En la reciente edición de abril de 2024 de la revista de la FBINAA para Latinoamérica y el Caribe, el experto en seguridad y Brigadier General (r) de la Policía Nacional de Colombia, Juan Carlos Buitrago, expone un panorama escalofriante pero realista sobre los principales ejes gravitacionales del crimen y la violencia que acechan a la región.
En un extenso artículo titulado "Los Ejes Gravitacionales del Crimen y la Violencia en Latinoamérica y el Caribe", Buitrago disecciona la compleja naturaleza de las economías criminales que operan en la zona, advirtiendo sobre la desinformación y la especulación que a menudo nublan el entendimiento de estas amenazas.
El analista hace un llamado urgente a organismos multilaterales como Interpol, Europol, Ameripol, la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) y el Departamento contra la Delincuencia Organizada Transnacional de la OEA, para integrar equipos que recopilen, analicen y produzcan información objetiva y basada en evidencia sobre estos fenómenos delictivos. Según Buitrago, esta colaboración es clave para que todos los actores interesados cuenten con conocimientos certeros, alejados de la especulación y el sensacionalismo.
En su análisis, el experto divide a Latinoamérica y el Caribe en tres triángulos criminales: el triángulo norte con México, Guatemala, Honduras, El Salvador y Belice; el triángulo central-andino con Panamá, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Nicaragua y Venezuela; y el triángulo sur con Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay.
El triángulo norte es descrito como un enclave dominado por los potentes cárteles mexicanos de Jalisco Nueva Generación y Sinaloa, así como por las maras centroamericanas que han sido parcialmente absorbidas por estos grupos. Buitrago resalta el auge del contrabando de tabaco como estrategia económica de los narcotraficantes, representando pérdidas fiscales millonarias.
En el triángulo central-andino, Panamá emerge como un codiciado corazón estratégico para las mafias globales debido a su posición como puerto mundial. Se estima que ingresan 15 contenedores de cigarrillos de contrabando al mes a Panamá, que sirve como plataforma de distribución continental de estos productos ilícitos. Además, esta región es el epicentro de la producción y tráfico de cocaína hacia el mundo.
Por su parte, el triángulo sur orbita en torno a la violenta Frontera Tripartita de Argentina, Brasil y Paraguay, donde coexisten sistemas de economía criminal basados en el narcotráfico y el contrabando. Argentina y Paraguay también son señalados como importantes centros de producción ilegal de cigarrillos para el mercado negro latinoamericano.
A lo largo de su análisis, Buitrago enfatiza las conexiones entre el narcotráfico y el contrabando, actividades que a menudo se entremezclan en operaciones criminales unificadas. Asimismo, insta a conectar los tres triángulos a través de la cooperación público-privada, citando la alianza COEPA en Panamá, Colombia y Ecuador como un modelo efectivo en el combate al comercio ilícito.
En su conclusión, el analista advierte que es necesario intervenir con inteligencia y contundencia en las ciudades clave de estos vértices criminales en México, Panamá y Argentina, abogando por una visión holística e integradora entre los países vecinos para "atacar la cabeza, la cola, pero más importante aún, el corazón de la serpiente".
La revista de la FBINAA también promociona el libro más reciente de Buitrago, "Economías Criminales: Enfoques Multidimensionales", publicado por Editorial Diké en colaboración con la Konrad Adenauer Stiftung y la Universidad para la Paz. Esta obra promete un estudio imprescindible sobre la creciente amenaza de las economías criminales en la región.
Con su vasta experiencia en la lucha contra el crimen organizado transnacional, Juan Carlos Buitrago se perfila como una voz autorizada en estos temas que cobran cada vez más relevancia para la seguridad y el desarrollo de América Latina y el Caribe.
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