El Grupo Urbas, presidido por Juan Antonio Acedo, ha anunciado su intención de llevar a cabo un expediente de regulación de empleo (ERE) que afectará a una o varias de sus empresas constructoras. Esta medida se suma al recorte de casi un 20% de la plantilla que ha experimentado la compañía en el último año, según se desprende de sus cuentas del primer semestre del año.
Un ajuste necesario ante la nueva coyuntura
La decisión de Urbas responde a la necesidad de adaptarse al nuevo contexto macroeconómico, marcado por la crisis de Ucrania, la inflación, el incremento de los tipos de interés y la subida desorbitada y hasta ahora nunca vista de los precios de los materiales de construcción y de la energía. Estos factores han afectado especialmente al sector de la construcción, al que pertenece el área más afectada por el ERE.
Desde la compañía aseguran que "se está analizando la situación particular de cada una de sus empresas constructoras para diseñar un proceso de reestructuración ordenada. Esto permitirá adecuarlas a la nueva coyuntura, asegurar su competitividad y acelerar la capacidad de respuesta a las exigencias y requerimientos actuales del sector y del mercado".
Un crecimiento inorgánico que pasa factura
El Grupo Urbas ha protagonizado en los últimos años un fuerte crecimiento inorgánico, basado en la compra de las constructoras Murias, Ecisa, Urrutia y JOCA. Estas adquisiciones le han permitido hacerse con una cartera de pedidos por valor de 654 millones de euros, el 45% en el mercado internacional. Sin embargo, este rápido crecimiento también le ha supuesto un aumento de su endeudamiento y una dificultad para digerir las nuevas incorporaciones, según un reporte de El Confidencial.
A cierre del primer semestre, los compromisos financieros netos de la compañía ascienden a 210 millones de euros, un 22% menos que en el mismo periodo del pasado ejercicio. En enero, la compañía realizó una emisión de bonos corporativos en el MARF por 200 millones, movimiento que le permitió acomodar en algo sus números, pero que sigue siendo insuficiente. De hecho, Urbas tiene en marcha varios procesos de renegociación, restructuración y cancelación de deuda con distintas entidades financieras y fondos para seguir rebajando su deuda.
La venta de KUO Servicios de Seguridad y el recorte del beneficio
Otra medida adoptada por Urbas para mejorar su situación financiera ha sido la venta de la filial KUO Servicios de Seguridad el pasado 30 de mayo. Esta empresa fue adquirida por Urbas en noviembre en 2022 y, según las cuentas del Registro Mercantil, entre personal fijo y temporal suma 138 personas, 11 de las cuales continúan dentro de Urbas tras la desinversión.
La venta de esta filial explica en parte la reducción de 200 puestos de trabajo que ha sufrido la plantilla de Urbas entre junio de 2022 y junio de 2023, pasando de 1.081 a 881 personas. Sin embargo, al margen de esta operación, la fuerza laboral de Urbas ha menguado en más de 70 puestos de trabajo en el último año, cifra que supone algo más del 8% de su actual plantilla. Seis de estas salidas corresponden a personal de dirección, un cuerpo formado por 38 personas.
Además del recorte de personal, Urbas ha visto cómo sus ingresos caían un 6% y su beneficio neto se reducía un 25% en el primer semestre del año. Estos resultados han motivado que la compañía haya decidido ir un paso más allá y preparar un ERE sobre su área constructora. El pasado miércoles 11 de octubre comunicó oficialmente este movimiento a los representantes sindicales.
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