El Dracufest 2024, celebrado en la playa Waikiki de Puerto Cabello el pasado viernes 29 de marzo, fue un escenario donde Dangond alborotó a la multitud con su música. Mientras tanto, en Coral Gables, su restaurante Místico se ha convertido en un punto de encuentro para la diáspora venezolana en Estados Unidos, en su mayoría, fervientes opositores al Gobierno que representa Lacava, gobernante bajo sospecha de malversación de fondos públicos.
Conexiones empresariales y políticas
En un laberinto de intereses y conexiones, resulta que Dangond y De La Espriella no solo atraen a estos comensales antichavistas a su restaurante, sino que también comparten la propiedad de Místico con inversores venezolanos. Entre ellos, Carlos Méndez, CEO de EVTV Miami, un canal que se caracteriza por su línea editorial opuesta al gobierno de Nicolás Maduro. Este entramado de relaciones se complica aún con el hecho de que Méndez y De La Espriella son socios en EVTV Miami.
El festival Dracufest ha ganado notoriedad en los últimos años por presentar artistas internacionales y ofrecer una variedad de actividades durante la Semana Santa. Su última edición no fue la excepción, y las imágenes de Dangond y Lacava abrazados, junto a videos del gobernador bailando reguetón en el evento, han circulado por las redes sociales, aumentando la controversia.
A pesar de la aparente incongruencia en las acciones de Dangond y Lacava, la realidad es que el restaurante Místico atrae a un número mayor de venezolanos que colombianos, lo que sugiere una influencia considerable en la comunidad expatriada venezolana.
Crítica a la dualidad
Este escenario plantea preguntas incisivas sobre la ética y la coherencia, tanto en el ámbito cultural como en el político. ¿Es posible mantener una imagen coherente ante públicos tan diametralmente opuestos? ¿Se trata de un simple acto de diversificación de intereses o es un reflejo de una doble moral más arraigada en el mundo del espectáculo y la política? Lo cierto es que las acciones de Dangond y su equipo en Miami, en contraste con su participación en eventos como el Dracufest, auspiciado por un gobernador chavista, vinculado además con tramas de corrupción, alimentan un debate que va más allá de la música y se adentra en las complejidades de la identidad y la ideología.
0 Comentarios