EL PUBLIQUE

EL PUBLIQUE

Juan Carlos Buitrago: La corrupción es el combustible del narcotráfico y la criminalidad


Juan Carlos Buitrago, General (r) de la policía colombiana: "La primera estrategia tiene que ser la lucha contra la corrupción; el combustible del narcotráfico"

Juan Carlos Buitrago ingresó como aspirante a policía, cuando los 80 's estaban a un tris de terminar. Al egresar en la década siguiente con la primera antigüedad, conoció de cerca la época de mayor violencia en Colombia, donde confluyeron los cárteles de Cali y Medellín, la eliminación de Pablo Escobar después de años de búsqueda. Luego, en los dosmiles aparecieron las alianzas de los grupos de autodefensas y la guerrilla que se aliaron con los productores de cocaína y en los venideros, el surgimiento de organizaciones criminales que se modernizaron junto con el contexto de ampliación del comercio global.

Buitrago lo vivió en primera línea, en una carrera que lo llevó hasta la jefatura máxima de la Policía Nacional. Hoy como general en retiro hace un par de años, dedica sus días a esporular su conocimiento intelectual y operativo, tanto a la empresa privada, estados, la academia y a todo aquel que lo quiera escuchar. Porque hay algo que Buitrago tiene muy claro: cuando el crimen organizado se enquista en un país, la lucha por erradicarlo adopta visos de oscuridad a los que nadie quiere llegar, según un reporte de Jorge Molina para el periódico chileno La Segunda.

Currículum no le falta para sentenciar. Es experto en inteligencia, investigación y operaciones contra el crimen organizado; fue enlace de su país con la Europol, becario del FBI, profesor en Chile de Carabineros y la PDI y hoy funge como CEO de Strategos Bip. Su empresa lo ha llevado a exponer por toda América, Europa, Asia, Medio Oriente y liderar una alianza para combatir a orgánicas delictivas en la región, donde participan autoridades de gobierno y empresarios de Colombia, Ecuador y Panamá.

Ha pisado suelo chileno en diez oportunidades por su vínculo con Carabineros y como profesor de los efectivos verde oliva. De la última vez tiene un recuerdo: "En mi opinión, Chile era básicamente el país de las maravillas".

-¿Qué cambió desde entonces?

-Sin haber ido recientemente, pero estando en Ecuador, en Perú, Argentina, especialmente en el último año, veo un aumento preocupante del crimen organizado. Y si no se toman decisiones estructurales que fortalezcan las herramientas para atacar frontalmente estos grupos que pueden amenazar la seguridad del Estado y la regional, no quisiera hablar del peor camino, pero sí podría augurar un futuro muy preocupante para Chile y para los chilenos.

¿Cómo evalúa entonces los esfuerzos gubernamentales para combatir a las organizaciones criminales?

En mi opinión es que hay un Estado débil que ha perdido alguna capacidad de fuerza, de investigación y de inteligencia que tuvo en el pasado; y que si bien han existido mensajes públicos de fuerza, de combate a estos grupos como ocurre por ejemplo en Colombia, lo que estamos viendo también en Chile no deja de ser una retórica frente a la necesidad práctica, efectiva y real de movilizar recursos y capacidades del sistema de persecución criminal para confrontar en el terreno a estos grupos que operan al margen de la ley.

"Falta voluntad para combatir y para neutralizar estos grupos"

-Cuando estuvo en Chile, mucho antes del auge de la criminalidad organizada ¿qué impresión se llevó?

-Hicimos un evento y tuvimos la oportunidad de conocer muy bien cómo se encontraba el país, cuál era su desarrollo en materia de investigación, de inteligencia, de lucha contra la criminalidad. Y encontramos un país que tenía un rumbo, una democracia muy sólida y cuerpos de investigación y unas policías muy en línea con los estándares globales. Esa fue una experiencia que pude vivir en primera mano y constatar la capacidad, la disciplina, el profesionalismo.

-Pero eso es la academia.

-Sí, pero conocí también la situación de seguridad en Chile, que no era tan compleja. Habían, claro, ya unas amenazas vigentes. El narcotráfico ha estado siempre allí, en diferentes dosis y con diferentes manifestaciones, por un lado, y la inseguridad, el robo, la migración ilegal, etcétera, que están siempre presentes, pero no era un fenómeno que se manifestara como una creciente e inminente amenaza a la seguridad del Estado.

-Pero en concreto ¿qué es lo que falta?

-Chile es un país aliado de Colombia, amigo y con respeto, creo que falta una actitud de voluntad para combatir y para neutralizar estos grupos y enviar así un aliciente de tranquilidad a los ciudadanos, pero en la práctica estamos observando que ni se toman decisiones desde el punto de vista pragmático, efectivo y decisivo. Es decir, estamos viendo una agonía; lo he visto a través de los medios de comunicación en Chile, una especie de sufrimiento, martirio o vía crucis permanente por parte de ciudadanos en diferentes regiones del país. Están agobiados por el robo, por el secuestro, por la extorsión, por los asaltos callejeros que son delitos de impacto social y que afectan lo que siente diariamente el ciudadano.

-En la región existen bandas que operan fuertemente y disputan a sangre y fuego terreno al Estado. En Chile, Perú, Venezuela e incluso Colombia, como es el Tren de Aragua. ¿Cómo observa las medidas de seguridad que se adoptan por ejemplo para jueces y fiscales que enfrentan a estas organizaciones?

Ustedes están recibiendo el auge del crimen organizado, por ejemplo. No me gustaría entregar una solución a secas, pero en Colombia en su oportunidad tuvimos que entregar garantías a jueces y fiscales o lo que se llamó la justicia sin rostro. Es decir, audiencias especiales para protegerlos y evitar que fueran amenazados o asesinados. Recuerde que en Colombia fueron asesinados ministros, candidatos, magistrados y policías, porque al enfrentarse en las audiencias mandaban a matarlos a ellos y sus familias. Entonces, esas garantías permiten, por ejemplo, que un magistrado ejerza sin miedo la debida justicia.

-El crimen organizado es un fenómeno altamente dinámico. Va, viene, se maquilla, cambia de ropa, peluca, se mimetiza, muere unos instantes y resucita. ¿Cómo se están reorganizando los malos en esta parte del continente?

-Antes de responder, contarte que fuimos 'casi' los enlaces de Chile con la Europol, donde participamos con un interés básico en el proyecto Coela (Cocaína en Latinoamérica). Esa era una preocupación de la Europol: vincular a los países latinoamericanos que podrían cooperar de manera efectiva en la lucha contra el tráfico de cocaína. Y Chile fue uno de los pioneros junto con Colombia.

-¿Y entonces?

-Es para explicar que las preocupaciones que vemos hoy es que los cárteles mexicanos, el Tren de Aragua, la Primera Línea -otra organización venezolana-, las brasileñas como el Primer Comando de la Capital, los cárteles colombianos y otros, están disputándose el control de otros territorios. Son una suerte de consorcios que se están consolidando en Latinoamérica y el Caribe con estas organizaciones del narcotráfico, que están en algunos lugares en disputa y buscan el control de los puertos. Y no están solos, porque vemos que operan junto al crimen organizado italiano, belga, rumano, albanés, narcos españoles que están operando en Latinoamérica.

-Claro está con drogas más complejas.

-Por cierto. Aquí estamos hablando de la cadena del negocio ilegal de todo tipo de drogas. Ya no solo es la cocaína, ni la heroína, ya estamos hablando de fentanilo y de drogas sintéticas, como lo hemos visto en Colombia y en la región. Y este tipo de organizaciones están teniendo un impacto tremendo. Y como bien sabes, el puerto de San Antonio en Chile, según la ONU, como uno de los principales puertos por donde se está exportando cocaína. Ecuador, por ejemplo, tiene a Guayaquil que es el primer puerto de Latinoamérica por donde está saliendo la cocaína al exterior. Además de otros en Centroamérica y el Caribe que hoy están teniendo el principal peso de la criminalidad y de la violencia. Resultado precisamente de la disputa del narcotráfico. De hecho, en la región el homicidio se ha incrementado un 40%, por ejemplo.

"La política de recompensas siempre es efectiva"

-El crimen organizado se nutre también cuando alguien deja de hacer su trabajo. ¿Qué opina de esa afirmación?

Bueno, hay otros delitos que no son de impacto social como el narcotráfico y el terrorismo. Son delitos silenciosos que generan una queja y un sentimiento de rechazo por parte de los ciudadanos, pero que no generan ese impacto social directo sobre la vida cotidiana o del día a día del ciudadano. Y se llama corrupción.

-¿Qué debería hacer un gobierno contra este flagelo?

---Sin duda alguna, la primera estrategia tiene que ser la lucha contra la corrupción. Y a todo nivel, porque la corrupción es el combustible del narcotráfico, la criminalidad, de la violencia y donde hay delito, hay corrupción.

-En su experiencia como policía, asesor, profesor y conferencista ¿qué ocurre en la realidad cuando se plantea esta relación endogámica?

-El asunto es que si no hay una decisión frontal, una autocrítica por parte del gobierno y de las máximas cabezas del Estado para entender que lo primero que hay que hacer es desbaratar esa cadena de corrupción interna, privada y pública, difícilmente podrá avanzarse de manera segura en la desarticulación de este fenómeno. Se debe avanzar con medidas multidimensionales que fortalezcan lo jurídico.
Por ejemplo, penas extinción de dominio contra los corruptos, quitarles el dinero, las propiedades y llevarlos a la cárcel.

-Usted habló de la cadena de corrupción pública, pero también de las empresas. Cómo se enfrenta una situación de esas características, porque es como hablar de la tangentópolis.

-Las organizaciones criminales no solo buscan lavar su dinero en el primer mundo, sino también en otros países y para ello es necesaria la corrupción. Pero combatirla hay una estrategia necesaria y obligatoria, porque la seguridad y el combate a la criminalidad no puede ser solo un asunto exclusivo de las autoridades ni del gobierno. Toda la sociedad debe estar comprometida: la academia, la industria, los gremios empresariales, por ejemplo. Tienen que sentir cómo les afecta y ponerle el pecho a este problema.
mutua.

Pero siempre hay desconfianza mutua

-Esa ha sido mi lucha permanente. Hoy lidero una iniciativa público-privada para combatir el crimen organizado y el comercio ilícito en Colombia, Ecuador y Panamá. Se sientan 26 autoridades de esos países; policías, del área de inteligencia financiera y empresarios de tres países. Fue difícil, pero ya llevamos dos años. Lo importante es que hay que buscar un punto de encuentro entre lo público y lo privado en la lucha contra el crimen organizado, la inseguridad. Si no hay credibilidad entre las partes, si no hay reciprocidad ni confianza y capacidad efectiva de respuesta, difícilmente los unos van a confiar en los otros.

-Supongamos que hay un acuerdo. ¿Qué hacen las partes después? Porque esto se trata de voluntad, pero sobre todo de plata.

-Bueno el mundo privado, como ha ocurrido en Colombia, ha aportado con algún mecanismo económico que tiene que ver con el desarrollo de la gobernanza, pero en materia de seguridad. Hemos visto de hecho a los empresarios mucho más cercanos al Presidente Petro, para conseguir mejores condiciones con los indígenas en la Guajira, para atacar el hambre. Eso también es parte del mismo problema. Es multidimensional.

-Usted habló de que la lucha contra organizaciones delictivas debe ser un problema nacional, de la sociedad en su conjunto. Ustedes en Colombia usaron el mecanismo de la recompensa que es una motivación que cruza todo el arco ciudadano. ¿Cómo resultó esa experiencia?

-La política de recompensas ha sido cuestionada; algunos la catalogan como una política perversa pero fue súper efectiva para localizar e identificar luchar contra el delito; desde el más simple hasta el más complejo, siempre es efectiva. Y esa ha sido una motivación que nuestro país ha funcionado con recompensas desde diez hasta millones de dólares dependiendo del delito o del nivel de la estructura o del criminal que se está buscando y esa política siempre ha sido muy efectiva.



Publicar un comentario

0 Comentarios