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Mireya Blavia la viuda de Cisneros y el expresidente de CITGO Luis Marín: una historia de amor y negocios "heavy" en Pdvsa


Por Luz Elizondo
El Condumio | Opinión

Mireya Blavia de Cisneros, la segunda esposa del fallecido magnate venezolano Oswaldo Cisneros, no solo ha heredado una fortuna y un pleito legal con las hijas mayores de su difunto marido, sino también una relación sentimental y comercial con Luis Marín, un expresidente de la petrolera CITGO y un empresario relacionado con personajes vinculados al narcotráfico.

Un aparente romance clandestino

Según fuentes cercanas al asunto, Blavia y Marín se conocieron hace años en la ciudad de Panamá, donde ambos residían en la zona de Costa del Este, en la que frecuentemente Marín era visto en bodegones como Felipe Motta. Allí solían reunirse en lugares públicos, sin levantar sospechas sobre su verdadera relación, pues se presume que en esa época ya pudieron haber mantenido un romance a espaldas de Oswaldo Cisneros, quien para entonces sufría de varios problemas de salud.


Cisneros, un empresario venezolano de origen cubano, falleció en 2020 a consecuencia de la enfermedad de COVID-19. Fue accionista de PetroDelta, controlando el 40% de esa empresa conjunta con Pdvsa. Gracias a ese negocio, Blavia pudo conocer de cerca el sector petrolero venezolano, al que ahora se dedica con su nuevo compañero.

Un pleito legal por la herencia


Oswaldo Cisneros

La muerte de Cisneros desató una disputa legal entre Blavia y las hijas que el empresario tuvo con su primera esposa, la cubana Ella Fontanals-Cisneros. Fontanals-Cisneros fue una aeromoza de la aerolínea venezolana VIASA antes de casarse con Cisneros en 1968. La pareja procreó dos hijas: Claudia y Mariela, mientras que Maritza, hija del primer matrimonio de Fontanals, fue adoptada por Cisneros. Tras separarse de Cisneros, Fontanals-Cisneros se mudó a Estados Unidos, donde se dedicó al arte, los negocios y las propiedades inmobiliarias.

Ella Fontanals es una reconocida coleccionista de arte contemporáneo, que ha fundado el Cisneros Fontanals Art Foundation (CIFO) en Miami, una organización sin fines de lucro dedicada a apoyar a los artistas emergentes de América Latina. Fontanals no ha tenido una buena relación con Mireya Blavia desde que esta se casó con Cisneros. Se dice que Blavia intentó influir en el testamento de Cisneros para quedarse con la mayor parte de su fortuna, lo que generó un conflicto legal con las hijas de Cisneros y Fontanals.

La  chilenovenezolana Blavia, por su parte, ha sido asociada a la cábala judía, una escuela de pensamiento esotérico, por lo que solía viajar a Israel para consultarse con un rabino y vidente. Blavia se casó con Cisneros en 1999 y desde entonces mantuvo un perfil bajo. El sábado 23 de julio de 2022 decidió darle sepultura a los restos de su marido fallecido dos años antes. en una ceremonia discreta. La viuda no notificó a las hijas de Cisneros sobre las exequias, lo que provocó indignación en ellas.

Negocios con Pdvsa

Pero la relación entre Blavia y Marín no solo es sentimental, sino también comercial. Ambos estarían involucrados en varios contratos con Pdvsa, la empresa petrolera estatal venezolana. Según fuentes familiarizadas con el asunto, Blavia y Marín han ido acaparando paulatinamente importantes contratos en Pdvsa, convirtiéndose en unos de los principales contratistas de la estatal. Se dice literalmente que Blavia y Marín son los que están "mandando" en los pocos buenos contratos que hay en la actualidad en Pdvsa.


Marín tiene experiencia en el sector petrolero, pues fue presidente de CITGO, una filial estadounidense de Pdvsa. También dirigió en Panamá la compañía Atlantic Pacific, una empresa vinculada al narcotraficante venezolano Walter Alexander Del Nogal. Hace más de una década, Atlantic Pacific planeaba participar en un proyecto de un oleoducto y un gasoducto en el Canal de Panamá, además de dos pequeñas refinerías. En aquel entonces Atlantic Pacific había captado como inversionistas a unos ciudadanos dominicanos y a unos españoles nacionalizados dominicanos, que habían estado vinculados al tráfico de droga.

Una historia que da que hablar

Lo nuevo de toda esta historia es que ahora se conoce la aparente relación sentimental que existe entre Blavia y Marín; la posible traición de Blavia hacia Cisneros cuando éste estaba todavía vivo y era vista reunida en la ciudad de Panamá con el expresidente de CITGO; y cómo ahora Blavia y Marín acaparan juntos algunos de los mejores contratos de Pdvsa.


Tras el fallecimiento de Oswaldo Cisneros y pasado un tiempo de luto, personas familiarizadas con el asunto aseguran que Blavia y Marín mantienen supuestamente ahora una relación más formal y visible. Algunas especulaciones indican que Blavia y Marín pudieron incluso haberse casado o al menos estar viviendo como pareja, luego del fallecimiento de Cisneros.

Ruperti también sigue "mandando" en Pdvsa, ahora junto a los Marín-Blavia

Pdvsa cuenta con un reducido y selecto grupo de contratistas que gozan de privilegios y beneficios en sus negocios con la compañía. Entre ellos se encuentra Wilmer Ruperti, un multimillonario naviero que ha sabido mantener su presencia activa en el sector petrolero venezolano.


Wilmer Ruperti

Hace unas semanas, se difundió la noticia de que Pdvsa le había suspendido los contratos a Ruperti, debido a que sus empresas le debían a la estatal grandes sumas de dinero por la exportación de hidrocarburos. Sin embargo, más recientemente esta información fue negada por personas familiarizadas con el asunto, que aseguraron que Ruperti seguía teniendo importantes acuerdos comerciales con Pdvsa.

Ruperti también tendría vínculos con otros empresarios que forman parte del círculo privilegiado de la compañía. Según algunas fuentes, Ruperti mantiene también nexos comerciales con Luis Marín y Mireya Blavia.

De vendedora de botes a heredera millonaria

Su matrimonio con Oswaldo Cisneros, le dio a Mireya Blavia acceso a una vida de lujo y poder, pero también a una disputa legal por su herencia con las hijas mayores del difunto.


Mireya Blavia conoció a Oswaldo Cisneros cuando le fue a vender un bote. "Se lo vendí, él se enamoró de mí y nos casamos", ha contado ella sin problema. Así comenzó una relación que duró hasta la muerte del empresario, quien será recordado por sus decisiones audaces en el campo financiero, como convertir Pepsi Cola en Coca Cola en un fin de semana, y por su amabilidad y caballerosidad.

Oswaldo Cisneros cayó en la seducción de Rafael Ramírez, el exministro de Petróleo de Hugo Chávez, quien lo llevó al negocio petrolero, en particular a PetroDelta, una movida que le hizo desembolsar más de mil millones de dólares y que comprometió seriamente sus finanzas.

Además, Mireya Blavia tuvo que enfrentarse a la desconfianza de su esposo, quien dispuso en el testamento la designación de dos albaceas, una figura jurídica que se usa cuando quien hace el testamento teme que sus herederos no cumplan con su voluntad. Y no se equivocó: tras su muerte, sus nueve hijos -algunos adoptados, otros biológicos- se pelean por su fortuna en los tribunales, donde más de 40 abogados representan las diferentes partes.

Una isla paradisíaca en disputa

Una de las propiedades en querella es Cat Island, una isla privada que adquirió Oswaldo Cisneros en Las Bahamas. En este paradisíaco lugar estuvieron personalidades como el expresidente venezolano Carlos Andrés Pérez o la exmiss Irene Sáez, quienes disfrutaron de las bondades de una mansión cinco estrellas.


En esa mansión, Oswaldo Cisneros iba a descansar y a pescar. Compartía la zona con celebridades de Hollywood como Eddy Murphy, Johny Deep o Beyonce, quienes adquirieron islas privadas en Las Bahamas valoradas -aproximadamente- en 15 millones de dólares.

El magnate venezolano era muy querido por todos sus empleados desde el más humilde porque lo consideraban un hombre bueno y justo. Los ayudaba, incluso a comprar sus viviendas y a disfrutar de sus vacaciones en la casa de la isla dos veces al año, ya que era parte del contrato.

Pero todo cambió cuando llegó Mireya Blavia. Algunos empleados se sintieron presuntamente maltratados por la nueva señora de la casa y solicitaron su renuncia. Otros recurrieron a Oswaldo Cisneros para quejarse por la conducta de la hoy viuda.

"Sentíamos pánico cuando ella llegaba a la isla. Podía pasarle el dedo al piso debajo de la cama para ver si estaba limpio y llamaba a los empleados a la hora que fuera para que se despertaran y limpiaran", informó en 2021 una persona anónima a la periodista Elizabeth Fuentes, del medio El Cooperante.

Una mujer que intimida y controla

Mireya Blavia es una mujer que no pasa desapercibida. "Esa mujer parece que flota. Altísima, con ojos verdes preciosos, el cabello perfecto, no alza la voz pero intimida. Es muy desconfiada, controladora, inclemente, una generala. Del tipo pasivo-agresiva que no confronta sino conspira a tus espaldas o encarga a otro de regañarte", describía una fuente anónima a El Cooperante.


Como muchas de las ex amantes de Cisneros, es joven, bella, y heredera de buenos cargos o apartamentos en zonas de lujo en Caracas. También es madre de varios hijos adoptados, a quienes dice ayudar. Nadie sabe cómo convenció a Oswaldo para que le abriera un trust muy jugoso a su nombre, aunque menor al que posee la segunda esposa, Ela Fontanals, quien se sigue apellidando Cisneros y usa los aviones del ex como si fuesen propios.

Mireya Blavia no derrocha dinero en exceso y menos en asuntos que tengan que ver con su labor social. Puede visitar una joyería en la Quinta Avenida de Nueva York y comprarse cualquier maravilla de marca. Pero después discute con los empleados porque gastaron dinero en agua mineral o galletas para algún invitado a la oficina.

Su oficina es modesta si se compara con la espectacular mansión que habita en otra isla, Ocean Reef, construida artificialmente sobre el Pacifico, frente a Panama City, para uso exclusivo de multimillonarios y supermillonarios.

Allí ha recibido a uno de sus mejores amigos, el cantante Miguel Bosé, cuyos hijos coincidieron con los de ella en algún colegio. También su abogado Silvestre Tovar es otro de los invitados constante a esa isla. Él es uno de sus amigos más cercanos y quien estuvo junto a ella en la lectura via Zoom del testamento. "Ese hombre es un F-16", lo definen diferentes personas que lo conocen.

Mireya Blavia protagonizó un drama familiar cuando una de las hijas adoptadas de ella y Oswaldo se comprometió con un joven venezolano sin mayor fortuna. Lo que generó la clásica historia de amor imposible.

"Mireya siempre está pendiente de esos niños", narró un ex empleado en su defensa.

Mireya y Oswaldo se casaron con Capitulación de Bienes, lo que significa que cada uno conserva lo suyo en caso de divorcio o muerte. Pero eso no ha impedido que la viuda reclame una parte de la herencia del empresario.

Acusaciones penales contra la viuda de Oswaldo Cisneros

Claudia Susana Cisneros Fontanals, hija biológica del magnate Oswaldo Cisneros, presentó una querella penal contra su madrastra, Mireya Blavia de Cisneros, por tres presuntos delitos graves: violencia privada, extorsión y asociación para delinquir. La demanda fue admitida por un tribunal venezolano en julio de 2021.

Mireya Blavia

Según la querella, Mireya Blavia habría forzado a Claudia Susana a ejecutar o tolerar actos a los que la ley no la obligaba o le impedía ejecutar otros que no le estaban prohibidos, mediante amenazas, violencias u otros apremios ilegítimos. Esto constituiría el delito de violencia privada, tipificado en el artículo 175 del Código Penal venezolano, que se suele aplicar en los casos de violencia doméstica y que conlleva una pena de prisión de quince días a treinta meses.

Asimismo, la demandante acusó a la viuda de haberla obligado sin derecho a dar, hacer, dejar de hacer o tolerar algo, obteniendo un lucro para sí o para otro o causando a Claudia Susana un perjuicio patrimonial. Esta conducta sería constitutiva de extorsión, según la ley contra el Secuestro y la Extorsión, que establece una pena de dos a ocho años de prisión y de cuarenta a ciento sesenta días de multa.

La tercera acusación que ha pesado sobre Mireya Blavia es la de asociación para delinquir, basada en la Ley Orgánica contra la Delincuencia Organizada. Según el artículo 37 de esta normativa, el responsable sería penado o penada por el solo hecho de la asociación con prisión de seis a diez años. La demanda no especificó quiénes serían los otros integrantes de la supuesta asociación delictiva.

Como consecuencia de la querella penal, el tribunal competente dictó una medida preventiva de prohibición de ejecutar determinados actos sobre los bienes de la herencia. De esta forma, se dejaron sin efecto varios negocios llevados a cabo por la viuda y la rescisión de varios contratos. También se prohibieron actos de administración y disposición sobre los bienes hereditarios y se suspendieron los efectos legales de cualquier acto de esa naturaleza.

Otros detalles del enfrentamiento por la herencia

Como se ha explicado anteriormente, la muerte del magnate venezolano Oswaldo Cisneros ha desatado una batalla legal entre su viuda, Mireya, y la hija biológica de Cisneros, Claudia, por el control de su fortuna. El conflicto se centra en la validez de la adopción de seis hijos por parte de Mireya y Oswaldo, y en la designación de los albaceas del testamento.


Oswaldo Cisneros dejó nueve hijos, de los cuales solo dos son biológicos. Cisneros y Blavia adoptaron a seis, cuatro de origen rumano y dos de origen colombiano.

Claudia Cisneros Fontanals, quien está casada con Andrés Capriles Radonski, hermano del político opositor venezolano Henrique Capriles Radonski, y quien es hija del primer matrimonio de Oswaldo con Ella Fontanals, ha impugnado la adopción de los seis hijos menores del empresario, ante el Juzgado Octavo de Menores de Caracas. Según el medio venezolano Descifrado, su intención ha sido evitar que Mireya tenga influencia sobre esas partes de la herencia, tal como lo establece el testamento.

El testamento fue redactado en 2017 por Alfredo Travieso Passios, uno de los abogados que fue pupilo del Dr. Pedro Tinoco. En él se establece que los hijos menores de 35 años no podrán disponer de toda la herencia hasta que alcancen esa edad. Mientras tanto, recibirán el 50%. El otro 50% irá a un fideicomiso que serían controlado por dos albaceas: el mismo Travieso y Ángel Lupi Vale.

Los albaceas tendrían las "más amplias facultades para su gestión, administración y disposición, además de las que señala la Ley". También podrían inventariar la fortuna y "delegar funciones y poderes".

Mireya Blavia ha impugnado este aspecto del testamento, argumentando que está capacitada para actuar como albacea de las cuotas que corresponden a sus seis hijos adoptados por el matrimonio.

El testamento que lo cambió todo

Oswaldo Cisneros fue uno de los empresarios más exitosos y ricos de América Latina, dueño de un imperio que abarcaba desde la industria petrolera, la industria alimentaria y las telecomunicaciones. Pero su muerte, ocurrida en 2020, desató una batalla legal entre sus herederos que amenaza con dividir su fortuna y su legado.


El día que se abrió el testamento de Cisneros, en el prestigioso bufete Tinoco, Travieso, Planchart y Nuñez, los asistentes se conectaron por Zoom desde diferentes países. Entre ellos estaban Mireya Blavia, la viuda del magnate, quien se casó con él en 1999 bajo Capitulación de Bienes y no hereda nada; sus seis hijos adoptados, dos de ellos menores de edad, quienes sí son beneficiarios de la herencia; las dos hijas biológicas del empresario, Claudia y María Ella, fruto de su segundo matrimonio con Ella Fontanals, a cuya hija Maritza, también adoptó Cisneros. También participaron dos directivos de sus empresas y la propia Fontanals.

Todos vestían de negro y mostraban una actitud compungida, hasta que se leyó la Cláusula Séptima del testamento. Allí se establecía que la administración de la herencia quedaría en manos de dos Albaceas Testamentarios, una figura jurídica que se usa cuando el testador desconfía que sus herederos cumplan con su voluntad o que haya conflictos entre ellos. Y Cisneros tenía razones para desconfiar.

Mireya Blavia, quien se encontraba en Panamá junto a su abogado Silvestre Tovar y rodeada por la mayoría de sus hijos adoptivos, no tardó en manifestar su oposición a la figura de los Albaceas. Su argumento era que esa designación violaba los derechos de los menores de edad y que ella debía ser la representante legal de sus hijos. Además, cuestionaba la idoneidad y la imparcialidad de los Albaceas elegidos por Cisneros.

Su impugnación logró paralizar el proceso de juramentación de los Albaceas ante el Tribunal de Menores, lo que a su vez impidió el inicio de la repartición de la herencia. Pero también provocó la reacción de las hijas biológicas del empresario, quienes se aferraron a otro argumento para defender sus intereses: los hijos adoptados por Cisneros fueron registrados en Rumania y Colombia, sus países de origen, pero no en Venezuela. Por lo tanto, su adopción podría ser inválida o irregular.

Claudia Cisneros decidió abrir su propio frente de batalla para impugnar la adopción de sus hermanastros menores.

Pero los herederos no son los únicos interesados en la fortuna de Cisneros. También lo está el Seniat, el organismo encargado de recaudar los impuestos en Venezuela. Según ha calculado, la herencia del empresario supera los 10 mil millones de dólares y le corresponde el 30% por concepto de impuesto sobre sucesiones.

Sin embargo, el Seniat podría tener dificultades para cobrar ese monto, ya que la mayor parte de los bienes de Cisneros están fuera de Venezuela. Entre ellos se cuentan una isla en el Caribe, cuatro aviones, edificios y otros inmuebles en Italia, Roma y Nueva York, y cuentas bancarias millonarias en dos o tres países, además de las construcciones de lujo en Caracas, tales como la Torre La Esmeralda en La Castellana y el edificio Luxor en Las Mercedes.

Pero no todo es oro lo que reluce en el imperio de Cisneros. El empresario también dejó una enorme deuda que nadie se imaginaba y que podría superar el valor de sus activos. Una de las principales obligaciones que tiene es con Pdvsa, la estatal petrolera venezolana, tras asociarse Petrodelta.

Cisneros pagó mil millones de dólares por esa operación, justo cuando el gobierno de Hugo Chávez buscaba captar fondos para impulsar la producción de crudo. El empresario invirtió en siete gabarras, trasladó a Venezuela a personal especializado y se endeudó confiando en que la industria petrolera venezolana iba a crecer. Pero no fue así.

Además de esa deuda, la fortuna Cisneros tiene otras obligaciones con sus empresas. También debe hacer frente al alto tren de vida de sus herederos y a las reinversiones que requieren sus negocios. Todo ello posiblemente sin contar con la liquidez suficiente para cubrir sus compromisos.

¡Que sigan los negocios petroleros!...

La guerra por la herencia de Cisneros está lejos de terminar. Los herederos se disputan el control de un patrimonio que aún no se ha podido cuantificar ni repartir. Los abogados se multiplican para defender los intereses de cada parte. Los jueces y funcionarios del poder judicial venezolano podrían modificar la legislación para favorecer a unos o a otros, como ocurrió en 2014 con el divorcio de Víctor Vargas, otro magnate venezolano.


Mireya Blavia, Luis Marín

Mientras tanto, el legado de Cisneros se tambalea ante la incertidumbre y la codicia. El empresario que construyó una fortuna con su visión y su trabajo no pudo prever que su muerte desataría una tormenta entre sus descendientes. Una tormenta que podría arrasar con todo lo que él creó. No obstante, su viuda Mireya, ahora en conjunción con el expresidente de CITGO Luis Marín, parecen intentar sacar a flote el ángulo petrolero de la herencia de Cisneros.



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