El comercio ilegal y la falsificación son dos de los principales desafíos que enfrenta la economía mundial. Según organismos internacionales como la ONU y el Foro Económico Mundial, estas actividades ilícitas representan el 3 por ciento del producto mundial bruto, lo que equivale a más de 2,2 billones de dólares. Esta cifra supera el tamaño económico de países como Brasil, Italia o Canadá, o la suma de las economías de México e Indonesia.
El comercio ilegal afecta a diversos sectores, desde los textiles hasta los productos farmacéuticos, pasando por el alcohol, el tabaco, la electrónica y el petróleo. Además de causar pérdidas fiscales y daños a la salud pública, este comercio también financia al crimen organizado y al terrorismo. Por ejemplo, se estima que el valor de los productos falsificados y pirateados en el mundo es de unos 509 mil millones de dólares, según un informe de la OCDE y la EUIPO. Asimismo, se calcula que el contrabando de drogas mueve unos 320 mil millones de dólares, el tráfico de personas unos 150 mil millones de dólares y el tabaco y los productos ilegales unos 40 mil millones de dólares.
La conferencia de Estambul busca soluciones al comercio ilegal
Para abordar este problema global y buscar soluciones urgentes, se celebró en Estambul la Conferencia de Seguridad de EMEA del 31 de mayo al 1 de junio. A este evento asistieron unos 200 representantes del sector privado de más de 17 países, así como agencias gubernamentales y organizaciones privadas. Entre ellas se encontraban el Ministerio de Aduanas y Comercio de Turquía, la Dirección de Aduanas de Ambarlı, la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF), el Ministerio de Salud de Malasia, la Autoridad Real de Aduanas de Malasia, el Consulado General de EE. UU. en Estambul - Investigaciones de Seguridad Nacional, la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios del Reino Unido, la Oficina de Patentes y Marcas de EE. UU. (USPTO), REACT, el Instituto de Seguridad Farmacéutica (PSI) y la Alianza Transnacional para Combatir el Comercio Ilegal (TRACIT).
En la conferencia se presentaron datos globales y locales sobre la falsificación y el comercio ilegal, así como las medidas adoptadas para prevenirlos. Uno de los ponentes fue Esteban Gudici, analista principal de políticas de Tracit, quien compartió los resultados del estudio titulado “Análisis de inflación, poder adquisitivo y comercio ilícito-Turquía”. Gudici destacó que Turquía tiene autoridades reguladoras e instituciones fuertes que superan los estándares internacionales en muchos aspectos en la lucha contra el comercio ilícito. Sin embargo, también señaló que se puede hacer más para mejorar la gobernabilidad, la coordinación, la aplicación, la protección de los derechos de propiedad intelectual, el control fronterizo y la disuasión criminal.
El caso del comercio ilegal de productos del tabaco
Gudici puso especial énfasis en el comercio ilegal de productos del tabaco en Turquía, que presenta una situación particular con respecto a otros países. Según Gudici, este comercio ilícito no solo supone una pérdida fiscal anual de 60 000 millones de TL para el gobierno turco, sino que también socava las políticas de salud pública. El problema radica en los llamados macarons rellenos, que son productos que se llenan con tabaco abierto ilegal y se venden ilegalmente. Gudici elogió la determinación y la voluntad del estado turco para erradicar esta actividad ilegal, pero también sugirió que se pueden tomar más medidas para combatirla de manera más efectiva.
Otro de los oradores de la conferencia fue el general de brigada retirado Juan Carlos Buitrago, quien trabajó durante 33 años en el Servicio de Policía Nacional de Colombia. Buitrago afirmó que el comercio ilegal es un problema grave que está vinculado al sistema criminal internacional. Buitrago comparó la situación de Turquía con la de Panamá, que es un eje estratégico en el comercio internacional y también un lugar importante para los delincuentes. Según Buitrago, Panamá es utilizado por los criminales para introducir productos ilegales como cigarrillos de Corea del Norte, India y China a través del canal y las zonas francas, y distribuirlos a los países de Centro América, Sur América y el Caribe. Buitrago dijo que cerca de 8 mil millones de cigarrillos ilegales provenientes de Asia viajan a estos países a través del Canal de Panamá.
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