucra a altos funcionarios del chavismo y a empresarios como Álvaro Pulido Vargas y Álex Saab.

Reiter fue detenido en España en 2017 por su presunta participación en el blanqueo de capitales a través de un banco en Andorra, el pequeño país europeo que se convirtió en un paraíso fiscal para los saqueadores de PDVSA. Desde entonces, ha estado negociando con la justicia de Estados Unidos para colaborar como testigo estrella en el caso que se adelanta en la Corte del Distrito Sur de Texas, según reporte de SEMANA.

Sin embargo, según un documento exclusivo obtenido por SEMANA, Reiter pone una condición que parece imposible de cumplir: quiere “inmunidad total” para contar todo lo que sabe. Así lo expresó su defensa en una carta dirigida al juez del caso. Reiter sabe que su declaración puede comprometer a los máximos líderes del Gobierno venezolano, a la cúpula de la petrolera y, en especial, a Rafael Ramírez, el exzar del petróleo y expresidente de PDVSA, considerado su mentor y protector.

Pero en Estados Unidos son muy raros los casos de inmunidad total que se han concedido a lo largo de la historia. La tan esperada declaración de Reiter se ha convertido en una telenovela. Estaba programada para el pasado 4 de mayo, pero se aplazó cuando sus abogados cuestionaron a la Fiscalía de Houston y aseguraron que no habían acordado una declaración en contra de Ramírez.

Reiter tiene mucho que contar. Fue el jefe de seguridad de PDVSA durante años y por su cargo conoció las operaciones ilícitas y las exportaciones de petróleo que salían en gigantescos buques. También fue señalado como “el valijero” en el caso Antonini Wilson, el empresario venezolano que fue capturado en Argentina en 2007 con una maleta con 800 mil dólares destinados a financiar la campaña electoral de Cristina Fernández de Kirchner.

Reiter teme represalias contra su familia, que aún vive en Venezuela. El fiscal general venezolano anunció que si Reiter regresa a su país será detenido y juzgado como un traidor a la patria y a la revolución. ¿Qué es lo que tanto sabe?

Reiter es un hombre de origen humilde que escaló muy rápido en PDVSA gracias a los contactos de su madre, Marla Muñoz Olivo, la mano derecha del entonces diputado Nicolás Maduro. Su madre le presentó a las grandes cabezas de la petrolera, considerada la joya de la corona del chavismo.

Luego de ingresar a la empresa fue designado como gerente de Prevención y Control de Pérdidas, un cargo que no era visible, pero fue la base para que iniciara el saqueo. Desde ahí, en 2005, empezó a entender cómo era que se movía el negocio y aprendió a realizar los movimientos precisos para que las “pérdidas” de la petrolera se convirtieran en sus ganancias personales.

Antes de llegar a PDVSA, Reiter trabajó como vigilante en discotecas y fiestas privadas. También fue escolta y hombre de confianza de Rafael Ramírez. Reiter, pasó de ser guardia a millonario.

Su nombre también aparece en registros de empresas en Panamá y Estados Unidos. Según https://opencorporates.com, es director y tesorero de la empresa Inversiones RC 58 INC, presidida por el también venezolano y oficial del Ejército Said Aurelio Cabrera Abraham.

Reiter es uno de los personajes clave para desentrañar el escándalo de corrupción en PDVSA, que apenas empieza a salir a flote.

Luego, al darse cuenta de lo rentable que era el negocio, reportaba pérdidas que solo existían en el papel para obtener jugosos dividendos. Con el apoyo de su padrino, el entonces presidente de PDVSA, Rafael Ramírez, Reiter ascendió a jefe de Seguridad, un cargo del que no tenía conocimientos, pero en el que fue aprendiendo poco a poco y, sobre todo, hallando la forma de incrementar el saqueo.

Por su nivel de confianza con la cúpula de PDVSA, se le asignó la difícil pero muy necesaria tarea de transportar maletines llenos de dinero a los gobiernos aliados de Venezuela, similar a lo que hacía el mismo Álex Saab, quien además de dólares llevaba lingotes de oro.

Con sus rudimentarios y torcidos saberes de finanzas y administración, Reiter sabía que debía crear estrategias más efectivas para ocultar el dinero, evitar problemas con la justicia y aumentar, aún más, su fortuna. Empezó a crear empresas en Venezuela, Barbados y Panamá con el fin de realizar contratos ficticios, que se cuentan por millones de dólares, con la misma PDVSA.

Para evitar sospechas, nombró como representantes a sus amigos, familiares y compañeros. Y en este punto aparece un viejo conocido, Álex Saab, quien junto con su socio Álvaro Pulido logró crear diez sociedades para mover petróleo venezolano y dinero con destino a los países aliados del chavismo.

En 2017, la suerte de Reiter se vio truncada. Ya con su padrino borrado completamente del chavismo y la inesperada apertura de investigaciones contra los directivos de PDVSA, todos los reflectores señalaron al exjefe de Seguridad de la petrolera, quien para ese entonces contaba con lujosas propiedades en Miami y Barcelona.

En España, tras pasar detenido ocho meses, decidió que lo mejor era contar lo que sabía y salpicar a todo aquel implicado en este gigantesco caso de corrupción. Esto, sin importar que hasta hace poco los consideraba sus protectores, padrinos y aliados. En ese proceso entraron en la colada los nombres de Tareck El Aissami, exvicepresidente y exministro del Petróleo; Rafael Ramírez, expresidente de PDVSA; los empresarios Samark López Bello, Álvaro Pulido y su socio estelar Álex Saab.

En ese país, del que no puede salir por la solicitud de extradición a Estados Unidos en su contra, Reiter también se ha comprometido a colaborar con otros casos de corrupción, entre ellos uno contra el banquero portugués Paulo Muta, quien habría escondido los sobornos pagados a funcionarios venezolanos con dinero de PDVSA.



En este caso, se pide lo mismo, una inmunidad total y la mayor protección para él y su familia. De no concretarse su declaración, el voluminoso expediente de PDVSA empezaría a resquebrajarse, así como varias líneas de investigación, en especial, las que vinculan a empresarios colombianos y venezolanos con el fraude.

Las autoridades de Estados Unidos saben que sin la declaración de Reiter las vinculaciones en contra de un nutrido grupo de personas por cargos de lavado de activos –uno de los más graves según su legislación– podrían caerse en cualquier momento y el escándalo de PDVSA tocaría solamente a los mandos más bajos del chavismo.

El caso de Rafael Reiter es similar al del exgeneral venezolano Hugo ‘El Pollo’ Carvajal, quien se le torció al régimen de Maduro y se refugió en España. Y aunque allá les cayó la justicia, en Estados Unidos siguen esperando que prendan el ventilador.



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