Por Felicia Osorio
Antecedentes
Cliver Alcalá Cordones fue un militar de confianza de Hugo Chávez, que ocupó importantes cargos durante su gestión, como comandante de la 41 Brigada Blindada y jefe de la Región Estratégica de Defensa Integral (REDI) Guayana. Sin embargo, tras la muerte de Chávez en 2013 y la llegada al poder de Nicolás Maduro, Alcalá se distanció del chavismo y se convirtió en uno de sus críticos más duros. Acusó a Maduro de traicionar el legado de Chávez, de violar los derechos humanos.
Según la Fiscalía de Estados Unidos, Alcalá también formaba parte del Cartel de los Soles, una organización criminal dedicada al tráfico de drogas entre Colombia y Venezuela. El exmilitar, además, estuvo vinculado al Cartel de La Guajira, liderado por Hermágoras González Polanco, alias “El Gordito González”, quien fue arrestado en 2008 en un operativo antidrogas en Venezuela. Alcalá tenía una relación familiar con González, pues se casó en 2012 con su sobrina, Marta González. Además, según la acusación, Alcalá se reunió en 2008 con el exjefe de espionaje de Chávez, Hugo Carvajal, para coordinar el envío de cocaína a Estados Unidos con la ayuda de las FARC.
Alcalá huyó de Venezuela en 2018, tras el descubrimiento de una conspiración que dirigía en secreto para derrocar a Maduro. Se instaló en Colombia, donde recibió el apoyo de la oposición venezolana liderada por Juan Guaidó, reconocido entonces como presidente interino por Estados Unidos y otros países. Alcalá también estableció contactos con agentes estadounidenses y asesores políticos como J.J. Rendón, quien fue contratado por Guaidó para diseñar una estrategia para salir de Maduro. Rendón admitió haber firmado un contrato con Alcalá para comprar armas y entrenar a desertores militares venezolanos para una incursión armada contra Maduro.
Otro vínculo que tiene Alcalá con Estados Unidos es su asesor legal, Adam Kaufmann, socio de la firma de abogados Lewis Baach Kaufmann Middlemiss. Kaufmann ha sido abogado del empresario venezolano Alejandro Betancourt, quien es señalado de supuestamente lavar dinero procedente del desfalco a la estatal petrolera PDVSA. Betancourt también es conocido por haber financiado a Guaidó y a su entorno político. Kaufmann ha defendido a Alcalá ante la corte de Nueva York y ha solicitado que se le entregue información clasificada que podría exculparlo.
Un aspecto no muy comentado sobre Cliver Alcalá es su relación con Vittorio De Stefano, un empresario de origen italiano, presidente-rector en Curazao de la Caribbean International University (CIU), una universidad que ofrece títulos “express” a militares, diplomáticos y otros funcionarios públicos venezolanos con aspiraciones de ascensos. Según información indicada en el pasado por medios de comunicación, De Stefano, antiguo socio de la Universidad Santa María en Venezuela, habría mantenido negocios con Alcalá en Curazao.
Entrega y extradición
El 26 de marzo de 2020, el fiscal general de Estados Unidos, William Barr, anunció la acusación de Nicolás Maduro y otros 14 altos funcionarios y militares venezolanos por narcoterrorismo, corrupción y lavado de dinero. Entre los acusados se encontraba Cliver Alcalá Cordones, por quien se ofreció una recompensa de 10 millones de dólares por su captura. Ese mismo día, el gobierno venezolano denunció la incautación de un arsenal de armas de asalto y equipo militar fabricados en Estados Unidos en una carretera en Colombia, que según dijo, estaba destinado a una incursión planificada en Venezuela para asesinar a Maduro.
Al día siguiente, Alcalá sorprendió a muchos al atribuirse la responsabilidad de las armas incautadas y revelar que formaba parte de un plan para derrocar a Maduro con el apoyo de Guaidó y sus “asesores estadounidenses”. En una entrevista con la W Radio, Alcalá dijo que había firmado un contrato con Guaidó y J.J. Rendón para comprar las armas y entrenar a 90 funcionarios en campamentos secretos en Colombia. Sin embargo, acusó a la oposición venezolana de traicionar la causa y filtrar información al gobierno de Maduro. “Teníamos todo listo, pero las circunstancias que nos han asediado a lo largo de esta lucha contra el régimen generaron filtraciones desde el mismo corazón de la oposición, la parte que quiere convivir con Maduro”, dijo Alcalá.
Poco después de dar su testimonio, Alcalá se entregó voluntariamente a las autoridades estadounidenses en Barranquilla, Colombia. Según sus abogados, Alcalá recibió un ultimátum: abordar un jet privado con destino a Nueva York o ser retenido en una cárcel colombiana donde temía ser asesinado. Alcalá optó por acompañar al agente estadounidense y fue extraditado a Estados Unidos, donde se declaró inocente ante una corte de Nueva York.
Juicio y defensa
Desde que fue extraditado a Estados Unidos en marzo de 2020, Cliver Alcalá Cordones se ha declarado inocente de los cargos de narcoterrorismo que pesan sobre él. Su defensa ha presentado varios argumentos para desestimar la acusación y obtener la libertad de Alcalá. Entre estos argumentos se encuentran los siguientes:
- Que Alcalá no participó en la supuesta conspiración de narcotráfico con Maduro y otros funcionarios venezolanos, sino que se opuso abierta y activamente a ellos durante al menos los últimos ocho años, buscando derrocar al Gobierno de Maduro con el apoyo de Estados Unidos y la oposición venezolana.
- Que Alcalá actuó bajo las órdenes de su superior, Hugo Carvajal, y del expresidente Hugo Chávez, cuando realizó actividades relacionadas con las FARC, que eran parte de una política del Estado venezolano de apoyo a la guerrilla colombiana.
- Que Alcalá se retiró de cualquier actividad ilícita relacionada con las FARC en 2012, cuando se enteró de que estaban involucrados en el narcotráfico, y que desde entonces no tuvo ningún contacto con ellos.
- Que Alcalá fue víctima de un falso positivo orquestado por el gobierno de Maduro, que lo acusó falsamente de narcoterrorismo para neutralizar su amenaza como líder opositor y desviar la atención de sus propios crímenes.
- Que Alcalá fue inducido a entregarse voluntariamente a las autoridades estadounidenses bajo la falsa promesa de que no sería acusado ni procesado por delitos relacionados con narcóticos, y que su entrega fue una forma de cooperación con el gobierno de Estados Unidos.
Para sustentar sus argumentos, la defensa de Alcalá ha solicitado al gobierno de Estados Unidos que le entregue información clasificada que podría exculparlo o ayudarlo a probar su inocencia. Esta información incluye documentos y comunicaciones entre funcionarios estadounidenses y miembros de la oposición venezolana sobre Alcalá y sus planes para derrocar a Maduro. Entre los funcionarios estadounidenses mencionados por la defensa se encuentran el exsecretario de Estado Mike Pompeo, el exfiscal general William Barr, así como altos funcionarios de la Casa Blanca y agentes anónimos de la CIA en Colombia. La defensa también ha pedido información sobre el papel de J.J. Rendón, el asesor político contratado por Guaidó, quien firmó un contrato con Alcalá para comprar armas y entrenar a desertores militares venezolanos para una incursión armada contra Maduro.
Además de solicitar información al gobierno de Estados Unidos, la defensa de Alcalá ha hecho acusaciones contra la oposición venezolana y la CIA. Alcalá ha acusado a Guaidó y a J.J. Rendón de ser los líderes del plan para derrocar a Maduro con armas incautadas en Colombia, que él dice haber coordinado con el apoyo de la DEA. Alcalá ha pedido que se le investigue a Guaidó por traición a la patria y ha negado haber recibido dinero de él o de sus colaboradores. Asimismo, Alcalá ha afirmado que sus esfuerzos para derrocar al Gobierno de Maduro fueron conocidos por el gobierno de Estados Unidos, y que su oposición al Gobierno madurista y sus supuestos esfuerzos para derrocarlo fueron informados a los niveles más altos de la Agencia Central de Inteligencia, el Consejo de Seguridad Nacional y el Departamento del Tesoro.
Después de más de tres años detenido en una cárcel de Manhattan, Cliver Alcalá Cordones recibió una buena noticia el 28 de enero de 2022. Los fiscales federales de Estados Unidos retiraron los cargos de narcoterrorismo contra él, que lo exponían a una sentencia mínima obligatoria de 50 años de prisión si era declarado culpable. En su lugar, Alcalá se declaró culpable de delitos menores de ayudar a una organización terrorista extranjera, por los que podría recibir una pena menos severa. Según su abogado, César de Castro, el acuerdo alcanzado con la Fiscalía refleja que Alcalá no era un narcotraficante, sino un opositor a Maduro que actuó bajo las órdenes de Chávez y Carvajal. El abogado también dijo que espera que Alcalá reciba una sentencia reducida por su cooperación con el gobierno de Estados Unidos y su entrega voluntaria y que Alcalá ahora no deberá enfrentar un mínimo obligatorio de priisión.
El destino de Alcalá
El caso de Cliver Alcalá Cordones es uno de los más complejos y polémicos de la historia reciente de Venezuela. Se trata de un exmilitar que fue acusado por Estados Unidos de haber formado parte del Cartel de los Soles, una red de narcotráfico liderada supuestamente por militares venezolanos. Alcalá se entregó voluntariamente a las autoridades estadounidenses tras confesar su participación en un plan para derrocar a Maduro con armas incautadas en Colombia, pero se declaró inocente ante una corte de Nueva York y ha hecho acusaciones contra la oposición venezolana y la CIA. Su defensa ha solicitado información clasificada que podría exculparlo o ayudarlo a probar su inocencia, y ha argumentado que Alcalá no era un narcotraficante, sino un opositor a Maduro que actuó bajo las órdenes de Chávez y Carvajal. Finalmente, los fiscales federales de Estados Unidos retiraron los cargos de narcoterrorismo contra él y Alcalá se declaró culpable de delitos menores de ayudar a una organización terrorista extranjera.
El caso de Alcalá también revela la complejidad y la oscuridad de las relaciones entre Venezuela, Colombia y Estados Unidos, así como entre el gobierno y la oposición venezolana. Alcalá tenía vínculos familiares, políticos y financieros con actores clave de ambos lados del conflicto, como Hermágoras González Polanco, Alejandro Betancourt, J.J. Rendón y Juan Guaidó.
El destino de Alcalá dependerá del resultado de su juicio. Dada su cooperación, si es declarado culpable, podría recibir una pena más leve de prisión por ayudar a una organización terrorista extranjera. Sin embargo, su abogado espera que Alcalá reciba una sentencia reducida por su cooperación con el gobierno de Estados Unidos y su entrega voluntaria.
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