Por Alek Boyd
infodio.com | Traducción
La justicia no se trata de equidad. No es un sistema donde las víctimas puedan vengarse de sus torturadores, y no es el lugar donde los delitos graves se castigan en la medida adecuada. Hay muchos ejemplos en los que la Justicia de Estados Unidos ha llegado a un acuerdo con los delincuentes, a cambio de algo. El criterio por el cual ese algo se pondera al momento de reducir, o eliminar por completo, el tiempo en la cárcel sigue siendo un misterio. No hay una tabla, ni una serie de parámetros que orienten las acciones del poder judicial cuando los delincuentes deciden "cooperar". Venezuela ofrece algunos buenos ejemplos, el último de los cuales es el de Alejandro Andrade: un exjefe del Tesoro que admitió que solo él había recibido pagos de sobornos por valor de mil millones de dólares, por los que recibió una sentencia de 10 años a fines de noviembre de 2018.
La sentencia de Andrade se redujo recientemente a tres años y medio, según un informe del Miami Herald , lo que podría significar que podrá caminar en algún momento de 2022. Visto desde la experiencia personal de Andrade, el crimen paga. Gran momento. Si bien los venezolanos, naturalmente, están indignados por la noticia, este sitio está más interesado en el tipo de trato que Andrade obtuvo del Departamento de Justicia. Más importante aún, nos gustaría conocer el tipo de información que proporcionó Andrade. Porque su caso se relaciona con su mandato en el Tesoro, hace más de una década, después de lo cual básicamente se mudó a Wellington para llevar una vida multimillonaria .
Conseguir tres años y medio por robar mil millones de dólares de las arcas públicas es un gran negocio. La mayoría de la gente lo firmaría. Sin embargo, se centra en el tipo de mensaje que DoJ quiere transmitir al mundo. Es probable que si Andrade se hubiera apropiado indebidamente de mil millones de dólares del dinero de los contribuyentes estadounidenses, la historia podría haber sido diferente. Pero siendo Venezuela, al Departamento de Justicia no le importan menos las repercusiones que tal decisión pueda tener en el hampa chavista.
Todo lo que Andrade ofreció como información para reducir su condena es noticia de ayer. Por lo tanto, determinar el valor exacto que el Departamento de Justicia le da a dicha información es fundamental para comprender los acuerdos similares a los de Andrade. Llevando este argumento adelante, está el caso de Alex Saab, quien posee información fresca, crítica y muy actual sobre las aventuras criminales de Nicolás Maduro en Venezuela y más allá. Entonces, si Andrade obtuvo tres años y medio, sobre la base de información obsoleta e inútil, ¿cuáles son las posibilidades de ver a Saab haciendo en cualquier momento? ¿Debería decidir "colaborar"?
Desafortunadamente, no son los expertos en corrupción de Venezuela como nosotros los que evalúan si lo que estos rufianes traen a la mesa es algo procesable y útil. Más bien, es la tarea de los fiscales del Departamento de Justicia con exceso de trabajo y mal pagados, obstaculizados por todo tipo de consideraciones * políticas * que, con toda honestidad, no tienen mucha idea sobre lo que realmente sucede más allá de su ámbito extremadamente limitado.
Es una situación vergonzosa. Andrade escapará de las garras de la justicia después de tan solo 42 meses. Vivirá el resto de su vida con extrema comodidad, como el 1%. En el universo de los chavistas criminales, sin embargo, los 42 meses de Andrade y los antecedentes penales que lo acompañan no parecen atractivos, sino una verdadera calamidad que debe evitarse a toda costa. Hay muchos de ellos, cuya depredación llevó a Venezuela a un abismo ineludible de pobreza y miseria, que se han escapado. Tantos que no están en el radar del Departamento de Justicia. Tantos que viven en el regazo del lujo, allí mismo, en la jurisdicción de Estados Unidos, que temer incluso 42 meses y una foto policial con un mono naranja es un riesgo perfectamente calculado.
Este sitio tiene un catálogo de rufianes a los que el Departamento de Justicia ya debería haberle dado un trato similar al de Andrade, lamentablemente ese no es y no será el caso. El trabajo de DoJ se encuentra en una situación muy precaria. Al realizar sus propias investigaciones en diferentes jurisdicciones, ha tenido que pactar con Cabo Verde para garantizar que Saab no sea tratado "injustamente", ha tenido que dar garantías similares al poder judicial español respecto a Hugo "El Pollo" Carvajal , ha tenido que soportar decisiones absurdas como la del "fiscal" de Ginebra, Endri Gega, que se negó incluso a aceptar los cargos de lavado de dinero presentados contra Saab ... Es decir, la agencia de aplicación de la ley más importante de Estados Unidos tiene que someterse a todo tipo de demandas de los mismos delincuentes que persigue, tiene que lidiar con el rechazo regular de las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley en otras jurisdicciones, y cuando finalmente consigue enganchar a los responsables de las irregularidades, les da lo que equivale a un pase gratuito sobre la base de información falsa e inútil, y los envía alegremente de regreso al mundo para que sigan adelante.
En lo que respecta a Venezuela, el castigo nunca se ajusta al crimen: Andrade * es * el chico del cartel. Pero si el trato que consiguió Andrade es clave para entender la administración de justicia en Estados Unidos, lo que permite a Alejandro Betancourt, Nervis Villalobos, Javier Alvarado, Rafael Ramírez, Luisa Ortega Díaz, D.D., Raúl Gorrín y tantos otros disfrutar felizmente del botín sin tan tanto como la preocupación de que el Departamento de Justicia vaya a llamar a la puerta, es lo que realmente nos fascina. DoJ parece un perro esclerótico que no muerde, y siempre que indica interés, la información reciclada obtenida en el dominio público y el buen cabildeo / abogado hacen el truco.
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