EL PUBLIQUE

EL PUBLIQUE

Juan Carlos Buitrago Arias: El liderazgo Merkeliano


Por: Juan Carlos Buitrago Arias | OpiniĆ³n

Las2Orillas

No existe duda, la excanciller de Alemania Angela Dorothea Merkel se ha convertido en la lĆ­der mundial con mayor legitimidad y reconocimiento en la historia reciente de Europa. AsumiĆ³ el poder en 2005 y fue reelegida 5 veces, con un parlamento, la mayorĆ­a del tiempo en su contra, pero con mĆ”gico don de estadista para lograr sus objetivos, armar coaliciones, y de ajustarse, muchas veces en contra de sus convicciones personales e ideolĆ³gicas, a los intereses supremos de la naciĆ³n, respetando siempre y sin dilaciĆ³n los procesos institucionales. Este carĆ”cter le garantizĆ³ amplios mĆ”rgenes de gobernabilidad, alcanzando incluso que sectores radicales de oposiciĆ³n aprobaran sus iniciativas y se alinearan en temas polĆ©micos y altamente estratĆ©gicos para el futuro de Alemania y Europa.

Bautizada por muchos como la “mamĆ”” de Alemania, la mujer de hierro, Angela la grande, la canciller del teflĆ³n, y la lĆ­der del mundo libre por Barak Obama; le apostĆ³ a un mandato austero, incluyente, conciliador, respetuoso de la dignidad humana, generoso con los inmigrantes, agresivo en energĆ­as renovables, evasivo de conflictos inĆŗtiles y a la vanguardia de los desafĆ­os cientĆ­ficos y tecnolĆ³gicos. PasĆ³ a la historia como la primera mujer en dirigir los destinos de Alemania, que algunos catalogaron como la era del “merkiavelismo” en alusiĆ³n a NicolĆ”s Maquiavelo y su obra El PrĆ­ncipe.

En pleno brexit, Merkel dijo que la salida del Reino Unido “es un llamado de atenciĆ³n para Europa” y con su liderazgo logrĆ³ mantener la UniĆ³n Europea; al mismo tiempo, y cuando el continente se cerraba a la estampida migratoria procedente de Siria, AfganistĆ”n e Irak, contra viento y marea abriĆ³ las puertas a mĆ”s de 470,000 mil desplazados, y  al final, bajo el lema “podemos hacerlo”, logrĆ³ la aprobaciĆ³n del 56 % de sus conciudadanos, que junto al manejo de la pandemia en 2021 le otorgĆ³ las mejores calificaciones, alcanzando una aceptaciĆ³n del 90 % y culminando sus 16 aƱos de gobierno con una aprobaciĆ³n histĆ³rica del 70 % de favorabilidad.

Su peculiar sabidurĆ­a la mostraba vacilante, a veces insegura, pero impecable y perseverante detrĆ”s del resultado. AsĆ­ manejĆ³ con Ć©xito los mĆ”s Ć”lgidos momentos de crisis, acostumbrĆ³ a su gente a no esperar respuestas de coyuntura, las que visualizaba con mĆ”xima responsabilidad, ajustĆ”ndose frĆ­amente a las circunstancias cambiantes y tormentosas, y encapsulando sus convicciones para sobreponer en todo caso el bien comĆŗn. Los consensos fueron la regla, sin tiempos ni espacios que los limitara, no reconocĆ­a enemigos, sino adversarios y nunca se levantĆ³ de la mesa sin haber conquistado el mejor interĆ©s para los alemanes.

 Le ahorrĆ³ a Alemania odio, polarizaciĆ³n, miedo e indignaciĆ³n, y elevĆ³ la esperanza y el optimismo a niveles promisorios. No  hizo juego a teorĆ­as conspirativas, aproximĆ³ los extremos, ignorĆ³ mentiras e infamias y no se dejĆ³ atrapar en el inframundo de las redes sociales. Su mandato, haciendo gala de su formaciĆ³n como fĆ­sica y quĆ­mica, se basĆ³ en hechos, datos y en la verdad, lo dijo alguna vez: “dos mĆ”s dos son cuatro” y para que “haya profundidad debe haber masa”.

El liderazgo Merkeliano, aplica para el caso colombiano como fĆ³rmula de referencia para salir del fango que nos tiene atrapados: la corrupciĆ³n, la inseguridad, el desempleo y la migraciĆ³n, alcanzan indicadores histĆ³ricos dentro de las preocupaciones que tienen hastiada la naciĆ³n y sobre los cuales muy pocas respuestas de alivio se avizoran en los programas de los candidatos. La crisis de liderazgo en Colombia llega a tal punto, que no hay encuesta donde un dirigente nacional supere en favorabilidad al presidente de los Estados Unidos, asĆ­ lo acaba de evidenciar Invamer Gallup abriendo el 2022; y es comĆŗn denominador la opiniĆ³n negativa hacia nuestros lĆ­deres.

Colombia, exige un liderazgo autĆ©ntico, de ejecutorias y sin mentiras que asfixian las redes sociales y medios de comunicaciĆ³n; que proscriba los hashtag que insitan al odio y buscan  anular al otro; que elimine los memes, las campaƱas y los calificativos despreciativos sobre opositores polĆ­ticos y sus sequidores, y que eleve el debate al nivel de madurez y sobre todo de respeto por la dignidad humana. El panorama es realmente crĆ³nico, empaƱado por la ligereza, el abuso y la irresponsabilidad en los comportamientos y estrategias maniqueistas para vencer al adversario en campaƱa polĆ­tica.  Angela Merkel, en contienda, utilizĆ³ la denominada “desmovilizaciĆ³n asimĆ©trica” que la llevĆ³ y la sostuvo en el poder, eludiendo temas polĆ©micos que deberĆ­an resolverse en consenso durante su gobierno, evitando abrir heridas y alimentar odios irreconciliables. PensĆ³ en gobernar para los 80 millones de alemanes. AsĆ­ lo hizo y le funcionĆ³.

Y lo anterior no significa dejar a un lado el carĆ”cter, la firmeza y las convicciones de un lĆ­der. Tampoco negociar los principios y menos defraudar a su electorado. La poblaciĆ³n se adapta paulatinamente al estilo de sus gobernantes y los apoya cuando prevalece la confianza, el bien comĆŗn, el proceso de construcciĆ³n colectiva de naciĆ³n y el respeto por la independencia de los poderes pĆŗblicos. Durante la era Merkel, el parlamento alemĆ”n hundiĆ³ el proyecto de ley que legalizaba las drogas, eliminĆ³ el servicio militar obligatorio, aprobĆ³ la uniĆ³n entre homosexuales, y el cierre de las 17 plantas nucleares; todo esto en contra de sus creencias y posiciones, y sin choques de trenes, gracias a su talante y estatus de estadista.

Proscribir el lenguaje agresivo, descalificador y polarizador, debe ser un imperativo de naciĆ³n. No hay sentido para ahondar la fractura nacional, pretendiendo conquistar el poder con mirada fija en el retrovisor, acudiendo al miedo y a la indignaciĆ³n; o convirtiendo en mentiras propuestas del oponente polĆ­tico. El terrorismo, el narcotrĆ”fico y las bandas criminales se combaten con estrategia y resultados, y no seƱalando sobre la vĆ­a electoral de bandidos a legĆ­timos adversarios polĆ­ticos; es mandato Constitucional y Legal, y un paso urgente, sensato y necesario hacia la conciliaciĆ³n nacional.

LPNSN: Ojo con las tĆ”cticas que vemos en plataformas digitales para desviar y confundir al votante. En todo caso debe acudirse a la pĆ”gina oficial de la RegistradurĆ­a Nacional del Estado Civil: www.registraduria.gov.co



Publicar un comentario

0 Comentarios