EL PUBLIQUE

EL PUBLIQUE

¿Rechazaron creadores de Nude Project la oferta de un cofundador de Hawkers por temor a ser salpicados por los escándalos en torno al venezolano Alejandro Betancourt?


Por Gabriela Ruiz

Nude Project es una marca española de moda urbana y comercio electrónico que arrasa entre los jóvenes de 16 a 25 años. Sus sudaderas, su pódcast y sus tiendas físicas atraen a miles de seguidores que hacen cola para conseguir sus productos. La empresa, fundada hace tres años por Bruno Casanovas y Álex Benlloch, ambos de 23 años, ha logrado un crecimiento espectacular, superando los 11 millones de euros en ventas en 2022 y expandiéndose al extranjero. Sin embargo, sus creadores no quieren compartir su éxito con nadie más y han rechazado las propuestas de inversión de dos grandes nombres del sector: Thomas Meyer, dueño de Desigual, y Álex Moreno, cofundador de Hawkers. Y quizás tengan para ello muy buenas razones.

Un proyecto que no necesita inversores


Casanovas y Benlloch son los únicos propietarios de Nude Project, una empresa que cuenta con más de 80 empleados y cuatro tiendas en España (dos en Madrid, una en Barcelona y otra en Valencia). Además, acaban de inaugurar su primera tienda fuera del país, en Milán, y tienen previsto abrir otras dos este año. Su margen de beneficio ronda el 20% y sus expectativas para 2023 son muy optimistas. Con estos números, no es de extrañar que hayan recibido ofertas tentadoras para vender una parte de su negocio, pero ellos las han rechazado todas. "Estamos muy contentos de estas decisiones, de seguir solo nosotros al frente. Este proyecto es nuestra vida y creemos que podemos hacerlo crecer mucho más sin inversión externa", afirma Casanovas.


Los intentos fallidos de Meyer y Moreno


Álex Moreno

Entre los interesados en entrar en Nude Project se encuentran dos emprendedores con experiencia y éxito en el mundo del retail online: Thomas Meyer, fundador y dueño de Desigual, y Álex Moreno, cofundador de Hawkers. El Confidencial ha señalado que según fuentes cercanas a las negociaciones, Meyer habría ofrecido hasta 16 millones de euros para invertir en la empresa, repartidos entre nuevas acciones y recompra de títulos existentes. Moreno, por su parte, habría mostrado su interés tras entablar una relación de trabajo y amistad con los fundadores de Nude, a quienes asesoró e incluso acompañó a Estados Unidos al festival de Coachella. Sin embargo, ambos se encontraron con la negativa de Casanovas y Benlloch, que prefirieron mantener su independencia.

Casanovas niega que Meyer haya hecho una oferta formal por Nude Project y asegura que solo han hablado como amigos. Respecto a Moreno, reconoce que hubo un acercamiento, pero que no se concretó por "razones personales". Una fuente anónima revela que Casanovas pensó que Moreno solo quería invertir por interés y se lo dijo, lo que provocó un enfado y un distanciamiento entre ellos. Moreno confirma que buscó entrar en el proyecto, pero no quiso dar más detalles sobre lo ocurrido. Desde entonces, no han vuelto a tener contacto.

Un riesgo calculado

La decisión de Casanovas y Benlloch de seguir solos al frente de Nude Project puede parecer lógica si se tiene en cuenta el potencial de la marca, pero también implica un riesgo. Así lo cree Moreno, que vendió todas sus acciones en Hawkers en 2018 al venezolano Alejandro Betancourt por una cifra estimada en unos 20 millones de euros. "Lo están haciendo todo bien, y si son felices con lo que tienen, no tienen necesidad ni obligación de buscar inversores. Sin embargo, muchísimos ejemplos de éxito han recurrido a capital externo. A mí siempre me recomendaron un exit grande al comienzo de mi carrera para asegurarte ya la vida e ir a por otras cosas. Ellos pueden conseguirlo", opina.

Moreno advierte también que el mercado ha cambiado y que ya no se pagan los mismos múltiplos por una startup que hace unos años. "Hasta hace no mucho, se estaban pagando múltiplos de 20 y 30 veces el ebitda de una startup. Eso ya no existe", dice. No obstante, no descarta que pueda aparecer alguien dispuesto a pagar un precio elevado por Nude Project, ya sea por amor al proyecto o por ver una oportunidad única. "Veremos", concluye.

Sin embargo, la fortuna de Álex Moreno, está de algún modo salpicada por escándalos de corrupción en Venezuela, partiendo del hecho de que Moreno vendió sus acciones en Hawkers, por una cifra estimada en 20 millones de euros, a Alejandro Betancourt, empresario vinculado a diferentes escándalos, como veremos más adelante.

La inversión de O’Hara Capital y Alejandro Betancourt en Hawkers


Alejandro Betancourt

La marca ilicitana de gafas de sol Hawkers recibió en 2018 una inyección de capital de veinte millones de euros para impulsar su expansión con tiendas. El responsable de esta operación fue el fondo O’Hara Capital, liderado por el venezolano Alejandro Betancourt, que ya había invertido cincuenta millones de euros en 2016.

La ampliación de capital supuso un cambio en el accionariado de la compañía, que quedó controlada en más de un 50% por O’Hara Capital. El fondo compró las participaciones de dos de los socios fundadores de Hawkers, Álex Moreno y Alejandro Sánchez, que abandonaron la empresa. Álex Moreno era el consejero delegado y el alma de Hawkers, ya que fue quien ideó el proyecto a partir de una plataforma de compraventa llamada Saldum Ventures. A él se unieron después su hermano David Moreno, Pablo Sánchez, Iñaki Soriano y Francisco Pérez, que seguía siendo el director general. Alejandro Sánchez estaba al frente del departamento de producto y también salió de la compañía junto con Fátima Aït, una ejecutiva clave que se encargaba del mercado italiano y que había trabajado antes en el grupo Inditex.

El objetivo de la inyección de capital en 2018 era potenciar el desarrollo de Hawkers con tiendas, tanto permanentes como efímeras. La empresa tenía previsto alcanzar al menos cien establecimientos, algunos de ellos fuera de España, aunque todavía no se había definido el plan de actuación. Para pilotar esta expansión, Betancourt continuaba confiando en el equipo fundador de la empresa, con Francisco Pérez al frente, si bien ya había empezado a incorporar directivos externos para "profesionalizar el equipo".

Tras la entrada de capital en 2016, los planes de Hawkers pasaban por impulsar su crecimiento hasta alcanzar los cien millones de euros de facturación en 2017. Para lograrlo, el grupo diseñó un plan estratégico que contemplaba saltar al retail con la apertura de su primera tienda en Madrid, la diversificación con el lanzamiento de una línea de óptica, la expansión internacional y las compras.

El golpe de Betancourt a los fundadores de Hawkers


Alejandro Betancourt

La empresa ilicitana de gafas de sol Hawkers nació como un fenómeno de éxito en el comercio electrónico, con una imagen fresca y desenfadada que conquistó a un público joven. Sin embargo, tras la llegada del inversor venezolano Alejandro Betancourt, la compañía sufrió una profunda transformación que acabó con la salida de los socios fundadores y el cambio de rumbo de la marca.

David Moreno, el último de los fundadores en abandonar la empresa, rompió el silencio en 2022 y reveló en una entrevista con el podcast de Itnig, una firma barcelonesa especializada en impulsar startups, cómo fue el proceso que les llevó a perder el control de Hawkers. Según su relato, Betancourt se hizo con la mayoría accionarial y apartó al equipo original, al que compró su parte.

"De la noche a la mañana nos encontramos en una sala y nos invitaron a abandonar la compañía", contó Moreno, que aseguró que "todo se volvió tan turbio que no tuvimos nada que hacer". El cofundador de Hawkers criticó que el nuevo dueño quisiera "reflejar su forma de ver la empresa en la marca", lo que perjudicó gravemente a Hawkers. Además, dejó entrever que Betancourt incumplió los contratos que habían firmado con él. "Lo que está firmado es importante siempre que la otra parte lo cumpla", afirmó.

2018 fue un año crítico para Hawkers y para el futuro de la compañía. Tras la entrada del inversor venezolano, se sucedieron los abandonos de fundadores, pérdidas millonarias y números rojos que empezaron a hacer tambalear la compañía. Betancourt fue comprando poco a poco las acciones del equipo original hasta tomar el control y entregar la compañía a Nacho Puig.

Actualmente, Hawkers ha pasado de ser un ecommerce a una marca omnicanal con presencia física en las principales plazas europeas, y de buscar un target adolescente a uno más maduro, sin perder la frescura de sus inicios. Pero el cambio fundamental ha sido pasar de ser una empresa que fabricaba en China para vender en Occidente a una auténtica fábrica de gafas de sol con sede en Elche: la única de España.

Por su parte, el equipo original de Hawkers, a excepción de Álex Moreno (que ha puesto en marcha distintos proyectos online en estos años, como Neon Coco, de moda, o Project H, una vuelta a las gafas de sol) ha creado una nueva sociedad para invertir en otras empresas, con 100.000 euros de capital: Hawkers Founder Team SL.

Los orígenes de un "bolichico"


Alejandro Betancourt es un joven empresario venezolano que ha sido protagonista de varias controversias en el ámbito energético, tanto en su país natal como en el extranjero. Su nombre ha sido asociado con indicios de corrupción, sobornos, sobreprecios, triangulación y opacidad en la gestión de contratos públicos. ¿Quién es este personaje y qué hay detrás de sus negocios?

Leopoldo Alejandro Betancourt López, como es su nombre completo, nació en una familia acomodada de Venezuela. Su bisabuelo, Hermágoras López, fue presidente de Venezuela en el siglo XIX. Su padre, Leopoldo Betancourt, es un reconocido pianista y su madre, Lilia López, una diseñadora de joyas. Alejandro Betancourt estudió Economía Internacional en Suffolk University en Boston, Estados Unidos. Según su página web www.alejandrobetancourt.es, trabajó como gerente de Comercio para Latinoamérica en la Delegación de Reino Unido de ICC-OEOC, y fue miembro directivo de Guruceaga Group y de BGB Energy, ambas empresas relacionadas con el sector energético.

Pero su salto a la fama se produjo cuando fundó, junto a sus hermanos, primos y socios, la empresa Derwick Associates, registrada originalmente en Panamá en 2003 por un contador público que vendió la marca a Betancourt, y luego en Barbados (junio de 2008), Venezuela (octubre de 2009), Estados Unidos (diciembre de 2010) y España (enero de 2011). Derwick ofrece servicios de procura, ingeniería, construcción, asesoría técnica, inspección, logística y transporte en el ámbito eléctrico, según la web Poderopedia.

En 2009, Venezuela declaró la emergencia eléctrica debido a una crisis que afectaba al suministro y la demanda de energía en el país. En ese contexto, Derwick Associates se benefició de una serie de contratos públicos otorgados por adjudicación directa por parte de entes estatales como la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec), Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y la Corporación Venezolana de Guayana (CVG). En total, fueron 12 contratos multimillonarios para la construcción de plantas eléctricas en diferentes estados del país, los cuales se ejecutaron entre 2009 y 2012.

Sin embargo, estos contratos despertaron las sospechas de periodistas e investigadores que denunciaron irregularidades en la relación entre Derwick y el Estado venezolano. Entre las anomalías detectadas se encuentran:

• La falta de experiencia previa y licitación pública de Derwick para optar a los contratos.

• El sobreprecio y la triangulación tecnológica en la compra de equipos eléctricos a través de intermediarios como ProEnergy Services y Gazprom.

• El uso indebido del nombre y los fondos de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) para depositar $500 millones en el Gazprom Bank del Líbano, cuyo uso y destino dejó dudas.

• Los vínculos personales y profesionales entre los directivos de Derwick y altos funcionarios del gobierno venezolano involucrados en el sector eléctrico, como Rodolfo Sanz y Javier Alvarado.

Ante las acusaciones públicas contra Derwick Associates, la empresa respondió con una campaña mediática para defender su imagen y con acciones legales contra sus detractores. En diciembre de 2012, publicó un comunicado en el diario venezolano El Nacional donde negaba cualquier acto ilícito y acusaba al presidente del Banco Venezolano de Crédito, Oscar García Mendoza, y al periodista Alex Boyd, basados en información revelada por reportajes del periodista César Batiz, del diario Últimas Noticias, de orquestar una presunta campaña difamatoria en su contra.

En septiembre de 2012, Derwick presentó una demanda en Miami, Florida, contra García Mendoza por el mismo motivo, pero luego la retiró en abril de 2013. En julio de 2013, fue demandada en la Corte Federal de Nueva York por el ex embajador de Estados Unidos en Venezuela, Otto Reich, por su presunta vinculación con crimen organizado, corrupción, sobornos y chantaje a funcionarios públicos, fraude electrónico, difamación, conspiración, entre otros. Sin embargo, en mayo de 2015, el juez J. Paul Oetken dictaminó que no había pruebas suficientes para ejercer jurisdicción sobre los directivos de Derwick y desestimó parte del proceso.

Alejandro Betancourt no solo ha hecho negocios en Venezuela. También ha incursionado en el mercado petrolero colombiano a través de su grupo de inversión internacional O'Hara Administración, que en mayo de 2015 adquirió cerca de 20% de las acciones de Pacific Exploration & Production Corp., mejor conocida como Pacific Rubiales, la segunda compañía petrolera de Colombia después de la estatal Ecopetrol.

Betancourt y sus socios rechazaron ese mes una oferta de la compañía mexicana Alpha SAB y Harbour Energy por el control de la empresa petrolera al considerar que subestimaba su valor. Sin embargo, esta operación también generó críticas y cuestionamientos por parte de los oferentes, que alegaron que Betancourt no había revelado su identidad ni sus intenciones al comprar las acciones, y que tampoco tenía una trayectoria pública significativa en la administración de activos de petróleo y gas. En agosto, Betancourt y Orlando Alvarado (también venezolano y miembro de Derwick) se sumaron a la directiva de Pacific.

Escándalos recientes en torno a Betancourt


Betancourt, que ha amasado una fortuna gracias a contratos millonarios con el Gobierno venezolano, ha invertido parte de su dinero en propiedades y negocios en el extranjero, mientras es investigado por las autoridades por presunto lavado de dinero y sobornos.

Uno de los casos más sonados es el que se lleva a cabo en una corte federal de Miami, donde Betancourt es señalado como uno de los implicados en un esquema para extraer 1.200 millones de dólares de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), siendo uno de los beneficiarios de los fondos desviados. Según la acusación, Betancourt y otros socios utilizaron bancos estadounidenses para lavar el dinero proveniente de PDVSA, y luego lo transfirieron a cuentas en Suiza y otros países.

Otro caso que salpica a Betancourt es el que se desarrolla en Nueva York, donde los fiscales federales han estado examinando si su compañía, Derwick Associates Corp, lavó fondos o pagó sobornos relacionados con las concesiones de energía que obtuvo en Venezuela. Betancourt ganó contratos por unos 2.000 millones de dólares para construir plantas eléctricas en Venezuela, proyectos que expertos en energía y opositores al gobierno dicen que fueron sobrevalorados y no se cumplieron.

Además, Betancourt está involucrado en una investigación judicial en España por la Operación Caranjuez, que reveló una red de extorsión a exfuncionarios y empresarios venezolanos que buscaban protección legal y mediática en territorio español. Según documentos oficiales, Betancourt pagó 500.000 euros a José Aliste, abogado que formaba parte de la red, para evitar ser investigado por sus negocios en Venezuela.

Mientras tanto, Betancourt ha tratado de reinventarse en el exterior como un inversionista exitoso y filántropo. Ha invertido cientos de millones millones de dólares en propiedades y negocios en al menos 10 países de Europa y América2. Entre sus inversiones más destacadas se encuentran la empresa española de gafas Hawkers4, un banco en Senegal y una fundación benéfica en España. También ha adquirido lujosas residencias en Londres, París, Nueva York, Florida y España.

Alejandro Betancourt ha mantenido contactos con figuras clave de la oposición venezolana y con el exabogado personal del expresidente norteamericano Donald Trump, Rudy Giuliani, según han revelado diversos medios de comunicación.

Según una investigación del diario The Washington Post, Betancourt contrató a Giuliani para defenderlo ante el Departamento de Justicia de Estados Unidos, que lo investiga por su presunta participación en una trama de lavado de 1.200 millones de dólares provenientes de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).

Giuliani viajó a España en agosto de 2019 para reunirse con Betancourt en una lujosa finca que el empresario posee en las afueras de Madrid. Un mes después, Giuliani se reunió con altos funcionarios del Departamento de Justicia para argumentar que Betancourt no debía ser acusado en el caso.

En la finca de Betancourt, Giuliani también se habría reunido con el padre del líder opositor venezolano Juan Guaidó, entonces reconocido como presidente interino por Estados Unidos y más de 50 países, durante la visita del abogado estadounidense a España. Incluso se asegura que Betancourt habría financiado actividades de Gustavo Guaidó, el hermano de Juan Guaidó.  Betancourt y Gustavo se habrían reunido en diversas ocasiones en España.

Otro dirigente opositor que ha sido vinculado con Betancourt es Leopoldo López, fundador del partido opositor Voluntad Popular y mentor político de Guaidó. Según el exministro de Petróleo del Gobierno de Maduro, Tareck El Aissami, Betancourt y López son supuestamente familiares. No obstante, Leopoldo López se ha encargado luego de negar públicamente tal versión.

En España y en el resto de Europa, Alejandro Betancourt ha logrado proyectar una imagen de hombre de negocios exitoso y respetable, gracias al apoyo de algunos medios de comunicación que reciben patrocinio publicitario a través de su empresa de gafas de sol Hawkers.

Hawkers ha patrocinado a varios medios de comunicación españoles, que se han convertido en una suerte de órganos propagandísticos de las actividades de Betancourt. Estos medios se encargan de difundir noticias favorables a sus intereses y ocultar sus escándalos. Betancourt ha pretendido así lavar su rostro y mantener su imagen impoluta como hombre de negocios, según ha dicho una persona familiarizada con el asunto.

Betancourt ha intentado negar siempre las acusaciones en su contra y ha sostenido que sus negocios son legales y transparentes. Ha contratado a abogados y asesores de renombre para defenderse de las investigaciones y mejorar su imagen pública. Sin embargo, su pasado oscuro sigue persiguiéndolo y sigue empañando su presente.



Publicar un comentario

0 Comentarios