Como un reflejo de la complejidad de la justicia internacional, Orlando Contreras, un empresario venezolano involucrado en la ocultación de pagos millonarios vinculados a la corrupción en Venezuela, fue condenado a seis meses de cárcel el pasado 17 de febrero. La decisión del juez Rodolfo Ruiz, del Tribunal de Distrito de Estados Unidos, vino cargada de desilusión tras la anulación de los esfuerzos de Contreras por el presidente Joe Biden, quien indultó a Alex Saab, figura central en la investigación y quien había sido considerado un objetivo criminal prioritario en Estados Unidos.
Colaborador en la sombra
Desde 2019, Contreras colaboraba secretamente con la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA), realizando viajes riesgosos a Venezuela para recopilar pruebas contra Alex Saab y el exgobernador José Vielma Mora, ambos en la mira de una operación encubierta de la DEA. Esta operación buscaba registrar en secreto las actividades ilícitas del círculo cercano al presidente Nicolás Maduro, según un reporte de la AP.
Saab y Vielma enfrentaron acusaciones en diferentes casos de corrupción. Mientras Vielma continúa prófugo, Saab fue liberado en diciembre de 2023 en un intercambio diplomático que incluyó a ciudadanos estadounidenses detenidos en Venezuela. Esta acción de Estados Unidos, que buscaba acercamientos con el gobierno de Maduro para favorecer elecciones democráticas, choca con la realidad política actual, donde Maduro obstaculiza la participación de opositores como María Corina Machado y continúa deteniendo a adversarios.
Las implicaciones del indulto a Saab
La liberación de Saab, recibida con honores en Venezuela y seguida de acusaciones de tortura por parte de Estados Unidos, ha sido considerada un obstáculo en el camino hacia la justicia. El juez Ruiz resaltó los peligros enfrentados por Contreras en su búsqueda de justicia contra Saab, quien probablemente nunca será enjuiciado en Estados Unidos.
Al admitir su culpabilidad, Orlando Contreras reconoció haber facilitado sobornos por casi 17 millones de dólares entre 2016 y 2019, los cuales inflaban los precios de productos básicos vendidos al gobierno de Venezuela, generando fondos para sobornar a funcionarios. Contreras actuó como intermediario de Vielma, y tras quedarse con parte del dinero, ahora ha comenzado a transferir activos y fondos al gobierno estadounidense, incluyendo 650,000 dólares y dos relojes de lujo.
El pedido de clemencia
En un argumento emocional, la defensa de Contreras, liderada por el abogado Martín Steinberg, solicitó clemencia basada en la cooperación de su cliente, contrastando con la impunidad de Saab en Venezuela. Narrando experiencias traumáticas de secuestro, agresiones físicas y abuso sexual, Contreras expresó su temor y las cicatrices psicológicas que una encarcelación podrían reabrir.
A pesar de los argumentos y el claro riesgo personal asumido por Contreras en su cooperación, que incluyó llamadas telefónicas dirigidas y viajes a Venezuela, el juez Ruiz sentenció que era necesario imponer una pena carcelaria para desalentar futuros actos de corrupción internacional. El alcance de la cooperación de Contreras sigue siendo confidencial, pero el fiscal Alexander Kramer confirmó su valor y su iniciativa para colaborar sin requerimiento previo del gobierno.
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