En una maniobra que desvió el rumbo esperado, Aldama no condujo a los diplomáticos hacia el Ministerio de Fomento, sino directamente a la sede del PSOE en Ferraz. En este escenario, no solo se encontraban altos cargos del partido y los embajadores, sino también figuras como Koldo García, asesor de Ábalos y uno de los investigados en la trama, manteniéndose en un discreto segundo plano. Los testigos, que recuerdan la escena, subrayan la confirmación de los embajadores acerca de la existencia de estos encuentros y algunos más que se sucedieron.
Los intereses en juego
Según declaraciones de los asistentes, que Antena 3 Noticias ha podido recabar, el interés de Ábalos se centraba en profundizar en las dinámicas comerciales entre España y Venezuela, especialmente en lo referente a las deudas del país sudamericano con empresas españolas. Esta curiosidad no pasó inadvertida y se asume que pudo haber tenido como trasfondo la búsqueda de posiciones ventajosas en futuros acuerdos económicos.
Al terminar la primera de estas reuniones, la conexión entre Aldama y Ábalos no finalizaba en los despachos de Ferraz, sino que se prolongaba a través de una "gran complicidad", según palabras de los presentes. Esta relación, descrita como añeja y estrecha, se mantenía incluso después de que el caso Koldo saliera a la luz. Ábalos, quien ha mantenido silencio ante los intentos de contacto por parte de los medios, anteriormente había revelado conocer a Aldama por motivos ajenos a la trama en cuestión, mencionando actividades relacionadas con unas camisetas para el Zamora CF (club presidido por De Aldama) y por la vinculación laboral de De Aldama con Air Europa.
La trama se complica
El caso Koldo no solo ha dejado a su paso una serie de interrogantes, sino que también ha abierto la puerta a investigaciones más profundas. La Unidad Central Operativa (UCO) menciona en sus informes contratos con entidades públicas y servicios diversos, insinuando que aún hay capítulos de esta historia que continúan bajo reserva.
Las imágenes de aquel tiempo muestran apretones de manos, como el de Antonio Ecarri, embajador de Guaidó en España, con José Luis Ábalos y Víctor de Aldama, como testigos mudos de una trama que todavía hoy sigue desvelándose.
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